Lo primero, como ha aparecido hoy en el diario Público, lo ha dicho Beatriz de Vicente, una conocida criminóloga que colabora con un programa de la cadena de televisión La Sexta y afectada por el covid-19. Lo segundo lo he añadido yo. Lo primero es una reiteración de lo que tantas personas, pacientes del famoso hospital madrileño, en esta ocasión con el añadido de una calificación que, no por curiosa y hasta original, denota una triste realidad: el despilfarro de millones de euros para construir un hospital nuevo a costa de desatender los ya existentes, mal aprovechados en sus instalaciones y mal dotados de personal. Es la plasmación del "neoliberalismo a la madrileña", llevado a su máxima expresión por la actual presidenta de la Comunidad. Esto es, el destino de cuantiosas sumas de dinero público para que las empresas encargadas de construir infraestructuras, dotarlas de servicios y mobiliario y gestionarlas se lleven sus partes correspondientes, con sobrecostes incluidos, mientras se merman los presupuestos en materia sanitaria. Y encima, siguen votando a esa señora..., la presidenta, claro. El "voto a la madrileña", una variante del trumpismo.
Historia, política, sociología, arte, música, geografía, literatura, pensamiento...
jueves, 29 de abril de 2021
miércoles, 28 de abril de 2021
Ecuador: una victoria del candidato conservador facilitada por la división en los sectores populares
Me he demorado en el tratamiento de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Ecuador, que tuvieron lugar el pasado 11 de abril. En cierta medida ha sido debido a la decepción que he sentido por los resultados finales. La victoria del candidato de la derecha, Guillermo Lasso (52'3%), se contemplaba como menos probable que la del candidato de la izquierda, Andrés Arauz (47'6%), que además había sido el vencedor en la primera vuelta. Sin embargo, ha habido un factor decisivo, que ha sido el elevado nivel de votos nulos y en blanco (17'9%). Es algo con lo que se contaba, dado que el que fuera tercer candidato en liza en la primera vuelta, Yaku Pérez, así lo anunció desde el primer momento. Con su 19'4% de los votos estuvo a punto de ser el contrincante de Arauz, lo que no fue posible por apenas 3 décimas y que favorecieron a Lasso.
La razón de la actitud de Pérez y su partido, Pachakutik, para haber tomado esa decisión partió de un doble hecho: uno, su forma de protestar con lo que consideró un atropello del Consejo Nacional Electoral, que acabó favoreciendo a Lasso; y el otro, por un claro distanciamiento de Arauz, candidato del correísmo. Pérez se erigió en la primera vuelta como el portavoz del indigenismo, desde el que consiguió el grueso de sus apoyos. Y, más que curiosamente, en un número que se ha acercado al total de votos nulos o en blanco habidos en la segunda vuelta. Su beligerancia hacia Arauz y el correísmo, como ya expliqué en una entrada anterior, tiene que ver con la oposición que se dio en el seno de los movimientos indigenistas durante los mandatos de Rafael Correa, dado que sus gobiernos tomaron medidas, relacionadas con la extracción de recursos naturales (petróleo, agua y minerales), que resultaban agresivas con el entorno natural donde se asienta la mayor parte de las comunidades indígenas.
Arauz ha pagado por ello muy cara la herencia de esa oposición. Y hasta tal punto, que el resultado, de entrada, más sorprendente ha sido que la decisión tomada desde el indigenismo ha sido posibilitar el acceso a la presidencia de un personaje que representa en toda su dimensión el neoliberalismo. Y he dicho de entrada, porque la coincidencia directa o indirecta de Yaku Pérez con los sectores conservadores no es nueva. Ya lo hicieron durante los gobiernos de Correa y en las elecciones de 2017, cuando apoyaron al propio Lasso frente a Lenin Moreno, que esa ocasión se presentó como el candidato de la Revolución Ciudadana liderada por Correa.
También señalé en la anterior entrada que el indigenismo no es un bloque homogéneo, pues hay sectores que han optado por Arauz, como antes lo habían hecho por Correa. Pero de lo que no cabe la menor duda es que una buena parte ha obedecido las consignas de Pérez y su gente de cara a la segunda vuelta.
En la nueva situación que ha surgido, uno de los problemas va a venir de la dualidad de poderes que puede haber en Ecuador. Es lo que se puede desprender de la existencia de un presidente conservador, por un lado, y de una mayoría parlamentaria formalmente progresista, por otro. Eso va a posibilitar que sea necesario que haya transacciones. La clave se encuentra en qué dirección se van a hacer.
La victoria de Lasso, en todo caso, no ha sido una buena noticia. Primero, porque va a propiciar que prosiga la inestabilidad en el país. El fallido mandato anterior de Moreno derivó de su alineamiento desde el primer momento con el neoliberalismo, que se completó con unas decisiones contraproducentes en relación a la pandemia del covid-19. Y ahora se corre el riesgo de que no se salga de ese bucle, teniendo en cuenta la dualidad de poderes antes mencionada, la fragmentación parlamentaria y las posibles colisiones entre grupos del bloque progresista.
En segundo lugar, la decepción ecuatoriana supone un traspiés en el reforzamiento de la recuperación de los gobiernos progresistas en América Latina. La reciente victoria de Luis Arce en Bolivia, opacada con reveses de última hora en las elecciones locales, y la de 2019 de Alberto Fernández en Argentina han supuesto la derrota del neoliberalismo en su estado duro. Por otro lado, en Perú se han abierto algunas perspectivas con el candidato Pedro Castillo y en Brasil las nefastas medidas del fascista Bolsonaro, junto a la victoria jurídica de Lula da Silva, hacen prever que se acabe dando un vuelco en la correlación de fuerzas en el continente. Pero lo ocurrido en Ecuador, desde luego, no ayuda.
Y por último, volviendo a Ecuador, la actitud de los sectores indigenistas alineados con Pérez puede haber ahondado las heridas abiertas desde la primera década del siglo en relación al correísmo. Sería deseable que desde la coincidencia en la defensa de los intereses populares, independientemente del matiz identitario, se tendieran puentes de colaboración entre lo que representan Arauz y Pérez. Difícil, pero deseable y no imposible. De lo contrario, Lasso y todo lo que representa acabarán siendo los que se salgan con la suya.
martes, 27 de abril de 2021
Chernóbil, a través del informe de Nicolás Martín Sosa, 35 años después
Así comenzaba Nicolás Martín Sosa su ¡Nunca más Chernobyl. Informe sobre la inseguridad nuclear, publicado en junio de 1986. Nicolás, un amigo y compañero del Comité Antinuclear de Salamanca, en el que era, en cierta medida, su alma principal (sin desmerecer, por supuesto, a Chema, Leo, Pedro, José Luis...). Una persona llena de sabiduría, vitalidad y corazón. Cuando se produjo ese grave accidente, el 26 de abril de 1986, me encontraba ya en las últimas semanas de mi marcha de Salamanca. Fue el momento en el que tomé la decisión de venirme para las tierras andaluzas, donde todavía me mantengo y procurando, en lo posible, un equilibrio, aunque sea emocional, que me permita estar entre el mar y la meseta.
