miércoles, 30 de junio de 2021

La medida de las palabras de Pablo Casado sobre la Guerra Civil

No me han sorprendido las palabras sobre la Guerra Civil que Pablo Casado ha pronunciado esta mañana en el Congreso: "un enfrentamiento entre quienes querían la democracia sin ley y quienes querían ley sin democracia". Forman parte del guion que el PP está siguiendo desde enero de 2020, cuando, durante la sesión de investidura del nuevo gobierno, se instaló en el discurso de la ilegitimidad para no reconocerlo. Y no está solo. De un lado, un Ciudadanos en caída y de otro, por su derecha, un Vox que le azuza de tal manera, que desde hace unos meses los dos partidos están actuando entre la connivencia y la competencia por ver quién es más que el otro. Es la medida de la derecha española. En el caso del PP, incapaz de desprenderse de sus fantasmas del pasado. Y en el de Vox, haciéndolos suyos sin tapujos. Coherentes, eso sí, con una realidad: la apropiación casi ininterrumpida de las instituciones a lo largo del periodo contemporáneo y el boicot, cuando no su derrocamiento por la fuerza, a los grupos que desde la izquierda han accedido a ellas. Una dura realidad, porque parte del hecho de considerar que el país sólo pertenece a quienes representan. Son la expresión de la España negra. Y así nos va.  

Anteproyecto de ley en favor de las personas trans: necesario, pero mejorable

Los dos grupos que conforman el gobierno, PSOE y Unidas Podemos, han llegado, por fin, a un acuerdo en torno al anteproyecto de ley que suponga la igualdad real de las personas transexuales y les garantice los derechos de las personas LGBTI, es decir, lesbianas, gays, bisexuales, transgénero e intersexuales. 
Salvados los escollos planteados por parte de algunos sectores del PSOE, con el acuerdo se ha abierto  una puerta que puede hacer de España uno de los pocos países que reconozcan esa realidad. Cuentan con el apoyo de buena parte de los grupos de la cámara baja, salvo los de la derecha españolista.

¿A qué se ha debido la tardanza en la tramitación del citado anteproyecto? Fundamentalmente, la actitud que ha mantenido la viceministra Carmen Calvo, al frente de una visión compartida por una parte del feminismo que considera que con ese tipo de leyes se borraría a las mujeres y se sentarían las bases para la desactivación del movimiento feminista. Calvo se opuso hace unos meses a que prosperara el texto presentado desde el ministerio de Igualdad, así como otra iniciativa presentada en bloque por Más País, Compromís, ERC, Junts, CUP, BNG y Nueva Canarias. El grupo parlamentario del PSOE votó, por tanto, en la misma dirección que los partidos de la derecha. Y rechazó, de esa manera, que se reconocieran como derechos la capacidad para cambiar de nombre y sexo por parte de menores a partir de los 12 años,  el uso de los términos personas trans o identidad de género, la garantía de protección por el estado en asuntos como asistencia a menores, la inclusión laboral, etc., la posibilidad de que las personas no binarias puedan marcar en el DNI una tercera casilla...  

Si esa idea está bastante extendida en los ámbitos feministas del PSOE, lo mismo ocurre en algunos sectores del feminismo no partidista, incluso del calificado formalmente más radical. En todo caso, cuentan con apoyos limitados dentro del conjunto del movimiento, si bien lo que resulta más grave es que están siendo utilizados desde los ámbitos de la derecha política y social. Llama la atención lo que están haciendo algunas veteranas feministas, como en el caso de Lidia Falcón, quien, en su afán por criticar y oponerse a las medidas que se están impulsando desde el ministerio de Igualdad, está participando como una especie de invitada de honor en los medios de comunicación conservadores. A través de un lenguaje verbal a veces extremo Falcón habla de un "lobby LGBTI", niega la perspectiva de género como un paradigma de compresión de las relaciones humanas y hasta denuncia la existencia de una conjura internacional que busca acabar con el feminismo. Y lo hace precisamente en los medios que niegan sin rodeos ese movimiento y sus reivindicaciones, desde derechos como el divorcio o el aborto hasta los correspondientes al movimiento LGBTI. Triste, pero cierto.

Lo más grave de lo ocurrido hasta ahora es que un colectivo tan digno como minoritario, como es el de las personas trans, está siendo puesto en el punto de mira de determinados sectores políticos y mediáticos. Digno, porque se trata de personas con derechos, y minoritario, porque su número no llega siquiera al 0'5% de la población. Desde esos sectores homófobos y tránsfobos, que lo son también antifeministas, se les está criminalizando, cuando la realidad es la contraria: las personas trans, a falta de derechos, que ya es grave en sí, están sufriendo una violencia directa e indirecta, que, según algunas fuentes, está yendo en aumento en los últimos años, como también está ocurriendo con quienes conforman el colectivo LGBTI o las propias mujeres. 

Pese a todo, el paso dado ayer en el seno del gobierno resulta esperanzador. Falta la tramitación parlamentaria y que a lo largo del debate que se dé en las cámaras legislativas puedan incorporarse aspectos perdidos del proyecto inicial del ministerio de Igualdad, que recogía las reivindicaciones del movimiento LGBTI. Es importante que nuestro país sea un contrapeso en la ola retrógrada que se está dando en el mundo contra el avance en los derechos de las mujeres y de las personas lesbianas, gays, bisexuales, transgénero e intersexuales. 

Aquí hay grupos, como Vox, que defienden postulados que se están poniendo en práctica en países como Hungría, contra los derechos de las personas LGBTI, o en Polonia, contra el derecho al aborto. El PP, en su deriva hacia la derecha, está apoyando propuestas de Vox en Murcia y Madrid, y se corre el riesgo que se extienda a otras comunidades donde gobierna la derecha. Más que nunca hay que unir los esfuerzos entre quienes defendemos los derechos humanos, incluso lo aún no reconocidos. Por eso, los movimientos feminista y LGBTI deben mostrarse solidarios. 

domingo, 27 de junio de 2021

Algunos comentarios sobre Palabras para un fin del mundo

He podido ver
, por fin, el documental Palabras para un fin del mundo, dirigida por Manuel Menchón y aprovechando la emisión que hizo La 2 de RTVE hace unos días. Con ella puedo completar el artículo que publiqué el pasado de 22 de mayo con el título  "Unamuno y su muerte, en el centro del debate". En esa ocasión me  centré en el libro La doble muerte de Unamuno y el artículo "Ramón Mercader en Salamanca: a propósito del documental Palabras para un fin del mundo". El primero de esos trabajos ha sido obra de José Luis García Jambrina y Manuel Menchón, realizado como una ampliación de la película, pero también, en cierta medida, como una respuesta al artículo duramente crítico que el historiador Severiano Delgado Cruz le dedicó al poco de su salida en las salas de cine.

¿Qué puedo decir por mi parte del documental? Sobre su contenido, poco más tengo que añadir, en la medida que lo que aparece ya está recogido en el libro. Tampoco mucho más sobre lo más propiamente cinematográfico, tanto en la forma, incluyendo el lenguaje cinematográfico, como en la estructura. Aun así, he percibido dos partes diferenciadas. O, si se prefiere, puedo distinguir, de un lado, el cuerpo principal de la narración acerca de una visión y/o interpretación de la personalidad política de Unamuno y, de otro, una especie de epílogo cuando trata el asunto de la muerte del intelectual bilbaíno/salmantino.

En la primera de esas partes se resalta su espíritu independiente, que le llevó a  lo largo de su vida a no casarse con nada ni con nadie siempre desde una visión liberal de la vida, en su sentido más amplio, y el empleo de la palabra, y con ella de la razón, como principio rector en las relaciones humanas. Sin embargo, como ya señalé implícitamente en mi artículo, el director de la película y su colaborador en el libro posterior hacen un tratamiento demasiado edulcorado de su comportamiento durante los meses de guerra, precisamente donde ponen un mayor énfasis. Siendo cierto que su posicionamiento fue cambiando a medida que se fueron sucediendo los acontecimientos, no lo es menos lo sorprendente de su apoyo a los golpistas, hasta el punto que les aportó una buena dosis en la búsqueda de una legitimidad que necesitaban. Sus principales protagonistas tenían unas trayectorias políticas y profesionales que eran las antípodas de lo que Unamuno defendió siempre. E incluso, cuando Unamuno ya había percibido el alcance de sus formas de acción, todavía siguió mostrando ciertas esperanzas sobre el papel que podían jugar los militares con el fin de poner orden.

