Hace unas semanas me llegó un correo de la querida Leo, la compañera del amigo Nicolás. Me envió el folleto informativo de lo que va a ser el I Premio Nicolás Martín Sosa, que han convocado la Asociación Española de Educación Ambiental y la Cátedra de Ética Ambiental de la Universidad de Alcalá de Henares. Que el citado premio lleve su nombre lo justifican por haber sido miembro fundador de la Asociación Española
de Educación Ambiental y pionero en la introducción de la ética ecológica en
España.
Me alegro mucho de ello, pues considero que es una forma de hacerle justicia. Han pasado ya 13 años desde su fallecimiento, pero nunca es tarde saber reconocer el papel que jugó en el campo del pensamiento ecologista en general y de la ética, como su conocida -y pionera- obra Ética Ecológica (Madrid, Ediciones Libertarias, 1994) o el artículo "La ética en la educación ambiental" (en la obra colectiva Educación ambiental. Sujeto, entorno y sistema. Salamanca, Amarú Ediciones, 1989). Un trabajo intelectual del que nunca debemos olvidar lo fuertemente imbricado que estaba con su praxis cotidiana, de la que bebía para que la primera no fuera sólo una actividad vacía. Para Nicolás una cosa y otra -teoría y práctica, intelecto y acción- eran lo mismo, como dos caras de una misma moneda. Una forma de dar ejemplo y de mostrar su coherencia en la vida. Y quienes le conocimos, damos fe de que así fue.
Para quienes quieran saber más de la convocatoria, el correo electrónico es: info@ae-ea.es; y un enlace: I Premio Ética Ecológica.