Iré a la huelga
CCOO y UGT han convocado una nueva huelga general. Lo han hecho para el día 29 de marzo. Ya es la octava desde 1977 (ver en este blog la entrada del 15 de junio de 2010). La segunda en menos de dos años. Una respuesta adecuada en un momento muy difícil. De regresión creciente en los derechos sociales y laborales que se fueron conquistando desde décadas anteriores. Una regresión que es consecuencia de las medidas impuestas por los gobiernos del PSOE, primero, y el PP, ahora. Gobiernos corruptos y cómplices de las decisiones que toman junto con las instituciones supranacionales (UE, Banco Europeo, FMI...) y las corporaciones financieras privadas transnacionales. Causantes todos de las crisis actual. Y de la miseria que afecta a buena parte de la humanidad. En los tiempos que corren, no es que merezca la pena participar en la huelga general, es una responsabilidad social. Si ni siquiera lo hacemos, ¿qué autoridad moral tendremos para protestar por lo mal que van las cosas y exigir responsabilidades? ¿O acaso hay quien está esperando la llegada de un falso salvador, como ya ocurrió en los tiempos del fascismo triunfante?