La segunda parte, o lo que he llamado como una especie de epílogo, es lo que resulta más novedoso dentro de lo que hasta ahora se ha publicado sobre Unamuno y, así mismo, lo que ha provocado las reacciones más furibundas. Como se sugiere que la muerte física pudo haber sido provocada por los mismos que lo utilizaron en los primeros meses de guerra y con posterioridad, desde los círculos de la derecha mediática ha sido considerado algo así como una provocación. En el caso de Severiano Delgado Cruz, nada sospechoso de pertenecer a ese espectro político, lo que resalta es la ausencia de pruebas. Y con papel relevante en el episodio de esa muerte aparece Bartolomé Aragón Gómez, un personaje entre oscuro y enigmático. Testigo de lo que ocurrió, porque estuvo en el momento y el escenario de la muerte, desapareció en los acontecimientos que la sucedieron y hasta de la ciudad donde trabajaba como profesor. Uno más de esa pléyade de falangistas que actuaron para apropiarse de un mito.

Me mantengo, pues, en lo que escribí en mi artículo antes referido. Unamuno, como ser humano, no estuvo exento de contradicciones. El problema ha venido cuando en los meses finales de su vida dio un giro radical en lo que había sido su trayectoria anterior. Otra cosa es el precio que tuvo que pagar por haber mostrado sus dudas ante quienes apoyó desde julio de 1936. Para Manuel Menchón y José Luis García Jambrina pudo ser la clave para conocer el origen de sus dos muertes. La primera, la física, como una posibilidad, una conjetura, una hipótesis...  

En fin, un Miguel de Unamuno que fue genio y figura hasta la sepultura.

sábado, 26 de junio de 2021

La estrategia política de la derechona española y los límites que puede tener en el ámbito europeo

Los indultos están siendo la última arma arrojadiza de la derechona española contra el gobierno. La virulencia con la que se están empleando tanto los tres grupos que la componen como sus medios de comunicación está alcanzado cotas muy elevadas. Los adjetivos que están empleando contienen una buena dosis de lenguaje guerracivilista y que recuerda en buena medida lo ocurrido hace más de ocho décadas. Crear, en fin, en el seno de una parte de la sociedad un estado de necesidad para que actúen otras instituciones al margen del gobierno y el parlamento que lo sustenta.

Ignoro si entre sus cerebros pensantes alguien está teniendo en cuenta que se trata de una batalla que, además de ser peligrosa en sí misma por las derivaciones que podría tener, tiene otra faceta, que trasciende a las fronteras interiores. 

Hay juristas de reconocido prestigio (nombro a algunos: José Luis Martín Pallín, Javier Pérez Royo o Joaquín Urías) que llevan tiempo advirtiendo sobre el hecho de que nuestro país, al encontrarse dentro de la jurisdicción europea, se encuentra sometido a decisiones judiciales que pueden ser corregidas por tribunales de ámbito supranacional superior. Hace una semana, por ejemplo, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos determinó que la Audiencia Nacional había condenado injustamente en 2011 al dirigente de la izquierda abertzale Tasio Erkizia, que fue acusado de enaltecimiento del terrorismo. Es cierto que han pasado diez años y que la reparación hacia quien sufrió esa condena llega muy tarde, pero la decisión del TEDH ha puesto en entredicho, como en otras ocasiones, que la justicia en este país llamado España no funciona como debiera.

He leído el artículo de Javier Pérez Royo que publicó ayer eldiario.es, titulado "Un balón de oxígeno para el Tribunal Supremo". Tiene que ver con lo antes referido sobre la autoridad moral de los tribunales españoles, si bien en él se introducen dos aspectos, hasta ahora poco conocidos, acerca de las repercusiones que va a tener la reciente concesión de indultos a las personas condenadas por el Tribunal Supremo con motivo de lo ocurrido en Catalunya durante los meses de septiembre y octubre de 2017. Por un lado, el que está en relación a los plazos que utiliza el TEDH a la hora de tomar sus decisiones. Y por otro, sobre la oportunidad de tal concesión de gracia, que aporta un elemento de estabilidad institucional, al impedir que el sistema político tenga que sufrir un durísimo varapalo.

Pérez Royo apunta que los indultos eliminan el carácter de urgencia en el tratamiento de los recursos presentados ante el TEDH. Como no estamos ya ante un caso de privación de libertad, eso conlleva que habrá que esperar varios años para que se dispongan a valorarlos. Como hemos señalado antes, diez fueron los años que tardaron en resolver el caso de Tasio Erkizia.

Podría considerarse que por qué el citado tribunal europeo iba a dictaminar en contra del Tribunal Supremo, e incluso del Tribunal Constitucional, a lo que Pérez Royo recuerda que basta con leer el contenido de los votos particulares de dos miembros del segundo de esos tribunales cuando se rechazaron los recursos de amparo presentados por las defensas de Jordi Sánchez y Jordi Cuixart. Y es que la jurisprudencia del TEDH apunta en una dirección bastante distinta de lo que suelen hacer los tribunales españoles, todavía anclados en valores que huelen a rancio y con vestigios que provienen del franquismo. Pero no sólo es eso. Como escribió José Luis Martín Mallín el pasado día 2 en un artículo, "el problema no es el indulto sino la sentencia".

Y es aquí donde se encuentra el segundo de los aspectos antes señalados. El gobierno español, con su decisión, además de buscar una vía de concordia y diálogo con Catalunya, lo que está haciendo es, en primer lugar, proteger a los principales órganos españoles de justicia. A lo que hay que añadir que, de paso, introducen la dosis de cordura necesaria para la estabilidad del sistema político. 

Volviendo a la perniciosa derechona española, apunto por mi parte dos cuestiones más. Una tiene que ver con lo expresado desde dos ámbitos que no son precisamente amigos del gobierno: el del empresariado, en boca del presidente de la CEOE, y el de la Iglesia Católica. El primero, quizás, consciente de que la deriva de la derechona no lleva a buen puerto la necesidad de una recuperación económica después de casi año y medio de pandemia y ante la perspectiva de la llegada de fondos económicos provenientes de la UE. Y la Iglesia, condicionada por la posición de los obispos catalanes, independientemente de que haya coincidido con esa máxima cristiana del perdón y demás.

En cuanto a la segunda de las cuestiones, si el objetivo de la derechona es desestabilizar la vida política española y con ella acabar con el actual gobierno, otra cosa es lo que se pueda pensar y, como consecuencia, hacer, desde las instancias europeas. Porque su comportamiento, apoyado en tantas ocasiones por los tribunales de justicia, está afectando al respeto de los derechos humanos. 

Sabemos que en el terreno propiamente político se está dando en el ámbito europeo un pulso entre la defensa de valores democráticos, con una relevancia especial de los derechos y las libertades civiles, y su vulneración. Una muestra es lo que está ocurriendo con la decisión del parlamento húngaro de restringir los derechos del colectivo LGTBI o con las restricciones aprobadas en Polonia sobre el derecho al aborto. 

Por todo esto, la vía seguida por la derechona, aun siendo muy peligrosa, corre el riesgo de acabar colisionando con uno de los pilares de la Unión Europea, esto es, el defender y hacer respetar los derechos humanos. Par mí, desde luego, el principal.    

jueves, 24 de junio de 2021

La derecha española y los derechos civiles

La derecha española tiene una mala relación con los derechos civiles. Se le rompe la boca de vociferar contra las leyes que buscan su reconocimiento. Antaño como Alianza Popular, luego con su continuación refundada con el nombre de Partido Popular y en nuestros días, al unísono, como Partido Popular y su excrecencia Vox, el caso es que eso del divorcio, el aborto, el matrimonio igualitario, la eutanasia o el reconocimiento de las personas trans no les va. Sólo el más "modelno" Ciudadanos se ha salido de esa estela, pero al paso que va, poco va a poder aportar para su regeneración en esa materia. Vayamos por partes.

En 1981, cuando gobernaba la Unión de Centro Democrático, AP votó en contra de la que fue la segunda ley de divorcio en España (la primera data de 1932) y que todavía sigue vigente. Sabido es, por poner un ejemplo, el caso conocido de un tal Francisco Álvarez Cascos que votó en contra cuando era diputado y que con el paso de los años ha llegado a divorciarse -no sé si por gracias a Dios- en tres ocasiones. El tal personaje llegó a ser número 2 del PP y hasta del gobierno cuando José María Aznar lo era todo en ese partido.

