Cuando se vivía en plena época de vacas gordas, dentro del modelo de crecimiento económico neoliberal que patrocinaba la troika financiera, no se decía nada del despilfarro, la especulación, o los enormes beneficios de la oligarquía griega, la banca internacional y las empresas alemanas (por ejemplo, de armamento). Después, con la quiebra financiera del país, se empezó a demonizar a la gente común, a la que se acusaba de haber vivido por encima de sus posibilidades. Vinieron entonces los recortes públicos drásticos, el aumento espectacular del paro y la pobreza, y los sucesivos préstamos de la banca privada, financiada a bajo interés por el BCE, que, como una pescadilla que se muerde la cola, han ido incrementando la deuda pública. Unos préstamos destinados a pagar los intereses y por los que se exige contrapartidas que suponen más recortes para la población griega. Todo un sentido a la razón que sólo se explica por la voracidad de un sistema económico impío y de sus gestores.
El intento del actual gobierno griego por moderar las imposiciones de la troika y los gobernantes de Alemania y Francia ha fracasado. La campaña en los medios de comunicación internacionales contra su líder y quienes han protagonizado las negociaciones en la UE ha sido brutal. En el seno de la sociedad griega, expectante por lo que estaba sucediendo, se expresan diversas discrepancias, antagónicas algunas, que van desde quienes querrían seguir como antes hasta quienes no ven inconveniente en romper con el euro.
La decisión en la UE para que el gobierno griego siga con los recortes (ahora, también en las pensiones) y aumente más el IVA (hasta cuadruplicarlo en el caso de los hoteles) ha sido el detonante para decir basta, rechazando lo que se considera una humillación: "no nos piden llegar a un acuerdo, sino entregar nuestra dignidad política", ha dicho Tsipras.
Ahora toca que decida el pueblo. Algo que no le gusta a quienes mandan en Europa y a sus correveidiles griegos. Y a ver qué pasa, que no será poco.
Post scriptum
En eldiario.es puede accederse al texto completo del discurso de Alexis Tsipras en el que anunció la convocatoria del referéndum. En un pasaje del mismo el primer ministro griego dijo que "ante este ultimátum y chantaje, os convoco para que decidáis de forma soberana y con orgullo, como dicta la historia de Grecia, sobre la aceptación de esta [propuesta de] austeridad estricta y humillante, que no ofrece ningún fin a la vista ni opción que nos permita recuperarnos social y económicamente".