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domingo, 8 de septiembre de 2013
¿Desilusión? Una alegría
Yo lo he tenido claro: mejor que no hubieran elegido a Madrid como sede para los Juegos Olímpicos de 2020. Hubiera supuesto un derroche más en una sucesión previa de derroches. Los números de los que se hablan son de unos 9.000 millones ya gastados, más los que faltaban. Nos ha repetido que era poco y que ya se había construido el 80% de las infraestructuras, pero ¿quién cree a esa gente que presupuesta y luego infla desmesuradamente? Hace un par de años la que todavía era presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, se le escapó un "no tenemos un duro". Durante los últimos años los gobiernos del PP en todos los ámbitos no han dejado de hacer recortes en el gasto público con finalidad social, incluida la práctica del deporte para la gente común, pero el caprichito de los juegos bien les valía otro dispendio. Hasta el ministro Guindos dijo el otro día que para eso sí había dinero. Ayer, durante la presentación de la candidatura madrileña en Buenos Aires, Rajoy hizo un canto a la bonanza de nuestra economía. Por lo visto, poca gente lo creyó, pues recibió menos apoyos de los esperados. En días pasados se desató una euforia exagerada. Anoche había muchas caras compungidas. Y yo, he de reconocerlo, tan feliz. He llegado a oír ridiculeces y mucho victimismo. A ver si desaparece tanta ingenuidad y si pronto se va a su casa y nos deja en paz tanto chupóptero suelto.