El trabajo que Nicolás dedicó al accidente de Chernóbil es breve, pues ocupa apenas medio centenar de páginas, pero eso no le quita mérito. Su propósito era hacer llegar a la opinión pública un escrito que tuviera la capacidad de informar, con celeridad y rigor, sobre un acontecimiento que puso de relieve el peligro inherente de una forma de energía que por aquellos años estaba conociendo un fuerte crecimiento. Y lo consiguió. Pese a que en ese tiempo la información proveniente de la URSS era prácticamente nula, a lo largo de sus páginas se desvelan las contradicciones que hubo a la hora de informar sobre lo ocurrido por parte de quienes en los países occidentales tenían responsabilidad de hacerlo. Dichas contradicciones se derivaban del interés que tenían las autoridades de EEUU, por un lado, de poner en entredicho la capacidad científico-técnica de su potencia enemiga y, por otro, de matizar su propia responsabilidad en el empleo de una energía tan peligrosa.
En la primera parte, dedicada a ponerlas al descubierto, Nicolás utilizó como fuente principal el Herald Tribune, uno de cuyos reportajes llevó el título de "La unidad de Chernobyl y las plantas de Estados Unidos tienen características similares". A través de varios testimonios de técnicos de ese país, dejó claro que lo ocurrido en la URSS podría haberlo sido también en EEUU. Uno de esos técnicos llegó a decir: "No está claro si la probabilidad de fracaso en la planta de Chernobyl, tal como había sido calculada por los rusos, era más alta que la de una planta norteamericana".
Por eso Nicolás redundó, subrayándola, en su tesis de fondo: "el riesgo nuclear está presente allí donde hay industrias nucleares, sean éstas rusas, americanas, japonesas o españolas".
En la segunda parte del informe, titulada "Inseguridad nuclear", presentó un recordatorio sintético y detallado de los numerosos incidentes y accidentes nucleares habidos en distintos países, que conllevaron, entre otras cosas, cierres temporales o definitivos de instalaciones. En EEUU, la URSS, Francia, Japón, Suecia, la República Federal de Alemania... y también España. Especial mención le dedicó a tres centrales nucleares, que fueron escenario de graves accidentes: la de La Hague, en Francia, en septiembre de 1973, abril de 1980 y mayo de 1986; Windscale, en Gran Bretaña, en octubre de 1957 y febrero de 1983; y Harrisburg, en el estado de Pensilvania, en marzo de 1979 y enero de 1982. En el accidente de 1979 de esta última central su reactor estuvo al borde de una fusión nuclear, por lo que faltó poco para que las autoridades hubieran tomado la decisión de evacuar a su población.
Han pasado 36 años desde entonces y hemos ido conociendo muchas más cosas. En mayor medida, después que fuera fluyendo más información proveniente de la URSS, inmersa en los años siguientes en su perestroika y glasnost informativa, y luego, desde 1991, de Ucrania, Rusia o Bielorrusia, ya como estados independientes. Por mi parte, he seguido leyendo diversos artículos acerca de lo ocurrido y hasta he mantenido en varias ocasiones conversaciones con una técnica del Consejo de Seguridad Nuclear. La causa inmediata del accidente de Chernóbil fue un cúmulo sucesivas decisiones técnicas erróneas por parte de quienes dirigían la instalación, que buscaban un aumento en la capacidad de producción de energía y cuyo atrevimiento, por perverso, se pagó muy caro. Una prueba de que el factor humano, bien personal o bien inducido por intereses económicos corporativos, puede dar lugar a situaciones que nos acerquen a apocalipsis reales.
Hace diez años tuvo lugar en la central japonesa de Fukushima el que quizás haya sido el segundo accidente nuclear más grave. Sus consecuencias han marcado un punto de inflexión en el empleo de esa energía, a la vez que en la opinión pública mundial se ha producido un aumento en su rechazo. Por eso me quedo con lo que defendíamos desde el Comité Antinuclear de Salamanca y el amigo Nicolás señaló en su trabajo de 1986: "dar un ¡NO! rotundo a la energía nuclear, en su doble uso militar y civil, porque no compensa lo que nos da con lo que nos quita. (...) Es hora ya de que, sobre las razones del capital de los Estados, imperen las razones de los pueblos".
lunes, 26 de abril de 2021
El bombardeo de Gernika visto por Picasso, Éluard y Resnais
La imagen que semanas después inmortalizó Pablo Picasso en su cuadro "Guernica" sigue perdurando en nuestros días. Aunque el motivo que precipitó su realización fue la masacre de Gernika, lo que en el lienzo se refleja no es el horror per se de la guerra, sino una denuncia del fascismo, cuyo ascenso inmisericorde estaba empezando a horadar los cimientos de la democracia de muchos países. Se cuenta que cuando años después, en plena Segunda Guerra Mundial, el embajador alemán en París le preguntó al propio Picasso si era el autor de ese cuadro, la contestación fue algo parecido a: "No he sido yo, han sido ustedes".
En 1938 el poeta francés Paul Éluard escribió un poema que tituló "La victoire de Guernica", dedicado a las gentes que sufrieron el bombardeo. Unos años después, en 1950, varias obras de Picasso, incluyendo su "Guernica", y el poema de Éluard fueron la base de un cortometraje titulado también Guernica, que fue dirigido por Alain Resnais y Robert Hessens, y contó con Guy Bernard para la elaboración de la música. Pese al enorme dramatismo que transmiten las imágenes y el texto, escrito por también por Éluard, el resultado final es impecable.
Hay una obra del historiador norteamericano Herbert R. Southworth, titulada La destrucción de Guernica. Periodismo, diplomacia, propaganda e historia (París, Ruedo Ibérico, 1979) editada por primera vez en 1975, donde su autor, a lo largo de más de 500 páginas documentadas, pone al descubierto la realidad de lo ocurrido y los intentos por parte del ejército sublevado, primero, y del régimen franquista, después, para negar la responsabilidad de lo ocurrido. No faltó que en algún momento llegaran a atribuir al propio gobierno republicano la orden de destruir Gernika. Es lo que al final dejó patente a través de estas líneas:
"El esfuerzo abortado de los historiadores neo-franquistas indica la negativa de los implicados en el ataque de 1937 a aceptar las consecuencias de la revelación de la verdad. Los alemanes, en la actualidad, pueden decir que otro régimen, el nazi, bombardeó Guernica; al gobierno de España, al menos por el momento, no le es posible desresponsabilizarse de la misma forma".