En 1985 AP, de nuevo, votó en contra de la primera ley del aborto, si bien años más tarde, en 1996, ya como PP, su líder, José María Aznar, reconoció que no iba a modificarla. Eran los tiempos en que Josemari mencionaba a Manuel Azaña como un buen español, leía a Luis Cernuda, hablaba en catalán en la intimidad... 

En 2005 se aprobó la ley que posibilita el matrimonio entre personas del mismo sexo, a lo que el  PP se opuso e hizo todo lo posible e imposible para conseguirlo. En su seno se seguía hablando de la homosexualidad como enfermedad y hasta la esposa de Josemari llegó a decir eso de "una manzana y una pera no pueden dar una manzana". Sólo Celia Villalobos rompió la disciplina de partido, pero hubieron de pasar algunos años para que empezaran a alzarse algunas voces criticando públicamente la posición de su partido. Sabido es también, volviendo a los ejemplos, que Javier Maroto, hoy casadista donde los haya, se casó en 2015 con su novio de siempre y no por ello se rompió España.   

En 2010 el PP se opuso a la actual ley del aborto, que modificó la anterior introduciendo unos plazos para poder acceder a la interrupción voluntaria del embarazo. Aquí el PP dio un paso más, pues presentó un recurso de inconstitucionalidad. Incluso en 2013, ya con el PP en el gobierno, el ministro Alberto Ruiz Gallardón llegó a presentar un anteproyecto que buscaba modificar la ley de 2010. Con una fuerte oposición, hasta dentro de su partido, no lo logró y cavó su tumba como miembro del gobierno. Y mientras tanto, cómo tiene que estar la cosa en el seno del Constitucional que, después de 11 años, aún no ha resuelto el recurso.

Ahora estamos con la recién aprobada ley de eutanasia. Vox ya ha interpuesto el recurso correspondiente ante el Tribunal Constitucional. Desde el fascismo español se ha llegado a comparar sin pudor su contenido nada menos que con las cosas que hacían en la Alemania nazi. Hoy el PP ha anunciado que va a hacer lo mismo. Helos ahí, padre e hijo pugnando por lo mismo. 

Y queda por culminar la tramitación de la conocida como ley trans. Parece que las reticencias del PSOE están dando paso a una actitud favorable para seguir adelante y que, por fin, pueda darse un paso más en el reconocimiento de derechos civiles. Tanto el PP como Vox se han opuesto desde el primer momento. Lo que queda por ver es el grado de oposición que van a desplegar. Pero conociendo el paño...   

lunes, 21 de junio de 2021

Objetivos y alcance de la Operación Barbarroja

Han pasado 80 años desde que se iniciara la mayor ofensiva militar lanzada por un país sobre otro. La Operación Barbarroja, iniciada el 22 de junio de 1941, fue la denominación secreta del ataque despiadado que el III Reich lanzó sobre la URSS. Fueron más de cien las divisiones y alrededor de 5 millones los soldados que participaron en esa operación, 3'5 millones de los cuales eran alemanes, mientras el resto procedía de los países aliados. En total, a lo largo de los algo más de dos años y medio de ocupación, las divisiones fueron 152 y los soldados,  6 millones, entre los que se encontraban los miembros de esa División Azul española que acudió bajo el grito "¡Rusia es culpable!", lanzado por Serrano Súñer. Prácticamente el 70% del conjunto de las tropas alemanas. 

Mucho se ha escrito sobre lo ocurrido en los primeros momentos del ataque. Han abundado las críticas a la reacción de la dirigencia política y militar soviética, especialmente sobre la primera y, más concretamente, sobre Stalin, el máximo dirigente del país. Se le ha acusado de haber rechazado y/o infravalorado los informes que iban recibiendo acerca de los preparativos y del propio inicio de la ofensiva alemana. Pero la cosa resultó ser más compleja y, lejos de ser ciertas las acusaciones, lo que ocurrió fue bastante distinto. Es lo que intentaré explicar en lo que sigue. 

Desde años atrás los dirigentes soviéticos eran conscientes de que el militarismo y  el expansionismo del III Reich tenía entre sus principales objetivos la ocupación de la URSS. Inserta dentro de la teoría del espacio vital, que había sido adoptada por le nazismo como necesaria para "eliminar la desproporción existente entre la densidad de nuestra población y la extensión de nuestra superficie territorial" (1), los territorios de la URSS ofrecían cuantiosos recursos naturales (agricultura, minería, petróleo...) y una mano de obra propicia para ser explotada en condiciones de esclavitud extrema. 

Lo ocurrido desde el verano de 1936, con la Guerra Española, y entre la primavera de 1938 y el verano de 1939, con la anexión alemana de Austria y Checoslovaquia, fue la constatación de que las potencias occidentales estaban poco o nada dispuestas a poner freno a las ambiciones territoriales alemanas. A eso hay que añadir el continuo rechazo por parte de esas mismas potencias a las propuestas hechas por la URSS para formalizar una alianza que pusiera freno al expansionismo alemán. 

Fue en ese contexto en el que finalmente, a finales de agosto de 1939, tuvo lugar la firma del Pacto Germano-Soviético. Para el III Reich era un camino fácil para ocupar la parte de Polonia que hasta 1918 había formado parte del imperio territorial alemán y de paso, o quizás ante todo, la forma de neutralizar por el este el temido efecto tenaza que años atrás, durante la Gran Guerra,  arruinó sus objetivos militares. Solventado ese obstáculo, el ataque contra Francia en junio de 1940 fue rápido y eficaz, lo que le permitió ocupar la mitad del territorio de su enemigo secular y formar un gobierno títere en la otra mitad. Mayores dificultades se encontraron con el Reino Unido, pese a los ataques aéreos con que castigaron a sus ciudades con la intención de forzar una paz por separado.  

Para la URSS, por su parte, el pacto con Alemania le permitió prepararse para la acometida que, tarde o temprano, iba a recibir. Durante el impasse de 22 meses fueron preparando el terreno bajo la idea de que iba a tener lugar una guerra intensa y larga. Por un lado, trasladando y preparando al otro lado de los Urales buena parte del equipamiento industrial; y por otro, fortaleciendo sus efectivos militares, tanto en número como en organización. 

A finales de la primavera de 1941, casi llegando el verano, con el frente occidental estabilizado y prácticamente todo el continente controlado por las potencias del Eje, fue el momento propicio para el ataque alemán sobre la URSS. Durante las semanas previas al inicio del ataque las autoridades soviéticas fueron constatando que a lo largo de sus fronteras occidentales iban aumentando los contingentes militares alemanes, a la vez lo hacían también las provocaciones. Desde marzo ya había más de cien divisiones apostadas. También iban recibiendo numerosas  informaciones sobre esos preparativos, así como posibles fechas del inicio del ataque, en lo que no faltaron tampoco los mensajes intencionados para crear confusión.

Que la reacción del mando político y militar soviético no fuera la de concentrar las tropas suficientes para hacer frente a lo que iba a venir o que, una vez iniciada la invasión, no se produjera una resistencia en bloque, lejos de ser un error, fue una maniobra estratégica inteligente y que acabó siendo exitosa. Es cierto que en su avance las tropas alemanas se encontraron en pocas semanas ante las puertas de Moscú y de Leningrado, y que su línea de ocupación alcanzó una buena parte del territorio occidental. Pero también lo es que, llegados a esos puntos, nunca lograron avanzar más. A modo simbólico, esas dos grandes ciudades resistieron, especialmente la que fue cuna de la revolución, alcanzando niveles desconocidos de un heroísmo épico. 

La llegada del invierno, tan temprana en esas latitudes, ayudó a que el avance se detuviera, pero sin olvidar tres cosas: el papel relevante que fue jugando el Ejército Rojo, la progresiva incorporación de los valiosos recursos procedentes del aparato industrial reubicado en el este y el comportamiento patriótico de la población en general. Y llegado el verano de 1942, ante el nuevo ataque alemán desplegado con el fin de conseguir los recursos petrolíferos del Cáucaso, lo que se inició fue el principio del fin de la presencia alemana en la URSS, con Stalingrado como un nuevo símbolo.

No hay la menor duda que por parte de las autoridades del III Reich existía la seguridad de que la campaña militar iba resultar rápida. Desde un doble ángulo: el de la información disponible, creyendo que la URSS era un desastre en lo militar y en lo económico; y el de la ideología, partiendo del apriorismo, lleno de prejuicios y estereotipos, de que lo que tenían enfrente era un conjunto de razas inferiores, a su vez comandadas por el judaísmo internacional. 

