Hoy han salido los datos de a EPA. Son reveladores de la actual situación. Durante los dos primeros años de gobierno del PP el paro ha aumentado en más de 600.000 personas. El total de la población activa sin trabajo casi alcanza los 6 millones de personas, que representan el 26%. En 2013, el año de los brotes verdes y la luz al final del túnel, se elevó a 200.000. Eso sin contar el que haya gente que haya desistido de apuntarse en las oficinas de empleo, ante la desazón que provoca no encontrarlo. O, lo que es peor, el creciente número de emigrantes hacia el exterior. No existen datos fiables, pero se sabe que en su mayoría se trata de mano de obra cualificada, con formación universitaria. Y en medio de todo, la creciente precarización del empleo. El mes de diciembre, que conoció un balance positivo entre creación y destrucción de empleo, fue un espejismo. Se basó en contratos temporales de un mes, donde tuvo una presencia importante el sector olivarero, dado lo excepcional de la cosecha de esta temporada. Continúa la destrucción de empleo en las empresas privadas, que ha supuesto en 2013 alrededor del 40% del total de 200.000 desaparecidos. Y, por supuesto, en la administración pública, que ha aportado el restante 60% y que en este caso supone además la pérdida de servicios, especialmente en la sanidad, la educación y la asistencia social que se presta a los sectores más vulnerables. El gobierno hace un par de semanas, además, ha gravado determinadas remuneraciones de las personas asalariadas, como vales de comida, dietas, etc. El otro día el presidente de la patronal CEOE volvió a referirse a las pensiones, pidiendo que se eliminaran. Esto es, seguir reduciendo los costes empresariales a costa de la gente y que cada cual se busque la vida con planes privados. Normal, quieren más, lo quieren todo. Sobre todo si se les deja hacer. Y este gobierno es su expresión. En suma, que estamos peor.
(Foto: “Barrer
bajo la alfombra”, graffitti de
Bansky)