Los sondeos
Todos los sondeos de las
últimas semanas coinciden en varias cosas: a) ningún grupo conseguiría mayoría
absoluta; b) el orden en votos y escaños sería PP, UP, PSOE y C’s; c) el sorpasso de UP al PSOE parece un hecho;
d) el bloque de UP+PSOE (entre 45,5 y 46,9%) superaría al de PP-C’s (entre 43 y
45,6%) en votos y casi siempre en escaños, con la única excepción del sondeo
publicado hoy por El Español (45,6%
para la derecha y 44,4% para la izquierda); e) en algunos sondeos la suma de
escaños está próxima a una hipotética mayoría absoluta entre UP+PSOE; f) en
general existe un lento avance de UP, recortando la distancia con el PP…
La encuesta del CIS es la
que da mayor número de escaños a la suma de UP y PSOE, con 46,8%, a la vez que sitúa
una diferencia de hasta tres puntos con respecto a PP y C’s. Los dos sondeos
publicados por eldiario.es y el
último de El País y el Electómetro coinciden con el CIS. Curiosamente
el publicado hoy por El Español concede
una ventaja de 1,2 puntos a PP y C’s, no sólo en contra del resto de sondeos,
sino del anterior propio, donde daba una ventaja de 2,8 puntos a UP+PSOE.
La horquilla de votos del
PP se sitúa entre el 27,9% y el 30,5%, estando, pues, en torno al 28,7% que
obtuvo en diciembre pasado. Ligeras variaciones que reflejan una elevada
estabilidad en los apoyos.
UP ha experimentado un avance
si sumamos los resultados de Podemos y UP-IU de diciembre, que fueron del
24,4%. En casi todos los sondeos UP supera dicha suma, con una horquilla que va
del 44,3 al 46,5%. Resulta evidente que el riesgo de que la coalición no sumara,
como en algunos sectores de Podemos se creía (Errejón, por ejemplo), no se está
cumpliendo, dándose incluso una mejoría moderada.
El PSOE está sufriendo
para mantener el 22% obtenido en diciembre. En todos los sondeos le dan una
bajada, que en algún caso podría llegar al 20%. Sólo dos lo sitúan en el 22 y
el 22,1%.
Ciudadanos, por último,
también subiría, siendo el que más lo haría en términos absolutos (hasta 3
puntos) y relativos (hasta un 21,6%). No obstante, los sondeos de los últimos
días están tendiendo a limitar ese crecimiento entre 1 y 1,5 puntos.
Estrategias electorales
Desde el primer momento
cada grupo ha marcado una orientación clara en su discurso y en cuanto a sus adversarios,
sean principales o secundarios.
PP y UP han buscado
polarizar la campaña, como la mejor manera de remarcar ser los referentes de su
bloque político y rentabilizar así los votos en sus flancos inmediatos. El PP
se ha centrado en dos cosas: lanzar un mensaje de miedo con respecto a UP
(comunismo, extrema izquierda, inestabilidad…) y sobredimensionar los logros de
su gobierno. Defiende insistentemente que debe gobernar el grupo más votado,
pero no rechaza una coalición pequeña, con
C’S, o grande, con el PSOE.
UP, por su parte, ve al PP
como el enemigo a batir, incluyendo también a C’s en la medida que es
considerado como la marca blanca del primero. Con respecto al PSOE está
evitando la confrontación, a la vez que le ofrece una colaboración postelectoral
para aplicar un programa de gobierno con medidas progresistas.
PSOE y C’s han tendido a
criticar por igual a esos dos polos, que califican como extremos, dotándolos de
caracterizaciones diferentes. Coinciden en identificar al PP con la continuidad
de una política que ha resultado en gran medida errónea y con la corrupción. A su vez, rechazan de plano a Mariano Rajoy.
El PSOE está haciendo
mucho hincapié en identificar a UP como el grupo que impidió un gobierno
presidido por Pedro Sánchez con el apoyo de C’s y, a la vez, que el PP dejara
de gobernar. Implícitamente ha recurrido al mensaje de la pinza, que tan eficaz
fue en los años noventa.
C’s ha centrado sus
ataques a UP en la misma línea que el PP, aunque con una mayor insistencia en
algunos aspectos de la política exterior, como Venezuela y Grecia. Y en cuanto
a un posible gobierno de futuro, defiende el reformismo, la moderación, el
centro político…, un lenguaje que le permitiría estar con el PSOE e incluso con
un PP renovado y sin Rajoy.
Los cambios de los últimos días
Mientras que PP, PSOE y
C’s están redoblando sus esfuerzos insistiendo en las líneas marcadas en los
primeros momentos, las principales novedades están viniendo de UP y, dentro de
la coalición, especialmente de Podemos. En el debate a cuatro del lunes se vio
con toda claridad entre los tres primeros y sólo en parte en UP, que dejó
vislumbrar una mayor apuesta por la moderación.
Que en la boca de Iglesias
hayan salido expresiones como “ser
socialdemócratas”, “Zapatero ha sido el mejor presidente de la democracia”,
“somos los únicos que defendemos el sistema” o “Maduro no ha hecho las cosas
bien como debía” no es algo que resulte baladí. Responden a un salto
cualitativo: dinamitar al PSOE, hurgando en sus heridas internas y atrayendo al
electorado que, sintiéndose de izquierdas, no quiere un gobierno de gran
coalición en cualquiera de sus formas.
Desde luego que las
declaraciones de Jordi Sevilla no han ayudado al PSOE, en la medida que deja
abierta esa puerta. ¿Acaso el grupo que concite más apoyos sería la suma de
PSOE y C’s, que según los sondeos se vería reducida en relación a diciembre? Y
sobre la mención a Zapatero por parte de Iglesias tampoco han ayudado ni el
silencio de Pedro Sánchez ni las palabras de Susana Díaz. Y lo peor es que los
sondeos que se siguen publicando no apuntan a ninguna recuperación del PSOE, a
la vez que siguen dejando a su líder como una persona cada vez más irrelevante,
más allá de concitar menos rechazos que Rajoy o Iglesias.
En el caso del PP, por
último, parece que se está reforzando el recurso de apelar al voto útil entre
el electorado de la derecha. Teniendo en cuenta que el votante del C’s procede
en mayor medida del PP, el partido de Albert Rivera podría resentirse. Otra
cosa es no perder de vista que C’s tiene sus apoyos en mayor medida entre la
gente joven, lo que en principio chocaría con las intenciones del PP.
¿Qué puede ocurrir?
Parece evidente que PP y
UP se están disputando la primacía electoral. Y aunque el PP sigue
manteniéndola, UP está recortando moderadamente las distancias. Están por ver
los resultados de los nuevos cambios en su estrategia electoral, que le
permitiría aumentar los apoyos en detrimento del PSOE y desde potenciales
abstencionistas. También está por ver si la bipolarización de la campaña
afectaría a C’s, después de la apelación del PP al voto útil.