Siguiendo lo señalado por Domenico Losurdo (2), para Hitler, según declaró unos meses antes a un diplomático búlgaro, el ejército soviético no era más que un "chiste". Y para Goebbels, tal como escribió en sus diarios en los momentos previos al ataque: "Tenemos por delante una marcha triunfal sin precedentes (...). Considero la fuerza militar de los rusos muy baja, todavía más baja de lo que pudiera considerarla el Führer". Tal subestimación de la capacidad soviética no resultaba muy diferente en el caso de las autoridades occidentales. Para Halifax, ministro de Exteriores británico hasta 1940, las fuerzas armadas soviéticas eran "insignificantes", y para los servicios de inteligencia de su país la ocupación estaría "liquidada en 8 ó 10 semanas". No muy diferentes fueron las valoraciones que hicieron, en el caso de EEUU, los consejeros del presidente Roosevelt, estimando un periodo entre uno y tres meses para que la URSS acabara capitulando. 

Pero ninguna de esas previsiones se cumplió. El final es bien conocido. Pero no está de más recordar lo que, a las pocas semanas de iniciada la Operación Barbarroja, empezó a verse como una realidad muy diferente. Siguiendo con lo que nos cuenta Losurdo, lo que Goebbels empezó a reflejar en sus diarios fue lo contrario de su optimismo inicial y, sobre todo, un ejercicio de realismo. Así, el 24 de julio escribió: "el régimen bolchevique (...) ha dejado profundas huellas en los pueblos de la Unión Soviética. (...) [E]sta operación es muy difícil". El 1 de agosto: "se ha errado un poco en la valoración de la fuerza militar soviética. Los bolcheviques  revelan una resistencia mayor de la que habríamos supuesto". 19 de agosto: "El Führer está en privado muy irritado consigo mismo por el hecho de haberse dejado engañar hasta tal punto [por los servicios de información soviéticos] sobre el potencial de los bolcheviques". O el 16 de septiembre: "Hemos calculado el potencial de los bolcheviques de modo completamente erróneo". 

Pero volviendo a lo desarrollado por la dirigencia de la URSS, ¿fue errónea la estrategia que Stalin y su cúpula militar desarrollaron desde el primer momento de la Operación Barbarroja? Hay historiadores y analistas militares que así lo consideran. Puede parecerlo, por ejemplo, en el caso de Zhores y Roy Medveded (3), para quienes: "Aunque en 1941, Stalin dirigió con bastante torpeza las operaciones militares en el frente, su mayor preocupación era asegurar que hubiese el máximo de tropas en la reserva". Sin entrar ahora en la apreciación primera sobre la "torpeza", fue precisamente lo último, esto es, la referencia a las reservas miliares, lo que acabó resultando primordial en el devenir de la guerra. 

Y es que el empleo masivo de las tropas de reserva a posteriori resultó clave, porque se hizo en el momento idóneo, dentro de una estrategia que, lejos de ser improvisada, tenía unas sólidas bases. Stalin, que estuvo casi solo al principio, y sus generales, posteriormente, evitaron las provocaciones que se fueron lanzando desde la primavera por parte de los alemanes. Hitler hubiera preferido una respuesta soviética rápida y en bloque, con el fin de facilitar su puesta en práctica de la guerra relámpago y derrotar con facilidad al Ejército Rojo. Años después, ya muerto Stalin, el general Yukov dejó escritas estas palabras en sus memorias (4): "La voz de mando de Hitler contaba con nosotros para que llevásemos nuestras principales fuerzas hasta la frontera, con intención de rodearlas y destruirlas". 

La Segunda Guerra Mundial acabó casi cuatro años después. Los horrores que se fueron sucediendo, en sus distintas formas, alcanzaron unos niveles inusitados. Pero puede decirse que la Operación Barbarroja acabó siendo fallida porque en sus planes no se contempló ni la capacidad militar del país agredido, ni los pueblos que apoyaron a su ejército y ni tan siquiera que sus dirigentes fueran capaces de coordinar una lucha que, no por feroz, imposibilitó que una raza que se creía superior acabara haciéndose a cualquier precio con las riendas de Europa y lo que viniera después. 

Valgan los versos del poema "Espérame", escrito en 1941 por Kostantin Simonov como una muestra del estado de ánimo que vivió buena parte del pueblo soviético, en este caso a través de un soldado que tiene la esperanza que todo acabe bien:

Espérame que volveré.
Sólo que la espera será dura.
Espera cuando te invada la pena, mientras ves la lluvia caer.
Espera cuando los vientos barran la nieve.
Espera en el calor sofocante,
cuando los demás hayan dejado de esperar, olvidando su ayer.
Espera incluso cuando no te lleguen cartas de lejos.
Espera incluso cuando los demás se hayan cansado de esperar.
Espera incluso cuando mi madre e hijo crean que ya no existo
y cuando los amigos se sienten junto al fuego para brindar por mi memoria.

Espera.
No te apresures a brindar por mi memoria tú también.
Espera, porque volveré desafiando todas las muertes
y deja que los que no esperan digan que tuve suerte.
Nunca entenderán que en medio de la muerte,
tú, con tu espera, me salvaste.
Sólo tú y yo sabemos cómo sobreviví.
Es porque esperaste y los otros no.


Notas 

(1) Hitler (p. 245).
(2) Losurdo (pp. 35-37).
(3) Medveded (p. 254).
(4) Medveded (p. 255).


Bibliografía de referencia

Aragon, Louis (1965). La Unión Soviética. Historia paralela de los Estafos Unidos y la Unión Soviética. 1917-1960, v II. Buenos Aires, Emecé Editores.
Artola, Ricardo (1996). La Segunda Guerra Mundial. Barcelona, Altaya.
Fontana, Josep (2017).  El siglo de la revolución. Una historia del mundo desde 1914. Barcelona, Crítica.  
Hitler, Adolf (2003). Mi lucha. Barcelona, F.E.
Hobsbawm, Eric (1991). Historia del siglo XX. Barcelona, Crítica.  
Losurdo, Domenico (2011). Stalin. Historia y crítica de una leyenda negra. Barcelona, El Viejo Topo.
Medveded, Zhores A. y Medveded, Roy A. (2005). El Stalin desconocido. Barcelona, Crítica
Pereira, Juan Carlos (coor.) (2001). Historia de las relaciones internacionales contemporáneas. Barcelona, Ariel.

(Imagen: "La madre de un partisano", de Serguei Guerasimov).

sábado, 19 de junio de 2021

Se hace pública una "Carta contra el apartheid", una denuncia contra el estado de Israel

Más de 16.000 personas del mundo de la cultura (arte, literatura, universidad...), procedentes de diversos países, han firmado la “Carta contra el apartheid. Se trata de un documento en el que se denuncia la situación que está viviendo el pueblo palestino en Israel y los territorios ocupados por ese estado. Como se indica en el título, esa situación es calificada como de apartheid, esto es, de separación o segregación. La población palestina la lleva sufriendo desde hace décadas, sometida, ninguneada y objeto de una violencia permanente e indiscriminada por parte del estado de Israel. En la Carta se pide a la población de todos los países del mundo que “corten las relaciones comerciales, económicas y culturales” con ese estado, que vulnera flagrantemente los derechos de todo un pueblo.

El documento ha sido escrito por seis artistas de Palestina, cuyos nombres se han mantenido en el anonimato, ante el peligro de que puedan recibir represalias. Después ha sido firmada por personas, también palestinas, que proceden de diversos campos de la cultura: del cine, Annemarie Jacir, Elia Suleiman y Farah Nabulsi; de las artes plásticas, Emily Jacir y Larissa Sansour; de la música, Kamilya Jubran y Sama ‘Abdulhadi; de la literatura, Elias Sanbar, Mohammed El-Kurd, Naomi Shihab Nye, Raja Shehadeh, Randa Jarrar, Suad Amiry y Susan Abulhawa; o la actriz Hiam Abbass.

Posteriormente se han ido sumando personas de todo el mundo, incluyendo a seis ganadores y ganadoras de la Academia del Cine de EEUU, y ocho del Premio Pulitzer. Entre las más conocidas se encuentra gente del mundo del cine, como Alejandro Iñárritu, Asif Kapadia, Holly Hunter, Mike Leigh, Jeremy Irons, Julie Christie, Thandiwe Newton, Viggo Mortensen, Brian Cox, Michael Moore, Alia Shawkat o Susan Sarandon; de la literatura como Benjamin Moser, Hisham Matar, Richard Ford, Viet Thanh Nguyen, Tyehimba Jess, Annie Baker, Lynn Nottage y Tony Kushner; o la profesora y escritora Angela Davis.

