Han visitado nuestro país en estos últimos días Hugo Chávez y Evo Morales. Presidentes de Venezuela y Bolivia, respectivamente, son, después de Fidel Castro, los dos principales enemigos del imperio de EEUU en América. En España existe un número elevado de corifeos del imperio en los partidos políticos principales (especialmente los de la “derecha sociológica”) y en los medios de comunicación (donde están todos los de derecha y los del “progresista” grupo PRISA), con un buen número de comparsas que les siguen el juego. Dentro de sus exageradas proclamas propagandísticas repetidas una y mil veces, pues no saben hacer otra cosa (excepto apoyar conspiraciones y golpes de estado), nos presentan a estos dos presidentes como dictadores. Y esto, cuando han llegado al poder mediante las elecciones con amplios respaldos, aprueban sus reformas y leyes desde las instituciones representativas, soportan las injurias de la mayor parte de los medios de comunicación (que controlan las oligarquías respectivas), se defienden de las continuas maniobras, trampas, conspiraciones y hasta golpes de estado que les organizan, soportan una presión interna y externa que ningún gobierno de los llamados democráticos del mundo rico serían capaces de aguantar… En España se hizo hace dos años una defensa chabacana y vergonzosa de la frase del monarca “por qué no te callas?” contra Hugo Chávez, cuando lo único que demostró fue ignorancia, arrogancia y la más elemental falta de las normas que deben regir las relaciones internacionales… Se distorsiona la defensa que Evo Morales hace del cultivo y el consumo de la coca, una planta estimulante que tiene un uso ancestral en esos pueblos, como en otros la tiene el café o el té. A los dos, a Hugo y a Evo, se les denigra por su procedencia social humilde y además racial: mestizo, el primero, al que se le insulta con la palabra gorila; indio, el segundo; es decir, muestras del más burdo racismo… Y todo porque defienden la soberanía de sus recursos frente a la rapiña y depredación de las empresas multinacionales (muchas, españolas) que actúan en sus recursos naturales (petróleo, gas, agua, minas…), el reparto de una riqueza que tan mal está repartida, la adopción de medidas sociales básicas como la educación, la sanidad o la vivienda, la solidaridad con otros países acosados por las grandes potencias… En fin, por mi parte, decirles tres palabras: bienvenidos, salud y adelante.