miércoles, 3 de octubre de 2018

Las palabras de Torra: ¿amenazas, ultimátum, golpe de estado...?

En los medios de comunicación del sistema están tratando como amenazas, chantaje, ultimátum, plan oculto de Torra y calificativos en esa línea las palabras pronunciadas por Quim Torra ayer en el Parlament. El País, al menos en su primera edición en papel de hoy, es explícito en ese sentido, como también La VanguardiaEl Mundo, El Confidencial, La Razón, El Periódico... Otro, ABC, ha ido más allá, en la línea de lo hace un año salió en los ámbitos conservadores acerca de un golpe de estado. Ayer mismo José Mª Aznar llegó incluso a establecer un paralelismo con lo ocurrido en 1934, mezclándolo todo, incluido un complot entre la izquierda y los nacionalistas. No debemos olvidar que los ideólogos del franquismo tuvieron que buscar una excusa para intentar legitimar el golpe militar de 1936, para lo que acabaron encontrando lo del 34. Los publicistas neofranquistas, como Pío Moa y compañía, lo retomaron en los años noventa y ahora su padrino vuelve a airearlo.

Pero volvamos al principio. ¿Qué dijo realmente Torra? Nada nuevo, que es el meollo de lo que desde hace tiempo se está planteando desde el procès y es aceptado abrumadoramente por la sociedad catalana: la convocatoria de un referéndum. Nada más democrático. Lo relacionó con el apoyo que los grupos catalanistas han dado a la moción de censura que llevó a Pedro Sánchez a la Moncloa y, en lo concreto, a la estabilidad del gobierno. Nada anormal, porque los apoyos en un sistema parlamentario se basan en acuerdos y transacciones entre los grupos. Tú me das y yo te doy, y viceversa.

La respuesta del gobierno español a través de su ministra portavoz, Isabel Celaá, ha sido llamativa. Y no tanto por lo del empleo de expresiones como "no aceptamos ultimatums" o "vamos a apostar por el diálogo hasta el final", como por su trasfondo. Rechazando de plano el referéndum, Celaá se refirió a una mayoría de la sociedad catalana que dice que no es independentista. Me pregunto, si es así, por qué negar la consulta. Al fin y al cabo votar siempre es un ejercicio de democracia. Lo han hecho dos veces en Quebec y una en Escocia. Sánchez estuvo hace unos días en Canadá y sobre algo de eso debió de hablar con su anfitrión, el primer ministro Justin Trudeau.


El miedo sigue existiendo. O la falta de valentía. O…