Adherirse y divulgar la Carta, como acto de solidaridad, resulta en todo momento necesario. 

He aquí el texto completo: 

"Los palestinos están siendo atacados y asesinados impunemente por israelíes, soldados tanto como civiles. Estos últimos, armados, recorren las calles de Jerusalén, Lydda, Haifa, Yafa y otras ciudades del actual Israel al tiempo que corean "¡Muerte a los árabes!". Ya se han producido varios linchamientos contra palestinos desarmados y desprotegidos durante las últimas semanas. Las familias del barrio de Sheij Yarrah en Jerusalén están teniendo que enfrentar la limpieza étnica y el desplazamiento de sus hogares. El gobierno y la policía israelíes protegen estos actos de asesinato, intimidación y despojo violento, si no es que los fomentan de manera activa.

Al bombardear indiscriminada e implacablemente a los palestinos en sus hogares, sus oficinas,  sus hospitales y sus calles, el gobierno israelí acaba de cometer una masacre más en Gaza este mes de mayo. El bombardeo de Gaza forma parte de un patrón de comportamiento, deliberado y recurrente, de acuerdo con el cual se eliminan familias enteras y se destruye la infraestructura local. Esto sólo agrava las condiciones, de por sí insostenibles, en uno de los lugares más densamente poblados del planeta y que sigue bajo asedio militar. Gaza no es un país separado del resto del pueblo palestino; somos un solo pueblo, mismo que busca fragmentar la arquitectura del Estado de Israel.

Retratar esta situación como si fuera una guerra entre dos lados iguales es falso y engañoso. Israel es la potencia colonizadora; Palestina está colonizada. Esto no es un conflicto: es un apartheid.

En vista de que el peligro de muerte ha ido aumentando a lo largo de las últimas semanas, los palestinos nos estamos unificando una vez más. En Palestina, tanto como en el resto del mundo, nuestro pueblo empieza a salir a las calles, a organizarse en redes sociales, a defender sus hogares, a cuidarse mutuamente y a exigir el fin del genocidio, el apartheid, la discriminación y el desahucio. A nuestras comunidades se les ha negado sistemáticamente el derecho al retorno, se les ha fragmentando y arrasado por la fuerza desde la Nakba, es decir,  desde los albores del dominio colonial israelí de los asentamientos en 1948. Esta situación reciente, que nos ha obligado a unir fuerzas, nos ha dado también la confianza que tanto nos hizo falta en medio de la rabia y el dolor de las últimas semanas. A pesar de todo lo que está sucediendo, a pesar de todos los años de deshumanización, empezamos a sentir algo de esperanza.

Por fin el mundo empieza a llamar al régimen israelí por su nombre. A principios de este año, la organización israelí de derechos humanos, B’Tselem, siguió el ejemplo que dieron los palestinos durante décadas de trabajo intelectual y jurídico a fin de demostrar que el Estado israelí y su ocupación militar son inseparables: juntos, Estado y ocupación militar, conforman un sistema único de apartheid. A su vez, la organización de derechos humanos Human Rights Watch publicó un informe minucioso y detallado en el que se acusa a Israel de "crímenes de apartheid y persecución contra la humanidad".

Nosotros, los abajo firmantes, artistas y escritores palestinos, así como nuestros aliados en el mundo de las artes, les pedimos que se unan a nosotros. Por favor, no dejen pasar esta ocasión. Si las voces palestinas vuelvan a ser silenciadas, pueden transcurrir generaciones en lo que surge otra oportunidad para alcanzar la libertad y la justicia. Les pedimos que se unan a nosotros ahora, en esta coyuntura crítica, y que muestren su apoyo a la liberación de Palestina.

Llamamos al cese inmediato e incondicional de la violencia israelí contra los palestinos. Llamamos a que se le ponga un fin al apoyo que prestan a Israel y a su ejército las potencias mundiales, especialmente los Estados Unidos, cuyo apoyo irrestricto al Estado de Israel asciende a los 3,800 miles de millones de dólares anuales. Llamamos a todos los pueblos de conciencia a ejercer su capacidad de acción y a coadyuvar en el desmantelamiento de este régimen de apartheid que existe en nuestros tiempos. Llamamos a los gobiernos que permiten este crimen contra la humanidad a aplicar sanciones militares, a echar a andar los mecanismos internacionales de rendición de cuentas y a romper las relaciones económicas y comerciales con Israel. Llamamos a los activistas cívicos, y en específico a nuestros compañeros en el mundo de las artes, a ejercer su capacidad de acción al interior de sus instituciones y localidades para apoyar la lucha palestina por la descolonización. El apartheid israelí se sostiene gracias a la complicidad internacional: reparar este daño es nuestra responsabilidad colectiva.

Hemos visto cómo, en últimas fechas, los gobiernos en Europa y en otros continentes han instaurado políticas de censura abierta y fomentado una cultura de autocensura de cualquier muestra de solidaridad con Palestina. Es cínico hacer pasar por antisemitismo la crítica legítima del Estado de Israel y de sus políticas con respecto a los palestinos. El racismo, incluido el antisemitismo y cualquier otra forma de odio, es atroz, y por ende no tiene cabida en la lucha palestina. Es hora de enfrentar y superar esas tácticas de silenciamiento. Millones de personas alrededor del mundo ven en los palestinos un microcosmos de su propia condición de oprimidos, así como de sus esperanzas. Aliados como Black Lives Matter y Jewish Voice for Peace, así como activistas en favor de los derechos de pueblos indígenas, activistas feministas y queer, entre muchos otros, apoyan cada vez más abiertamente al pueblo palestino.

Los instamos a ser valientes. Les pedimos que den un paso adelante, que alcen su voz y que tomen una postura pública clara en contra de la actual injusticia que se vive en Palestina.

Debemos desmantelar el apartheid. Nadie es libre hasta que todos seamos libres".

viernes, 18 de junio de 2021

Peligro de golpe de estado en Perú para impedir que Pedro Castillo acceda a la presidencia

La victoria de Pedro Castillo en las elecciones presidenciales de Perú no ha gustado a los poderes tradicionales del país. Tampoco, claro está, al gobierno de EEUU y a las empresas multinacionales. Ahí se encuentran las claves que explican la tardanza en que su candidatura sea reconocida como la vencedora. Y ello pese al pronunciamiento del Consejo de Estado peruano, que hace dos días ha pedido que se respete la voluntad expresada en las urnas.

Los recursos presentados desde el fujimorismo para anular las votaciones en numerosas mesas buscan alterar el resultado electoral. Aprovechando que el margen ha sido muy estrecho, pretenden revertirlo en favor de Keiko Fujimori. Para ello están haciendo uso de poderosos e influyentes bufetes de abogacía, que, al parecer, ya habían sido contratados antes de que se iniciarse la votación. Y como si fuera un guion bien preparado, según han señalado José Carlos Llerena y Vijay Prashad: "El ejército legal de cuello blanco ha puesto en marcha una estrategia racista de instrumentalización de la justicia. Se lo quieren jugar todo a la invalidación del voto de las comunidades indígenas del Perú, el núcleo de la base de apoyo de Castillo".

Sabemos que en la organización de los golpes de estado están variando las formas en los últimos años. En América Latina han desaparecido, por ahora, los tradicionales pronunciamientos militares, los mismos que en las décadas de los setenta y ochenta del siglo pasado adquirieron tintes altamente dramáticos. Teniendo en cuenta que detrás de ellos siempre se encontraba el imperio de la libertad y la democracia, lo que minaba su credibilidad, las cosas fueron tornándose hacia otras vías menos expeditivas, pero no menos eficaces.

