domingo, 14 de junio de 2009

Un nuevo reto


Cantan los pájaros y el día empieza a desperezarse. Son las siete de la mañana y ya hace calor: el termómetro del balcón marca 25º, como ayer. Me gusta trabajar temprano, cuando la gente duerme, y no se oyen ruidos de coches y de gente. Mi cerebro, descansado, funciona mucho mejor, liberado de las presiones que se van acumulando durante el día.

Hoy, como suelo hacer los fines de semana, saldré a pasear temprano por la playa. Ayer lo hice y fue una delicia. Ayer también dejé listo el trabajo de mañana, lunes, es decir, el diseño de los exámenes para tres cursos. En el caso de 1º de Bachillerato, individualizados. Sólo me queda corregirlos por la tarde y preparar las listas de las calificaciones, y así podré acudir a las pruebas de Selectividad más descargado de trabajo y tranquilo.

Delante de mí tengo el proyecto de investigación "La represión franquista del anarcosindicalismo en la baja Andalucía: Cádiz y Sevilla". En el anterior comentario hice alusión a mi intención de participar en él y los primeros escarceos en la recogida (en realidad, pre-recogida) de información sobre Barbate. He estado ojeando su contenido, como hice el día que me llegó. Resulta curioso que un comunista como yo esté dedicando parte del trabajo de investigación al movimiento anarquista. No es algo que me genere problemas, sino todo lo contrario. Cuando escribí el libro sobre Mujeres Libres, Anarcofeminismo en España, sentí una gran satisfacción, entre otras cosas, por la tarea que esas mujeres anarquistas llevaron a cabo en España en los años 30, especialmente desde 1936. Unas tarea llena de modernidad por atrevida y adelantada en su tiempo.

Ahora me toca participar en un proyecto colectivo, lo que ya en sí me resulta atractivo. Me siento muy agradecido por que me hayan invitado. El anarquismo en Barbate fue una realidad de importancia, en la medida que el movimiento obrero en esta localidad durante la IIª República giró en su entorno, que se sepa (y la investigación me permitirá conocerlo mejor). Poco sé de esos años, excepto minucias sobre el asesinato de los hermanos "Carito" a manos de pistoleros falangistas o la existencia del dirigente José Aragón Morillo. Me han hablado de viejos anarquistas, padres de alguna gente conocida, como el de Pepa Chamorro o el de un conocido pequeño comerciante, llamado al parecer Pepe Malia "el Moro". El martes pasado me acerqué al Archivo Municipal, donde trabaja un antiguo alumno, Gabriel Conde, que me facilitó varios documentos. En una carpeta aparecen varias reclamaciones durante la transición de viudas de fusilados durante la guerra, con el fin de poder recibir una pensión. En otra, de 1940, hay un listado de niños y niñas para que el Ayuntamiento les diera de comer, sin que falten bastantes casos donde se escribe "hijo de padre rojo". Desde estos nombres tendré que indagar acerca de su posible pertenencia a la CNT, objeto del proyecto en el que participo. Esto, al margen de que pueda ser motivo de una investigación paralela por mi parte.

Me queda mucho por hacer, pero creo que hay posibilidades. Confío en tener fuerzas de ánimo suficientes para que pueda seguir adelante y pueda devolver la confianza que han depositado en mí, y, ante todo, devolver a la gente el olvido de quienes en su momento se sacrificaron y dieron la vida por un mundo mejor.

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