El actual rey, al que Alberto Garzón ha llamado en ocasiones por el nombre de ciudadano Felipe de Borbón, reaccionó ayer por los asuntos de su padre, hoy, rey emérito. El hoy titular ha tomado la decisión de no aceptar la herencia proveniente de su padre y además le ha retirado la asignación que recibía de los fondos de la Casa Real. Lógico, después de lo que se está revelando, cada vez más, de los chanchulleos de su padre. Entre tantos, otro es el haber hecho beneficiario al propio Felipe de Borbón de una sociedad offshore, de esas que se esconden en los paraísos fiscales.
Las cosas no pintan bien para la monarquía. Como nos contó el verano pasado la revista CTXT, sigue bajando en apoyos (49'9%), aun cuando todavía, por poco, supera a la opción republicana (47'4%). Otra cosa es la diversidad territorial que existe a la hora de que la gente se decante. Hacia el norte y el noreste, la monarquía lo tiene chungo. Ya se sabe: Cataluña (80'3%) y País Vasco (71'1%), sobre todo, prefieren abrumadoramente la república. Pero no quedan lejos Baleares (63'9), Navarra (63'7) y País Valenciano (60). Incluso en Galicia (55'4), Asturias (51'7) y La Rioja (51'7) la prefieren más que la monarquía. Del resto, sobresalen como claramente favorables a la monarquía, cercanas al 60%, las dos Castillas y Murcia. Y entre las más pobladas se encuentran Madrid, con casi el 54%, y Andalucía, rozando el 50%.
¿Y por edades? Ahí es donde el futuro de monarquía lo tiene peor de cara al futuro. Si en el grupo de edad que tiene 56 ó más años supera con claridad a la opción republicana (55/41%), ya hay prácticamente un empate en el grupo de 36-55 años (49/48) y se queda bastante atrás entre quienes tienen menos de 35 años (46/53%). La edad, pues, corre en su contra. O dicho de otra forma: desde las edades más jóvenes está soplando un viento favorable para que en este país podamos dejar al lado a la institución que se basa en el privilegio de una familia.
Son datos de hace unos meses. Y lo del corinnavirus desde luego que no favorece -todo lo contrario- que la monarquía recupere apoyos. Su actual titular ha movido ficha, buscando desmarcarse del anterior. Pero otra cosa es lo que se siga revelando y si en ello hay sustancia para que le afecte directamente.
Dejemos al hablar al viento (robando a Juan Carlos Onetti el título y el contenido de una de sus novelas).
(Imagen: Fanity Fair)