Y ahora, sin que los militares hayan dejado de estar presentes, su protagonismo ha sido desplazado por otros estamentos del estado. Lo hemos visto en Brasil, con la puesta en práctica de una guerra judicial mediante la que se destituyó, con el auxilio del parlamento, a la presidenta Dilma Rousseff o se impidió la presentación de Lula da Silva como candidato, para lo que no dudaron en encarcelarlo bajo acusaciones falsas. Lo vimos hace dos años en Bolivia cuando negaron la victoria de Evo Morales, mientras dentro del país operaba una conjunción de cuerpos policiales, militares, civiles movilizados, iglesias evangélicas y medios de comunicación, a la vez que desde el exterior EEUU maniobraba con sus tentáculos y altos cargos de la OEA le hacían el juego

¿Y en Perú? ¿Qué puede estar ocurriendo? Se están denunciando determinadas maniobras que van desde lo antes señalado acerca de los recursos presentados en torno a numerosas mesas electorales hasta amenazas explícitas, cuando no actuaciones sediciosas y perturbadoras. Así lo ha explicado ayer el periodista Roger Taboada en una entrevista hecha por Carlos Aznárez para Resumen Latinoamericano:

"El plan es el siguiente: hay gente vinculada a Fuerza Popular [el partido de Keiko Fujimori], como el fujimorista Andrés Belaunde que dijo 'que se anule las elecciones'. Lo mismo declaró un vicealmirante de ultraderecha, fascista y matón, que es Jorge Montoya. A esto se le suma, un comunicado de la semana pasada de vicealmirantes y generales. Generales sin glorias, vicealmirantes, la mayoría navegantes de aguas cloacales, relacionados a delitos de violación a los derechos humanos, estos firman una declaración prácticamente incitando al golpe de estado. Eso lo desmintió luego la Fuerza Armada, pero existió y existen. El escenario que quieren mostrar, es el de un Perú en crisis, ingobernable, sin respaldo social, sobre todo cuestionado legalmente desde todo punto de vista y por supuesto violatorio de la voluntad del pueblo que supuestamente estaría con Keiko Fujimori, conocida con el alias de 'Señora K'. Esa es la imagen que quieren proyectar. Pretenden alargar el proceso de elecciones y deslegitimar el triunfo real, legítimo y democrático de Pedro Castillo".

Presagios negros. Por ahora, no concretados, gracias, en parte, a las movilizaciones que se están llevando a cabo en distintos puntos del país por parte de amplios sectores populares. Vigilantes por lo que pueda ocurrir, de momento están impidiendo que el fujimorismo acabe ocupando el poder. Y no lo olvidemos, en el actual estado de cosas Keiko sirve perfectamente para defender a sus amos. En los años treinta del siglo pasado el demócrata F. D. Roosevelt dijo sobre el patriarca de los Somoza en Nicaragua  para justificar su apoyo: "es un hijo puta, pero es nuestro hijo de puta". Como símil, sirve.   

lunes, 14 de junio de 2021

La dictadura del algoritmo, un documental útil y necesario

La dictadura del algoritmo
es un documental del cubano Javier Gómez Sánchez. Estamos ante una reflexión colectiva sobre una realidad que cada vez está más presente en nuestras vidas: el ciberespacio. Participan en él intelectuales, artistas y hasta un exagente de la Seguridad del Estado. En casi todos los casos, caras conocidas en Cuba del mundo del periodismo, la física, la psicología, la ingeniería, la comunicación o la música. Y en todo momento, ofrecido con una gran carga didáctica.

El título apunta a algo que resulta de gran importancia: el empleo del término dictadura. Porque cuando se habla de ciencia y técnica no se debe hacer como algo que es neutral en sí mismo. Y en el caso que nos ocupa del ciberespacio debemos tener en cuenta quiénes están detrás en la elaboración, tratamiento y distribución de los medios técnicos y los contenidos. Lejos de estarlo quienes nos prodigamos con mayor o menor frecuencia a través de las redes, en ese detrás se encuentran verdaderos grupos económicos y políticos que actúan con sus propios intereses, que no buscan otra cosa que la dominación.  

Y es en ese contexto donde tiene sentido la presencia en el título de un segundo término: el algoritmo. Un concepto de naturaleza matemática, que se convierte en el instrumento para conseguir esos fines. Todo lo que dejamos en el ciberespacio, consciente o inconscientemente, es procesado a través de complejos, pero efectivos, programas informáticos. Desde ellos se obtiene la información suficiente para seleccionar a las personas en puestos de trabajo, inducir al consumo de determinados productos, recibir mensajes políticos, ocultar lo que no interesa que sea difundido y así un largo etcétera.

El documental se basa principalmente en las cosas que ocurren en Cuba. Lo que tiene sentido en una isla que lleva sufriendo un bloqueo y un acoso desde hace seis décadas por parte de su poderoso vecino del norte. Bloqueo y acoso que han ido adquiriendo diversas formas. Una de ellas en la actualidad está operando a través del ciberespacio, donde ya más de cuatro millones de personas hacen uso de él. 

Pero el contenido del documental, así como su interés consiguiente, puede proyectarse sobre el conjunto de la población mundial. Porque el empleo de internet y su derivación en las distintas redes sociales mediante a través de ordenadores y teléfonos móviles internet son una realidad que abraca al conjunto de países del planeta. 

El estado de cosas que se ha creado nos está llevando a sentirnos libres cuando hacemos uso de las redes sociales electrónicas. Una ilusión que, como ocurre con tantas otras que no controlamos, no deja de ser una falsa mirada de la realidad. O, a lo sumo, como señala en el documental la doctora en periodismo Rosa Miriam Elizalde, lo que podemos conseguir son "burbujas de confort".

La propuesta que se hace en La dictadura del algoritmo es un llamamiento a la responsabilidad. Las ventajas que nos ofrece la informática y sus aplicaciones en el mundo de la comunicación son considerables. Descartarlas no tiene sentido, como tampoco lo tiene con tantos otros logros en el mundo de la ciencia y la técnica. Pero como su empleo no es en sí mismo neutral, debemos imprimir el sentido de la responsabilidad suficiente para que no nos dejemos manipular. 

domingo, 13 de junio de 2021

Precio de la luz y maniobras de las grandes empresas eléctricas

La subida de los precios de la electricidad de los últimos meses está resultando escandalosa. Forma parte de una estrategia de las grandes empresas del sector para aumentar sus beneficios. En primero lugar, para recuperar lo que dicen que han perdido por la bajada de la demanda 
como consecuencia de la pandemia. Y también, ante el temor de las nuevas medidas tomadas por el gobierno, que buscan optimizar el consumo, lo que afecta a sus beneficios.

Fue durante el mandato de Mariano Rajoy cuando consiguieron el no va más, tras la introducción de la subasta diaria de precios desde la demanda, pero con una descarada ventaja para esas empresas mediante un sistema, llamado marginalista, que toma como referencia el precio de la fuente de energía más caro. A ello hay que añadir unas prácticas fraudulentas, mediante las cuales trucan a su antojo la forma de obtener la energía, conscientes de que, cuando las pillan, tienen que pagar unas multas que resultan ridículas en relación a los beneficios finales. Y todo eso es lo que se denuncia hoy en infoLibre en el artículo firmado por Javier Martínez y titulado "Así se manipuló el mercado en otras subidas de la luz: Naturgy, Iberdrola y Endesa ganaron 50 millones inflando precios".

Los métodos que utilizan varían de unas empresas a otras. En el caso de Iberdrola, de la que se dice que es el más descarado, durante el gobierno de Rajoy se dedicó a "paralizar sus centrales hidroeléctricas para que no entraran en la subasta y meter, por el contrario, a sus centrales de gas natural para que marcaran el precio". De esa forma aumentó en 25 millones de euros sus beneficios, mientras la factura de la luz subió un 10%. Endesa y Naturgy, por su parte, han dejado al margen de la subasta a sus centrales de gas en la primera puja para "posteriormente meterlas en la segunda vuelta, llamada 'proceso de restricciones técnicas', a un precio más caro porque se ponía en juego la posible interrupción del suministro".

La actual subida ha generado desde el primer momento las sospechas de analistas y asociaciones de consumo. El primero en destaparlas ha sido Jorge Morales, que ha declarado que varios medios que el objetivo que tienen las  grandes empresas eléctricas es impedir que prosperen las medidas del gobierno. Morales, sin embargo, reconoce que no dispone de pruebas para demostrar lo que sospecha, en gran medida por la opacidad que existe en el sector.  

De lo que no cabe la menor duda es que estamos ante una batalla que tiene una doble cara: económica y política. De momento al gobierno, y más concretamente a la cartera de Transición Energética, le falta el atrevimiento de enfrentarse sin temor a quienes controlan el sector eléctrico. El PSOE, que la controla, tiene demasiadas hipotecas que provienen del pasado, desde el tiempo de los gobiernos de Felipe González. Éste, precisamente, es consejero de Naturgy, como también lo son han sido otros exministros de ésta o de otras empresas.