Invito a ver la película a través del enlace y a leer el poema de Éluard, bien en su idioma original o bien en la traducción hecha por Gabriela Astorga e Iván Cruz. Y si es posible, a leer la obra de Southworth.
En todo caso, no debemos olvidar lo que ocurrió en la pequeña villa vasca. El propio Southworth, unos años antes, había acabado su libro El mito de la cruzada de Franco (París, Ruedo Ibérico, 1963) con esta frase lapidaria:
"Sí, caballeros, tenéis razón; era una cruzada. Pero la cruz era la gamada".
I
Beau
monde des masures
De
la nuit et des champs
II
Visages
bons au feu visages bons au fond
Aux
refus à la nuit aux injures aux coups
III
Visages
bons à tout
Voici
le vide qui vous fixe
Votre
mort va servir d'exemple
IV
La
mort coeur renversé
V
Ils
vous ont fait payer le pain
Le
ciel la terre l'eau le sommeil
Et
la misère
De
votre vie
VI
Ils
disaient désirer la bonne intelligence
Ils
rationnaient les forts jugeaient les fous
Faisaient
l'aumône partageaient un sou en deux
Ils
saluaient les cadavres
Ils
s'accablaient de politesses
VII
Ils
persévèrent ils exagèrent ils ne sont pas de notre monde
VIII
Les
femmes les enfants ont le même trésor
De
feuilles vertes de printemps et de lait pur
Et
de durée
Dans
leurs yeux purs
IX
Les
femmes les enfants ont le même trésor
Dans
les yeux
Les
hommes le défendent comme ils peuvent
X
Les
femmes les enfants ont les mêmes roses rouges
Dans
les yeux
Chacun
montre son sang
XI
La
peur et le courage de vivre et de mourir
La
mort si difficile et si facile
XII
Hommes
pour qui ce trésor fut chanté
Hommes
pour qui ce trésor fut gâché
XIII
Hommes
réels pour qui le désespoir
Alimente
le feu dévorant de l'espoir
Ouvrons
ensemble le dernier bourgeon de l'avenir
XIV
Parias
la mort la terre et la hideur
De
nos ennemis ont la couleur
Monotone
de notre nuit
Nous
en aurons raison.
(I
Bello
mundo de miserias
De
la noche y los campos
II
Rostros
benignos en llamas rostros benignos en el fondo
Que
rechazan la noche las injurias y los golpes
III
Rostros
benignos para todo
He
aquí el vacío que los fija
Su
muerte servirá de ejemplo
IV
La
muerte corazón derrumbado
V
Ellos
los harán pagar el pan
El
cielo la tierra el agua el sueño
Y
la miseria
De
su vida
VI
Ellos
dijeron anhelar la benigna inteligencia
Ellos
restringieron a los fuertes juzgaron a los locos
Practicaron
la caridad partían un centavo en dos
Ellos
saludaban a los cadáveres
Ellos
derrochaban amabilidad
VII
Ellos
persisten ellos se exceden ellos no son de nuestro mundo
VIII
Las
mujeres los niños tienen el mismo tesoro
De
hojas verdes de primaveras de leche pura
Intacto
En
sus limpios ojos
IX
Las
mujeres los niños tienen el mismo tesoro
En
los ojos
Los
hombres lo defienden como pueden
X
Las
mujeres los niños tienen las mismas rosas rojas
En
los ojos
Cada
uno muestra su sangre
XI
El
miedo y el coraje de vivir y de morir
La
muerte tan difícil y tan fácil
XII
Hombres
para quienes este tesoro fue cantado
Hombres
para quienes este tesoro fue arruinado
XIII
Hombres
reales por quienes la desesperanza
Alimenta
el fuego devorador de la esperanza
Abramos
juntos el último botón del porvenir
XIV
Parias
la muerte la tierra y el horror
De
nuestros enemigos tiene el color
Monótono
de nuestra noche
Nosotros
tendremos razón)
domingo, 25 de abril de 2021
El 25 de abril y el Alentejo retratado por Saramago
Un 25 de
abril más. Y van 47 desde que un movimiento de militares puso fin a la
dictadura portuguesa. Desde que gentes alegres que llenaron las calles y plazas
de norte a sur del país pusieron claveles rojos en la punta de sus fusiles. Y
la canción joseafonsina “Grândola, vila morena”, como emblema de una
revolución en ciernes. Muchas esperanzas se depositaron en aquellos días y
especialmente en ese medio rural donde el latifundismo llevaba siglos pesando
como una losa sobre sus moradores.
José Saramago escribió seis años después, en 1980, la novela Levantado del suelo (Madrid, Santillana, 2007), que
dedicó a esas gentes humildes del Alentejo, sufrientes y sacrificadas, y también protagonistas
de gestas heroicas en la lucha por dignificarse. Ya al
final de libro (que recomiendo su lectura), en plena vorágine de una alegría que en muchos pueblos alentejanos se estaba tornando en revolucionaria, cuando decidieron ocupar los perversos latifundios, el
escritor portugués nos dejó escritas, en su peculiar y casi único estilo, cosas como éstas:
“Después de
Mantas van al Vale da Canseira, a Reivas, al Monte da Areia, a Fonte Pouca, a
Serralha, a Pedra Grande, en todos los montes y heredades se toman las llaves y
levantan inventarios, somos trabajadores, no hemos venido a robar, no hay nadie
aquí que diga lo contrario, porque de todos estos lugares recorridos y
ocupados, montes, casas, bodegas, establos, caballerizas, pajares, majadas,
bordas, corralas, pocilgas y gallineros, cisternas y albercas, tanques de
riego, ni hablando ni cantando, ni callando ni llorando, están Norbertos y
Gilbertos ausentes, adonde han ido, lo sabe Dios. La guardia no sale de su
puesto, los ángeles barren el cielo, es día de revolución, cuántos son”.
Hacer realidad lo que José
Afonso premonizó en su “Grândola”: “O povo e quem mais ordena”.
viernes, 23 de abril de 2021
Dos novelas, en el inicio del Día del Libro: Los miserables y El largo sueño de tu nombre
"Hay en el cementerio del Pêre-Lachaise (...) [una] piedra [que] está desnuda. Al cortarla, únicamente se pensó en las necesidades de la tumba, y no se tomó otra precaución que la de hacer aquella piedra lo bastante larga y ancha como para cubrir a un hombre.
