Ya han encontrado la excusa. La orden de ataque inminente y selectivo, por tanto, ya ha sido lanzada. Una nueva agresión imperial. La guerra en Siria, en cierta medida civil, ya había empezado y la violencia está siendo extrema. Las guerras son así. He podido ver por la red escenas muy duras. Ayer, la ejecución de tres transportistas por las llamadas fuerzas rebeldes. Ahora se quiere añadir la intervención de EEUU y sus aliados, que van a hacerlo al margen de la ONU.
Hay muchos aspectos oscuros en esta guerra. La lucha militar contra el gobierno sirio la están protagonizando sobre todo fuerzas islamistas fundamentalistas estimuladas ideológicamente por las monarquías feudales del golfo Pérsico. Están siendo armadas por ellas mismas y, por supuesto, por EEUU y sus aliados, incluyendo a Israel y Turquía. Aquí se repite en gran medida lo de Afganistán en los años 80, Libia hace un par de años... También hay algo de lo ocurrido en Irak hace diez años, cuando se acusó a Sadam Hussein de tener armas de destrucción masiva. E incluso, aunque quedara sólo en amenazas, con lo de Irán, cuyo gobierno fue acusado de tener tecnología atómica. Ahora se hace lo mismo con el gobierno de Bashar Al-Asad, en esta ocasión con acusaciones de empleo de gases letales contra la población civil. Se puede añadir otro antecedente: la agresión contra Yugoslavia en 1999, en esa ocasión con el pretexto de Kosovo. Se sabe que las víctimas ocasionadas por los bombardeos selectivos fueron en su mayoría civiles y que el material empleado contenía uranio.
La misión internacional que ha visitado Siria estos días para ayudar a esclarecer lo ocurrido hace una semana aún no ha emitido su informe. Repito, no hay nada claro. Invito a ver la entrevista a Francisco Sánchez Muñoz en Hispantv y que reproduce Cuba Información. Pero desde EEUU, junto con el Reino Unido, Francia, Turquía y demás aliados, ya se ha tomado la decisión. Y no importa quién esté al frente de EEUU. Demócratas o republicanos, hacen lo mismo. He leído que Obama se opuso
como congresista a la guerra de Irak. Como presidente sigue manteniendo la de
Afganistán, ha promovido la de Libia, sigue amenazando a diestro y siniestro, y
ahora se lanza contra Siria. La lógica imperial sigue su curso, porque la maquinaria que la sustenta siempre está lista para destruir.
Las guerras que no cesan. Y quienes las impulsan siguen ahí.