Por eso hay que seguir insistiendo, desde dentro y desde fuera del gobierno, para evitar que se sigan riendo de la gente. En este caso, a costa de los recibos de la luz.

sábado, 12 de junio de 2021

Hay que parar la violencia ejercida contra las mujeres

Los asesinatos a mujeres continúan. En lo que va de año, hasta el 7 de junio, se han reconocido 
17 oficialmente por el ministerio de Igualdad como consecuencia de la violencia de género. Pero el número es superior. El portal feminicidio.net los eleva a 38, contando también los no oficiales (3), los no íntimos (5), los familiares (7), sobre prostitutas (2), sin datos oficiales (2) y en investigación por el propio portal (1). A esos asesinatos hay que añadir otros dos, cometidos sobre menores, el último de los cuales es el sufrido por la niña canaria Olivia Gimeno Zimmerman y a la espera de que se encuentre el cuerpo de su hermana Anna.

Mientras tanto, a la vez que aumenta la indignación contra la violencia ejercida contra las mujeres y arrecian las protestas, el negacionismo sigue campando sin complejos como si no pasara nada. Una actitud que cada vez se va visibilizando más, ligada a los grupos más extremos de la derecha política, como Vox, que hacen gala de un antifeminismo que profesa la defensa del sistema patriarcal y encubre una misoginia descarnada. 

El fascismo de nuestros días, como ocurrió con el primigenio, hace de las mujeres un elemento secundario. Si en otros tiempos buscó descaradamente recluirlas a la esfera del ámbito familiar, como esposas, madres e hijas sometidas, en la actualidad hace hincapié en negar que existe un sistema que las supedita y que actúa con violencia cuando osan hacer uso de su libertad como personas. 

No podemos permitir que las cosas sigan así. Hay que acabar con esa violencia. En cualquiera de sus formas (directa, cultural, sobre sus hijos e hijas, psicológica...). Y denunciar a quienes, negándola, dan alas para que se  perpetúe.

(Imagen: "La lluvia invisible", de Luis Valverde Luna; instalación de 2009 expuesta en el vestíbulo del IES Trafalgar de Barbate con motivo del 25-N).

viernes, 11 de junio de 2021

La victoria de Pedro Castillo abre la posibilidad de un cambio en Perú

Las elecciones presidenciales celebradas el pasado domingo en Perú han dado el triunfo a Pedro Castillo, 
candidato de Perú Libre. Una vez escrutados todos los votos, ha obtenido el 50'2%, lo que supone 0'4 puntos  más que su contrincante, Keiko Fujimori, al frente de Fuerza Popular, que se ha quedado con el 49'8%. Un margen muy estrecho, de apenas 60.394 votos de diferencia, pero suficiente para su elección como nuevo presidente del país.

Calificar lo ocurrido de sorprendente no resulta adecuado, pese a que en determinadas encuestas se estaba dando como ganadora a Keiko Fujimori. El caso es que Pedro Castillo ya dio la sorpresa en la primera vuelta al ser, con su 18'9%, el candidato más votado. Los sondeos que se fueron haciendo de cara a la segunda vuelta ya apuntaban hacia un progresivo ascenso en sus apoyos y con ello la posibilidad seria de ser el candidato más votado en la segunda vuelta. Es lo que ha ocurrido finalmente después de tres días de un recuento muy reñido, en el que no ha faltado la incertidumbre. 

Ha sido en el tramo final, cuando se estaban escrutando las actas de los departamentos más alejados de la capital del país, el momento en que la balanza empezó a inclinarse a favor de Pedro Castillo, logrando mantener la distancia necesaria para su triunfo. Y también el momento en el que desde los círculos de Keiko Fujimori empezaron a lanzarse mensajes denunciando irregularidades en el recuento, algo que hicieron sin ningún fundamento.  

¿Qué representan Pedro Castillo y Keiko FujimoriDe entrada, a dos ámbitos muy distintos, por no decir que antagónicos. Pero vayamos por partes, atendiendo a sus orígenes sociales, sus trayectorias políticas y sus programas electorales.

Pedro Castillo, una esperanza popular con raíces en el Perú indígena

Por sus orígenes sociales, con Pedro Castillo se está ante una persona de extracción popular. Maestro de profesión, pertenece a una familia campesina e indígena del departamento de Cajamarca, situado al norte del país. 

En cuanto al espectro político, Pedro Castillo se sitúa a la izquierda. Ha centrado su campaña y su programa en la defensa de la mayoría social del país, la gran perdedora de décadas y décadas de gobiernos orientados en favor de la oligarquía del país. Su programa se basa en una mayor redistribución de la riqueza desde la intervención de los poderes públicos. Eso supone dotar de recursos y servicios públicos a quienes menos tienen, y de infraestructuras a las zonas más abandonadas. Eso le ha llevado a hacer mayor hincapié en la población indígena, que es abrumadoramente mayoritaria en los departamentos andinos y de la Amazonía, utilizada como fuerza de trabajo principal en los sectores extractivos de la economía (minería, productos energéticos, campo, etc.).

Su integración en Perú Libre ha sido reciente. Con anterioridad había estado vinculado a grupos sociales y políticos más moderados, como el centrista Perú Posible En su juventud formó parte de los ronderos, un movimiento rural que tenía como objetivo la autoprotección de aldeas y pequeñas ciudades frente a las agresiones externas, pero que, a la vez, fue configurando un marco de identidad comunitaria, desde el que se ha acabado trazando una buena parte de la red electoral que le la aupado a la presidencia. Y en este contexto quizás haya sido su actividad sindical como docente la que le ha ido radicalizando políticamente. 

Perú Libre es la fórmula electoral del Partido Nacional Perú Libre, una organización política que se declara marxista-leninista-mariateguista, que busca aunar la tradición revolucionaria de origen europeo con el indigenismo marxista del peruano José Carlos Mariátegui. Castillo no se declara marxista y el mismo programa de Perú Libre se asemeja más en lo económico a lo implementado por los gobiernos de Rafael Correa, en Ecuador, o Evo Morales, en Bolivia. Desde esta perspectiva, los objetivos prioritarios supondrían el respeto del marco capitalista, pero reorientándolo hacia una mayor presencia del estado, el control de las empresas extranjeras y la redistribución de la riqueza.

Políticamente apuestan por un proceso constituyente que supere la actual Constitución. Impuesta en 1992 por Alberto Fujimori tras su autogolpe, consagró el marco desde donde se fueron aplicando las medidas neoliberales y desmantelando el papel que pudiera jugar el estado en la protección de los sectores más humildes. El programa de Perú Libre recoge las demandas que se están planteando desde el indigenismo o, como suele también decirse, los pueblos originales.        

Keiko Fujimori, herencia del fujimorismo y opción de los sectores neoliberales

La candidata de Fuerza Popular está ligada familiarmente a la oligarquía peruana, teniendo en cuenta que su padre, Alberto Fujimori, de ascendencia japonesa, fue presidente del país entre 1990 y 2000. Y políticamente se inscribe en la derecha. Por todas esas cosas Keiko Fujimori representa todo lo contrario que Pedro Castillo.

Es la expresión, en primer lugar, de los estratos situados en los niveles más altos de la escala social, desde la oligarquía hasta las clases medias que, de una forma u otra, disponen de ventajas y recursos suficientes para vivir, cuando menos, holgadamente. Es expresión también del modelo económico neoliberal, capaz de haber aumentado la distancia entre quienes más y menos tienen, extendido las clases medias  en número y dotado de una ideología que hace del individuo competitivo e insolidario el centro de la vida social. De todo esto se colige que ha sido la mejor opción para los intereses económicos de las grandes empresas extranjeras presentes en todo tipo de actividades económicas, tanto las orientadas a las exportaciones (minería, agua, agricultura, ganadería, pesca...) como las relacionadas con el mercado interior (finanzas, comercio, inmobiliarias, telecomunicaciones, construcción de obras públicas...). 

El fujimorismo, como fenómeno político peruano sui generis que aunó en su momento el neoliberalismo naciente en los años noventa y un autoritarismo de fachada parlamentaria, tiene en Keiko Fujimori la más fiel representante. Sus apoyos electorales, más o menos sólidos o coyunturales, suponen hacerlo sobre un momento del país no muy lejano en el que tuvieron lugar atroces violaciones de los derechos humanos. El padre ha sido condenado por corrupción política y económica en grado extremo, pero no así por sus delitos de lesa humanidad.