En ella no se lee nombre alguno.
Solamente, hace ya muchos años, una mano escribió con lápiz cuatro versos que poco a poco se fueron volviendo ilegibles bajo la lluvia y el polvo, y que probablemente hoy ya estarán borrados:
Duerme. Aunque la suerte no le fue propicia,
vivía. Y murió cuando perdió a su ángel.
La muerte le llegó sencillamente,
como llega la noche cuando se marcha el día".
Es así como acaba la novela Los miserables, de Victor Hugo (Madrid, Bibliotex, 1999, 2 vv.). He estado leyéndola a lo largo de casi tres semanas y puedo asegurar que, pese a su larga extensión, he disfrutado del relato. Recuerdo de principios de los setenta una adaptación televisiva por capítulos, dentro del programa Novela, que me atrapó, como le ocurrió también a mi querida madre. Eran los tiempos del Conde de Montecristo, Crimen y castigo, David Coperfield, Cuentos de Chejov..., libros llevados a la pequeña pantalla bajo la dirección de Pilar Miró, Pedro Amalio López o Gustavo Pérez Puig, entre otros, y por donde iban saliendo Pablo Sanz, Luisa Sala, Elvira Ramírez, José Bódalo, Lola Herrera, Pepe Martín, María Luisa Merlo y largo etcétera de nombres de artistas.
Ha sido esta mañana cuando he puesto fin a la lectura de las vicisitudes de Jean Valjean y el torrente de personajes que lo han ido acompañando a lo largo de las alrededor de 1.300 páginas que dura el relato de Hugo. Ese Valjean que recuerdo de mi niñez permanentemente perseguido, el mismo que, siendo muy joven, por haber robado un pan con el que alimentarse él y su familia,
"había entrado en el presidio sollozando y temblando; salió de él impasible. Había entrado desesperado, salió de él sombrío".
Y esta misma mañana otro libro, no tan conocido ni su título ni su autora, le ha tomado el relevo: El largo sueño de tu nombre, de Amaia Oloriz Rivas (Tafalla, Txalaparta, 2021). Una novela basada en un hecho real: la fuga masiva de casi 800 prisioneros republicanos del Fuerte de San Cristóbal, en Pamplona, que tuvo lugar en mayo de 1938. Una prisión donde, por cierto, estuvo preso varios meses un marinero barbateño, José Prieto Gutiérrez, que había sido hecho prisionero el año anterior y fue condenado a 12 años de cárcel en San Sebastián por un tribunal militar bajo el delito de auxilio a la rebelión.
La novela promete ser interesante, pero, salvo el triste final que tuvo el acontecimiento (casi 600 de los fugados fueron detenidos y pudieron haber muerto más de 200), no puedo contar más de ella. Sólo que empieza de esta manera:
"-¡Podéis salir, camaradas, somos libres!
La voz potente del preso se abrió camino por el patio de la cárcel.
Joaquín se levantó de inmediato y zarandeó a Tomás, sentado junto a él en el suelo de la celda.
-¡Vamos chico! -le dijo tirándole del jersey y levantándolo en volandas.
Pertenecían a la segunda brigada. Su calabozo estaba en la primera planta del fuerte de San Cristóbal. Apenas veinticinco metros cuadrados que les constreñían el ánimo, obligados como estaban a permanecer entre sus muros prácticamente el día entero, hacinados junto a una veintena de hombres más".
¡Buen día del libro!
Sobre la respuesta de Pablo Iglesias a Rocío Monasterio: basta ya de provocaciones fascistas
Ayer conocimos que el ministro del Interior, la directora general de la Guardia Civil y Pablo Iglesias recibieron días pasados sendas cartas que contenían amenazas de muerte y varias balas de armas de fuego. Rocío Monasterio, según manifestó esta mañana, lo puso en duda, porque "del gobierno no nos creemos nada". Iglesias, antes de que se iniciase un debate en la cadena SER (en el que no quiso estar Isabel Díaz Ayuso), advirtió que lo abandonaría si previamente Monasterio no rectificaba sus declaraciones. Esto último no ocurrió, sino todo lo contrario, pues Iglesias tuvo que escuchar cosas como éstas: "si usted es tan valiente, levántese y lárguese".
Visto lo visto, la respuesta de Iglesias de irse del debate a las continuas provocaciones de una chulesca y faltona candidata de Vox fue la correcta. Tarda fue la reacción de Ángel Gabilondo y Mónica García, aunque, si aplicamos el dicho de "nunca es tarde...", al menos acabaron yéndose. Inoperante lo que hizo Edmundo Bal, que ni siquiera los acompañó. Vergonzosa (doblemente) la respuesta del PP de Madrid cuando en un mensaje de su cuenta oficial de twitter dijo sobre Iglesias que cerrara la puerta al salir, para acabar borrándolo como si nada. No estuvieron mal las palabras de la moderadora, Angels Barceló, acerca de que "los demócratas somos más" o de que "no
hay duda ya de quién es Vox, un partido neofascista y de ultraderecha", pero parece que, como en tantos otros medios de comunicación, ha tardado en saberlo o, al menos, en reaccionar.
Al fascismo no se le puede ni apaciguar ni menos blanquear. Y estamos en el momento en que no afrontarlo puede traer consecuencias desastrosas. Malo es que huyamos de la memoria vivida en este país, del que el poeta Jaime Gil de Biedma escribió: "De todas las historias de la Historia, / sin duda la más triste es la de España / porque termina mal. Como si el hombre, / harto ya de luchar con sus demonios, / decidiese encargarles el gobierno / y la administración de su pobreza". Ya nos lo advirtió en los años treinta el pastor luterano Martin Niemöller con ese conocido poema cuyos primeros versos empiezan así: "Cuando los nazis se llevaron a los comunistas, / guardé silencio, / pues no era comunista"; luego se refiere a los socialdemócratas, los sindicalistas y los judíos, y finalmente acaba de esta manera: "Cuando vinieron a buscarme, / ya no había nadie que pudiera protestar".
jueves, 22 de abril de 2021
Elecciones en Madrid: un debate por televisión que ayuda a creer que sí se puede derrotar a la derechona
Anoche vi el debate electoral. Lo hice con atención. Tenía interés por ver qué iba a decir Isabel Díaz Ayuso, remisa a participar en debates. Cómo podía Ángel Gabilondo su mala oratoria. Qué podía dar de sí Mónica García, prácticamente novata en ese tipo de lides. Cuál iba a ser en Rocío Monasterio el grado del tono agresivo esperado. Cómo podía Edmundo Bal deshacer el entuerto en el que se ha (o lo han) metido. Y hasta dónde podía llegar la habilidad de Pablo Iglesias en los debates.
Pues bien, vista y oída la cosa, ¡vaya si se correspondió con mis expectativas! Ayuso se vio acorralada en todo momento, pero sobre todo por Iglesias y García. El primero supo sacarla de quicio, llevándola al ridículo de demostrar su mala oratoria y, sobre todo, su ignorancia, sin contar el empleo de esas malas artes en el empleo de insultos y palabras degradantes. Además de conocer poco la realidad de donde vive, más allá de la foto y de la burbuja neoliberal en la que se mueve, fue incapaz de responder con datos las preguntas que le formularon y con argumentos las interpelaciones que le hicieron.
Por lo demás, Ayuso recibió dos ayudas inestimables y no sé si impagables. Una fue la de Monasterio, que, haciendo de fiel perro de presa, la defendió con denuedo y atacó con toda clase de tópicos y mentiras a Iglesias, Gabilondo y García, a los que, además, interrumpió sin cesar. No le faltó, claro está, lanzar el discursó propio de su partido, cargado de clasismo, neoliberalismo, xenofobia y demás lindezas políticas. Y otro detalle, aunque sea menor, estuvo en el momento en que le soltó a García, a modo de recuerdo en un debate parlamentario, que "le tuve que explicar yo lo que era el covid". Y se quedó tan pancha.
Por parte de Bal, ¿qué podemos decir de quien se dedicó casi todo el debate a rogar a Ayuso una revalidación del gobierno PP-Ciudadanos? Se olvidó que fue precisamente ella la que rompió el gobierno, convocando las elecciones. Ignoro quién le asesoró para que se centrara en esa línea, pues flaco favor le hizo. Tal ardor por ese pacto no dejó de ser una invitación a quienes tenían dudas en darle su voto para que no hacerlo.
Gabilondo estuvo formalmente en su línea, pero lo más destacable fue su "Pablo, tenemos 12 días para ganar las elecciones". ¿Por qué lo dijo? Supo leer de inmediato la voluntad y, sobre todo, las posibilidades de Ciudadanos. Por otro lado, también supo superarse cuando tocó algunos aspectos sociales de gran actualidad, como cuando aludió a "las colas del hambre" y "los mantenidos subvencionados", a las que se refirió dos días antes Ayuso, o al cartel xenófobo contra los "menas" de Vox. Patinó, una vez más, en su defensa de no subir los impuestos.
García estuvo en un tono notable, si bien con ciertos altibajos. Fue contundente en los temas sanitarios, desmontando la pobreza de Ayuso y las mentiras de Monasterio. Y supo estar a la altura en todo lo relativo a la defensa del sector público y la denuncia de los grandes contrastes que hay en la comunidad autónoma más rica, pero a la vez más desigual.
¿E Iglesias? Respondió a las expectativas de hacer valer sus recursos en los debates. Siendo el principal destinatario de los ataques, muchas veces personales y casi siempre muy duros, por parte de Monasterio, Ayuso y Bal, no sólo los solventó con argumentos y respuestas rápidas y precisas, sino que marcó casi siempre las claves del debate. Puso de relieve en todo momento la naturaleza neoliberal del programa político del PP, las fallas en la gestión del gobierno de Ayuso y la corrupción sistémica inherente al PP. Y en todo ello, como muestras, dos detalles. Uno ocurrió al principio, cuando Ayuso le espetó que durante el confinamiento "ni se pasó por una residencia ni vino a un hospital" y al poco le dijo todo lo contrario, con un "los partidos políticos no tenemos que estar en los hospitales". La respuesta de Iglesias fue: "¿en qué quedamos?". El otro detalle, ya al final, tuvo que ver con Gabilondo y su defensa de no subir los impuestos: ¿entonces cómo se van a recuperar los deficits en materia sanitaria y educativa que hay en la comunidad madrileña, si no se recurre a gravar a quienes más tienen?
Por lo demás, fue llamativa la no beligerancia entre los tres grupos de izquierda, que se acompañó con una clara voluntad de desmontar el entramado de las políticas llevadas cabo por el PP desde hace algo más de un cuarto de siglo. Un actitud positiva y que podría tener su correspondencia tras las elecciones del 4 de mayo. Esta misma mañana ha salido el nuevo barómetro del CIS, dedicado en exclusiva a dichas elecciones. Y la cosa lleva, si no al optimismo, sí a considerar que es posible derrotar a la derechona. La agresividad empleada ayer por Ayuso y Monasterio podría ser un indicio.
Queda mucha campaña: dos semanas. Por de pronto, las encuestas siguen apuntando a que Ciudadanos se quedaría fuera, lo que perjudicaría al bloque de la derecha. Por parte del PSOE, en boca de Gabilondo, se empieza a mirar a su izquierda y ya no se desecha a Unidas Podemos. El CIS apunta que lo que gana Más Madrid sería a costa del PSOE y está por ver el grado de crecimiento de Unidas Podemos. Pero, por lo visto ayer, sería necesario que aumentara el número de personas que vean en esa última candidatura no sólo la posibilidad de un gobierno de la izquierda, sino por la izquierda, con el fin de marcar una agenda social y económica que sea favorable a la mayoría de la población. La misma en la que hay una parte que no tiene conciencia de que su enemigo lleva 25 años machacándola.
La raíces nazis de los mensajes racistas y xenófobos de Vox
Ha publicado hoy el diario infoLibre un artículo de la periodista Alicia Gutiérrez que es digno de resaltar: "De la
propaganda del III Reich al cartel de Vox sobre los menores migrantes: cómo
usar números como herramienta de odio". Nos ofrece, a través de varios ejemplos, las raíces del cartel de Vox que en los últimos días está ocupando los comentarios en la campaña electoral madrileña, los medios de comunicación y la opinión pública. Un cartel que está preñado de una falsedad, porque parte de un aserto incomparable y pone de relieve un hecho que no se corresponde con la realidad. El objetivo que se pretende es focalizar en un colectivo social, el de los menores no acompañados, con el fin de banalizarlo y criminalizarlo.
Esa forma de deshumanización se ha dado a lo largo del tiempo y todavía persiste en nuestros días. Aunque no es exclusiva suya, se desarrolló de una forma muy clara y extrema durante la Alemania nazi, lo que conllevó una consideración y tratamiento especial contra las personas pertenecientes a las "razas inferiores" (judía, gitana, eslava...) y las que sufrían algún tipo de afección física o psíquica. Desde el primer momento supuso que se les negara sus derechos, cuando no, como finalmente ocurrió, que se les despojara de la condición de seres humanos. Y como ya se sabe, con el paso de los años acabaron siendo víctimas de exterminio.