Pese a lo antes apuntado, incluida una ruptura familiar (con unas graves acusaciones por su madre hacia su esposo, y un divorcio), el fujimorismo ha conseguido mantenerse vivo a través de Keiko. Ya en 2016 se quedó a las puertas de su elección como presidenta, después de haber obtenido el 49'9% de los votos. Es cierto que, si entonces llegó a recibir en la primera vuelta el 39'9%, en las actuales elecciones se quedó con un raquítico 13'4%, si bien suficiente como para pasar a la segunda vuelta. La diferencia de entonces a ahora estriba en el contrincante: en 2016 perdió ante un miembro de la oligarquía tradicional, Pedro Pablo Kuczynski, un candidato muy diferente de Pedro Castillo, el humilde maestro que se ha presentado como portavoz de la mayoría postrada y silenciosa del país.

Entre los apoyos públicos recibidos por Keiko, algunos han sido sonoros. Uno de ellos es el caso de Mario Vargas Llosa, rival de su padre en las elecciones presidenciales de 1990 y posteriormente uno de sus críticos más furibundos, teniendo en cuenta la deriva de corrupción y violación de los derechos humanos que hubo durante su mandato. En estas circunstancias, el famoso escritor, fiel y extremo defensor del neoliberalismo, no ha tenido dudas en posicionarse electoralmente. Ante el dilema entre la izquierda y derecha, ha optado por lo segundo.

Cómo se ha repartido territorialmente el voto

Pedro Castillo ha ganado en 16 de los 25 departamentos del país, mientras que Keiko Fujimori lo ha hecho en los 9 restantes y, como añadido, en el conjunto de mesas del extranjero.  

Sólo en dos departamentos los resultados han sido más apretados: en Ucayali (48'1%/51'9%) y Loreto (48'1/51'9), en los dos casos en favor de Keiko Fujimori. En el resto las diferencias han sido claras y en algunos casos, abrumadoras. 

Pedro Castillo ha ganado en los siguientes departamentos: Amazonas (66'7%), Ancash (58'4), Apurimac (81'5), Arequipa (64'8), Ayacucho (82'6), Cajamarca (71'3), Cusco (83'3), Huancavelina (83'3), Huánuco (83'3), Junín (58'2), Madre de Dios (57'4),  Moquegua (73'1), Pasco (65'4), Puno (89'3), San Martín (56'1) y Tacna (72'6). Destacan, por la enorme diferencia habida, los casos de Apurimac (+63), Ayacucho (+65'2), Cusco (+66'6), Huancavelina, (66,6), Huanuco (+66'6) y Puno (+78'6).    

En total suman una población de alrededor de alrededor de 13 millones de habitantes, que representan el 40% del total del país. Se trata en su mayoría de departamentos del interior, sobre todo andinos y en parte de la Amazonía, siendo sólo costeros Ancash, Arequipa, Moquegua y Tacna. Superan el millón de habitantes Ancash (1'2), Arequipa (1'5), Cajamarca (1'5), Cusco (1'4), Junín (1'4) y Puno (1'2). De Cajamarca es originario el candidato presidencial y curioso es el caso de Arequipa, de donde procede Mario Vargas Llosa.    

Keiko Fujimori se ha alzado con el triunfo, además de los dos departamentos antes señalados, en Callao (67'5%), Ica (47'5%), La Libertad (60), Lambayaque (58'2), Lima (64'6), Piura (60'1), Tumbes (65'9). Estos nueve departamentos suman alrededor de 20 millones de habitantes, que suponen en torno al 60% del total de población del país. Por su parte, los 11'7 millones de  Lima y Callao representan el 35%.  

En lo referente a los colegios electorales situados en el extranjero, Keiko ha sido la más votada a nivel global (66'7%), en cada uno de los continentes y prácticamente en todos los países, salvo Rusia, Suecia, Noruega, Cuba y Egipto.

Algunas conclusiones

Falta, en primer lugar, que la elección de Pedro Castillo como presidente de  Perú sea proclamada por el máximo organismo electoral del país. A la espera de resolver algunas impugnaciones hechas desde la candidatura de Keiko Fujimori, consideradas faltas de fundamento, todo parece prever que no prosperen.

Otra cosa es lo que pueda hacer el nuevo presidente. Bien sea por la presión que se ejerza desde los distintos poderes (económicos, institucionales, militares...), tanto del interior como del exterior, o bien sea por el grado de compromiso que tenga en el cumplimiento del programa propuesto. No debemos olvidar que el Congreso, aun cuando está muy fragmentado, está controlado por los grupos de derecha. El partido del nuevo presidente, Perú Libre, que es el grupo parlamentario más numeroso con sus 37 escaños, sólo representa el 28'5% de los mismos. Y la suma de los grupos de izquierda se queda en poco más de un tercio del Congreso. 

Otra cosa es el grado de protagonismo que tengan los diversos sectores sociales  y políticos que han aupado a Pedro Castillo a la presidencia, y el impulso que den para que en Perú se camine por una senda diferente. Teniendo en cuenta los numerosos apoyos obtenidos y que el grado de participación en la segunda vuelta de las presidenciales ha sido cuatro puntos más alta que en las legislativas de abril, habría que considerar que una buena parte de la sociedad peruana ha decidido optar por un cambio. 

Ha sido el Perú profundo, con un fuerte arraigo en las comunidades rurales del interior, el que parece estar despertando de un mal sueño. Postergado desde hace siglos, quiere ser reconocido como uno de los baluartes del país. Es algo necesario por el valor que representa en cuanto a unas formas de entender la organización social que se alejan del individualismo impuesto por el capitalismo en su forma neoliberal. Y si nos atenemos al programa propuesto por Perú Libre y su candidato, eso supondría que empezarían a darse cambios importantes.  

La elección de Pedro Castillo ha despertado grandes esperanzas en los distintos países de continente y buena parte de pasados o actuales dirigentes. Perú puede haberse sumado con él a la ola progresista e independiente iniciada a principios de siglo y que en la actualidad está volviendo a recuperarse.  

Lo iremos viendo en los meses venideros.
     

Artículos y documentación de referencia

Atilio Borón. "La hipocresía democrática de un traidor", en 27-04-2021 (https://atilioboron.com.ar/la-hipocresia-democratica-de-un-traidor/).
Atilio Borón. "Elecciones presidenciales en Perú: un castillo inexpugnable", Cronicón. El Observatorio Latinoamericano, 9-06-2021 (https://cronicon.net/wp/elecciones-presidenciales-en-peru-un-castillo-inexpugnable/). 
Gilberto Calil. "Mariátegui y la elección de Pedro Castillo en Perú", en Jacobin. América Latina, 8-06-2021 (https://jacobinlat.com/2021/06/08/mariategui-y-la-eleccion-de-pedro-castillo-en-peru/).
Marcos Doudtchitzky. "Pedro Castillo, el candidato de los 'likes invisibles'", en Resumen Latinoamericano, 9-06-2021 (https://www.resumenlatinoamericano.org/2021/06/09/peru-pedro-castillo-el-candidato-de-los-likes-invisibles/).
Lucas Malaspina y Marcos Doudtchitzky. "Obteniendo una victoria inesperada", en Resumen Latinoamericano, 9-06-2021 (https://www.resumenlatinoamericano.org/2021/06/09/peru-obteniendo-una-victoria-inesperada/).
Oficina Nacional de Procesos Electorales. "Presentación de resultados. Segunda elección presidencial 2021" (https://www.resultadossep.eleccionesgenerales2021.pe/SEP2021/EleccionesPresidenciales/RePres/T).
Lautaro Rivara. "Del país de los ronderos al postergado sueño plurinacional", en Todos los puentes, 6-05-2021 (https://todoslospuentes.com/2021/05/06/del-peru-de-los-ronderos-al-postergado-sueno-plurinacional/).
Lautaro Rivara. "Lecciones de un maestro peruano", en Rebelión, 11-06-2021 (https://rebelion.org/lecciones-de-un-maestro-peruano/).
Gerardo Szalkowicz. "Pedro Castillo, ¿una esperanza plebeya para América latina?, en Página12, 11-06-2021 (https://www.pagina12.com.ar/347419-pedro-castillo-una-esperanza-plebeya-para-america-latina).
Javier Tolcachier. "La rebelión de los pueblos latinoamericanos y el futuro", en Rebelión, 11-06-2021 (https://rebelion.org/la-rebelion-de-los-pueblos-latinoamericanos-y-el-futuro/).