En el primero de los carteles puede verse la analogía que existe con el cartel reciente de Vox. Para los nazis las personas con una enfermedad congénita costaban demasiado al estado: 60.000 marcos. Lo mismo que Vox opina sobre el colectivo de "menas", con esos 4.700 euros al mes. El segundo de los carteles, de hace cuatro años, fue distribuido por el Partido Nacional Alemán, un remedo actual del nazismo. En este caso el objeto era el colectivo gitano, que es utilizado para contraponerlo a las abuelas a través del dinero que pueden estar recibiendo.
El cartel de Vox supone una síntesis de ambos: mientras que el primero aporta una cuantificación concreta en dinero, el segundo señala explícitamente el objetivo a batir, comparándolo con un sector de la población, el de las abuelas, que resulta sentimentalmente atractivo. Vox, una vez más, sigue dando muestras de ser la representación el fascismo de nuestros días.
lunes, 19 de abril de 2021
La libertad, degustada a través de la poesía
Nada mejor que la poesía para que podamos percibir, degustar y compartir la utopía de querer ser libres e iguales proyectando ese amor que nos hace sentir más felices. Dejo aquí 20 poemas, cuya lectura, con
toda seguridad, nos lo va a poner más fácil. Y más si también los podemos escuchar en forma de canciones, como ocurre con la segunda parte de "El herido", de Miguel Hernández, musicada e interpretada por Joan Manuel Serrat; "Si morimos", de Ethel Greenglass, adaptado, musicado e interpretado por Pablo Milanés; "Canto a la libertad", de José Antonio Labordeta; "Así te quiero", de Adela Gleijer y Diana Reches, interpretado por Claudina y Alberto Gambino; "Pequeña serenata diurna", de Silvio Rodríguez; "Libertad", de Luis Eduardo Aute; "Yo te nombro", inspirado en el poema "Liberté" de Paul Elouard, musicado por Gian Franco Pagliaro e interpretado por Nacha Guevara; o "Libre te quiero", de Agustín García Calvo, musicado e interpretado por Amancio Prada.
II
Para la libertad sangro, lucho, pervivo.
Para la libertad, mis ojos y mis manos,
como un árbol carnal, generoso y cautivo,
doy a los cirujanos.
Para la libertad, siento más corazones
que arenas en mi pecho dan espuma a mis venas;
y entro en los hospitales, y entro en los algodones,
como en las azucenas.
Porque donde unas cuencas vacías amanezcan,
ella pondrá dos piedras de futura mirada,
y hará que nuevos brazos y nuevas piernas crezcan
en la carne talada.
Retoñaran aladas de savia sin otoño,
reliquias de mi cuerpo que pierdo en cada herida;
porque soy como el árbol talado que retoño:
aún tengo la vida.
(Miguel Hernández).
Liberté
Sur mes cahiers d’écolier
Sur mon pupitre et les arbres
Sur le sable sur la neige
J’écris ton nom
Sur toutes les pages lues
Sur toutes les pages blanches
Pierre sang papier ou cendre
J’écris ton nom
Sur les images dorées
Sur les armes des guerriers
Sur la couronne des rois
J’écris ton nom
Sur la jungle et le désert
Sur les nids sur les genêts
Sur l’écho de mon enfance
J’écris ton nom
Sur les merveilles des nuits
Sur le pain blanc des journées
Sur les saisons fiancées
J’écris ton nom
Sur tous mes chiffons d’azur
Sur l’étang soleil moisi
Sur le lac lune vivante
J’écris ton nom
Sur les champs sur l’horizon
Sur les ailes des oiseaux
Et sur le moulin des ombres
J’écris ton nom
Sur chaque bouffée d’aurore
Sur la mer sur les bateaux
Sur la montagne démente
J’écris ton nom
Sur la mousse des nuages
Sur les sueurs de l’orage
Sur la pluie épaisse et fade
J’écris ton nom
Sur les formes scintillantes
Sur les cloches des couleurs
Sur la vérité physique
J’écris ton nom
Sur les sentiers éveillés
Sur les routes déployées
Sur les places qui débordent
J’écris ton nom
Sur la lampe qui s’allume
Sur la lampe qui s’éteint
Sur mes maisons réunies
J’écris ton nom
Sur le fruit coupé en deux
Du miroir et de ma chambre
Sur mon lit coquille vide
J’écris ton nom
Sur mon chien gourmand et tendre
Sur ses oreilles dressées
Sur sa patte maladroite
J’écris ton nom
Sur le tremplin de ma porte
Sur les objets familiers
Sur le flot du feu béni
J’écris ton nom
Sur toute chair accordée
Sur le front de mes amis
Sur chaque main qui se tend
J’écris ton nom
Sur la vitre des surprises
Sur les lèvres attentives
Bien au-dessus du silence
J’écris ton nom
Sur mes refuges détruits
Sur mes phares écroulés
Sur les murs de mon ennui
J’écris ton nom
Sur l’absence sans désir
Sur la solitude nue
Sur les marches de la mort
J’écris ton nom
Sur la santé revenue
Sur le risque disparu
Sur l’espoir sans souvenir
J’écris ton nom
Et par le pouvoir d’un mot
Je recommence ma vie
Je suis né pour te connaître
Pour te nommer
Liberté.
[En mis cuadernos de escolar
Sobre mi escritorio y los árboles
Sobre la arena sobre la nieve
Escribo tu nombre
Sobre todas las páginas leídas
Sobre todas las páginas blancas
Piedra sangre papel o ceniza
Escribo tu nombre
Sobre las imágenes doradas
Sobre las armas de los guerreros
Sobre la corona de los reyes
Escribo tu nombre
En la jungla y el desierto
En los nidos en la escoba
En el eco de mi infancia
Escribo tu nombre
En las maravillas de las noches
En el pan blanco de los días
En las estaciones de los compromisos
Escribo tu nombre
En todos mis trapos azules
En el estanque mohoso al sol
En la luna viviente del lago
Escribo tu nombre
En los campos en el horizonte
En las alas de los pájaros
Y en el molino de las sombras
Escribo tu nombre
En cada soplo del amanecer
En el mar en los barcos
En la montaña loca
Escribo tu nombre
En la espuma de las nubes
En el sudor de la tormenta
En la lluvia espesa y rancia
Escribo tu nombre
En las formas espumosas
En las campanas de colores
En la verdad física
Escribo tu nombre
En los senderos despiertos
En los caminos abiertos
En las plazas desbordadas
Escribo tu nombre
En la lámpara que se enciende
En la lámpara que se apaga
En mis casas reunidas
Escribo tu nombre
En la fruta cortada en dos
Desde el espejo y desde mi habitación
En mi cama vacía
Escribo tu nombre
Sobre mi perro avariento y tierno
Sobre sus orejas erguidas
Sobre su pata torpe
Escribo tu nombre
Sobre el pedestal de mi puerta
Sobre los objetos familiares
En el flujo del fuego bendito
Escribo tu nombre
Sobre toda la carne entregada
Sobre la frente de mis amigos
Sobre cada mano extendida
Escribo tu nombre
En el vaso de las sorpresas
En los labios atentos
Muy por encima del silencio
Escribo tu nombre
En mis refugios destruidos
En mis faros derrumbados
Sobre los muros de mi aburrimiento
Escribo tu nombre
En la ausencia sin deseo
En la soledad desnuda
En los pasos de la muerte
Escribo tu nombre
En la salud devuelta
En el riesgo desaparecido
En la esperanza sin memoria
Escribo tu nombre
Y por el poder de una palabra
Empiezo mi vida de nuevo
Nací para conocerte
Para nombrarte
Libertad].
(Paul Elouard).
Mereces
un amor que te quiera despeinada…
Mereces un amor que te quiera despeinada,
incluso con las razones que te levantan de prisa
y con todo y los demonios que no te dejan dormir.
Mereces un amor que te haga sentir segura,
que pueda comerse al mundo si camina de tu mano,
que sienta que tus abrazos van perfectos con su piel.
Mereces un amor que quiera bailar contigo,
que visite el paraíso cada vez que ve tus ojos
y que no se aburra nunca de leer tus expresiones.
Mereces un amor que te escuche cuando cantas,
que te apoye en tus ridículos,
que respete que eres libre,
que te acompañe en tu vuelo,
que no le asuste caer.
Mereces un amor que se lleve las mentiras,
que te traiga la ilusión,
el café
y la poesía.
(Frida Khalo).
La
libertad tú la conoces
La libertad tú la conoces
La libertad no la conoces
La libertad es un deseo
La libertad es estar preso
Preso en un cuerpo que no es mío
En unos brazos, una boca,
Una boca que bebe nuestra vida,
Lentamente, una muerte.
La libertad es una muerte,
Una muerte es nacer en otro espíritu,
Un espíritu, un hombre, es un deseo,
Un deseo es amor por libertarse.
La libertad, la libertad,
La libertad es un olvido,
En otro cuerpo, es un olvido,
Es un amor la libertad.
Libértame o me muero.
(Luis Cernuda).
Retorno
de la dulce libertad
Podías, cuando fuiste un marinero en tierra,
ser más libre que ahora,
yéndote alegremente,
desde las amarradas comarcas encendidas
de tu recién nacido soñar, por los profundos
valles de huertos submarinos, por las verdes
laderas de delfines, sumergidos senderos
que iban a dar a dulces sirenas deseadas.
Podías, bien podías entonces, bien podías,
sin lágrimas inútiles, sin impuestas congojas,
viajar, llenos de viento los labios, con un golpe
de abierta luz en medio del corazón, bien alta
la valerosa vida cayendo de tu frente.
¿En dónde las fronteras entonces, ese miedo,
ese horror a los límites,
ese cerco que escuchas avanzar en la noche
como un triste mandato que ha de cumplirse al alba?
Libertad, dulce mía,
por muy niña que fueses,
por más chicos que fueran tus tiernos pasos, dime,
contéstame si aún tus pequeños oídos
me conocen: ¿No intentas, fugitiva y cantando,
retornarme a tus libres comarcas venturosas?
¿Quién te encarcela, dime? Di, ¿quién te pone grillos?
¿Quién te esposa las alas y quién, dime, cerrojos
clava en tu lengua y sombras pone sólo en tus ámbitos?
Libertad, no me dejes. Vuelve a mí, dura y dulce,
como fresca muchacha madurada en la pena.
Hoy mi brazo es más fuerte que el de ayer, y mi canto,
encendido en el tuyo, puede abrir para siempre,
sobre los horizontes del mar, nuestra mañana.
(Rafael Alberti).
Libertad
Crecieron
así seres de manos atadas
(Empédocles)
A tiros nos dijeron: cruz y raya.
En cruz estamos. Raya. Tachadura.
Borrón y cárcel nueva. Punto en boca.
Si observas la conducta conveniente,
podrás decir palabras permitidas:
invierno, luz, hispanidad, sombrero.
(Si se te cae la lengua de vergüenza,
te cuelgas un cartel que diga “mudo”,
tiendes la mano y juntas calderilla).
Si calzas los zapatos según norma,
también podrás cruzar a la otra acera
buscando el sol o un techo que te abrigue.
Pagando tus impuestos puntualmente,
podrás ir al taller o a la oficina,
quemarte las pestañas y las uñas,
partirte el pecho y alcanzar la gloria.
También tendrás honestas diversiones.
El paso de un entierro, una película
de las debidamente autorizadas,
fútbol del bueno, un vaso de cerveza,
bonitas emisiones de la radio
y misa por la tarde los domingos.
Pero no pienses “libertad”, no digas,
no escribas “libertad”, nunca consientas
que se te asome al blanco de los ojos,
ni exhale su olorcillo por tus ropas,
ni se te prenda a un rizo del cabello.
Y, sobre todo, amigo, al acostarte,
no escondas “libertad” bajo tu almohada
por ver si sueñas con mejores días.
No sea que una noche te incorpores
sonambulando “libertad”, y olvides,
y salgas a gritarla por las calles,
descerrajando puertas y ventanas,
matando los serenos y los gatos,
rompiendo los faroles y las fuentes,
y el sueño de los justos, porque entonces,
punto final, hermano, y Dios te ayude.
(Ángela Figuera).
Si
morimos
Vosotros sabréis, hijos míos, sabréis
por qué dejamos las canciones sin hacer,
los libros sin leer, el trabajo sin hacer,
para descansar bajo la hierba.
No más lamentos, hijos míos, no más,
porque las mentiras y las calumnias han sido montadas,
las lágrimas que derramamos y el dolor que nos penetra
para todos deberá ser proclamado.
La tierra sonreirá, hijos míos, sonreirá,
y el verde sobre nuestro lugar de reposo crecerá,
el crimen finalizará, el mundo se regocijará en hermandad y paz.
Trabajad y construid, hijos míos,
construid un monumento al amor y a la alegría,
al valor humano, a la fe que guardamos por vosotros, mis hijos,
por vosotros.
(Ethel Greenglass/Rosenberg).
Mi
destino y su clave
Bajo tu signo ideal ¡Oh, Victoria
de Samotracia! inicié mi camino
Tu lucha -¿con qué viento?- que adivino
tu impetuoso avance -¿hacia qué gloria?-
grabados para siempre en mi memoria
dieron sentido y clave a mi destino,
-el loco carrusel que fue mi sino-
y a ellos acordé mi breve historia.
¡Qué timón esas alas! ¡y qué vuelo…
sin perder el contacto con el suelo!
¡qué lección se desborda de tu paso!
Con tu sello la frente me señalas,
perderé, como tú, si se da el caso,
la cabeza, pero nunca las alas.
(Lucía Sánchez Saornil).
Canto a la libertad
Habrá un día
en que todos
al levantar la vista,
veremos una tierra
que ponga libertad.
Hermano, aquí mi mano,
será tuya mi frente,
y tu gesto de siempre
caerá sin levantar
huracanes de miedo
ante la libertad.
Haremos el camino
en un mismo trazado,
uniendo nuestros hombros
para así levantar
a aquellos que cayeron
gritando libertad.
Habrá un día...
Sonarán las campanas
desde los campanarios,
y los campos desiertos
volverán a granar
unas espigas altas
dispuestas para el pan.
Para un pan que en los siglos
nunca fue repartido
entre todos aquellos
que hicieron lo posible
por empujar la historia
hacia la libertad.
Habrá un día...
También será posible
que esa hermosa mañana
ni tú, ni yo, ni el otro
la lleguemos a ver;
pero habrá que forzarla
para que pueda ser.
Que sea como un viento
que arranque los matojos
surgiendo la verdad,
y limpie los caminos
de siglos de destrozos
contra la libertad.
Habrá un día...
(Juan Antonio Labordeta).
Así te quiero
Como un pájaro libre,
de libre vuelo,
como un pájaro libre
así te quiero.
Nueve meses te tuve
creciendo dentro
y aún sigues creciendo
y descubriendo.
Descubriendo, aprendiendo
a ser un hombre,
no hay nada de la vida
que no te asombre.
Como un pájaro libre,
de libre vuelo,
como un pájaro libre
así te quiero.
Cada minuto tuyo
lo vivo y muero.
Cuando no estás, mi hijo,
¡cómo te espero!
Es el miedo un gusano,
me roe y come.
Apenas abro un diario,
busco tu nombre.
Como un pájaro libre,
de libre vuelo,
como un pájaro libre
así te quiero.
(Adela Gleijer y Diana Reches).
Pequeña
serenata diurna
Vivo en un país libre,
cual solamente puede ser libre
en esta tierra, en este instante,
y soy feliz porque soy gigante.
Amo a una mujer clara,
que amo y me ama
sin pedir nada
-o casi nada,
que no es lo mismo,
pero es igual-.
Y si esto fuera poco,
tengo mis cantos,
que poco a poco
muelo y rehago,
habitando el tiempo,
como le cuadra
a un hombre despierto.
Soy feliz,
soy un hombre feliz
y quiero que me perdonen
por este día
los muertos de mi felicidad.
(Silvio Rodríguez).
Libertad
Y van pasando los años
y al fin la vida no puede ser.
Sólo un tiempo que ha que recorrer
a través del dolor y el placer.
Quién nos compuso el engaño
de que existir es apostar a no perder.
Vivir es más que un derecho,
es el deber de no claudicar,
el mandato de reflexionar.
Qué es nacer, qué es morir, qué es amar,
el hombre por qué está hecho
y qué eres tú, libertad.
Libertad, libertad, libertad.
La idea no es razonable,
tampoco el verbo fundamental.
¿Es el alma principio o final,
o armonía del bien frente al mal?
Qué es el amor insondable
que empuja al cuerpo a ser incógnita
inmortal.
El siglo está agonizando
y el testamento que va a dejar
es un orden que quiere ocultar
el preciso compás del azar.
A qué seguir respirando,
si no estás tú, libertad.
Libertad, libertad, libertad.
(Luis Eduardo Aute).
Yo te nombro
Por el pájaro enjaulado
Por el pez en la pecera
Por mi amigo que está preso
Porque ha dicho lo que piensa
Por las flores arrancadas
Por la hierba pisoteada
Por los arboles podados
Por los cuerpos torturados
Yo te nombro Libertad
Por los dientes apretados
Por la rabia contenida
Por el nudo en la garganta
Por las bocas que no cantan
Por el beso clandestino
Por el verso censurado
Por el joven exilado
Por los nombres prohibidos
Yo te nombro Libertad
Te nombro en nombre de todos
Por tu nombre verdadero
Te nombro y cuando oscurece
cuando nadie me ve
Escribo tu nombre
en las paredes de mi ciudad
Tu nombre verdadero
Tu nombre y otros nombres
que no nombro por temor
Por la idea perseguido
Por los golpes recibidos
Por aquel que no resiste
Por aquellos que se esconden
Por el miedo que te tienen
Por tus pasos que vigilan
Por la forma en que te atacan
Por los hijos que te matan
Yo te nombro Libertad
Por las tierras invadidas,
Por los pueblos conquistados
Por la gente sometida
Por los hombres explotados
Por los muertos en la hoguera
Por el justo ajusticiado
Por el héroe asesinado
Por los fuegos apagados
Yo te nombro Libertado
Te nombro en nombre de todo
Por tu nombre verdadero
Te nombre cuando oscurece
cuando nadie me ve
Escribo tu nombre
en las paredes de mi ciudad
Tu nombre verdadero
Tu nombre y otros nombres
Que no nombro por temor
Yo te nombro Libertad.
(Gian Franco Pagliaro).
Libre te quiero
Libre te quiero
como arroyo que brinca
de peña en peña,
pero no mía.
Grande te quiero
como monte preñado
de primavera,
pero no mía.
Buena te quiero
como pan que no sabe
su masa buena,
pero no mía.
Alta te quiero
como chopo que al cielo
se despereza,
pero no mía.
Blanca te quiero
como flor de azahares
sobre la tierra,
pero no mía.
Pero no mía
ni de Dios ni de nadie
ni tuya siquiera.
(Agustín García Calvo).
¿Tu nombre...?
¿Tu nombre responde a una realidad?
¿Eres también esa paloma que representan?
¿O corresponde sólo a tu hermana?
¿Eres un sueño, una utopía, un anhelo?
¿O la esperanza que día a día se conquista?
(Diego Sánchez Curto).
Uno no
escoge
Uno no escoge el país donde nace;
pero ama el país donde ha nacido.
Uno no escoge el tiempo para venir al mundo;
pero debe dejar huella de su tiempo.
Nadie puede evadir su responsabilidad.
Nadie puede taparse los ojos, los oídos,
enmudecer y cortarse las manos.
Todos tenemos un deber de amor que cumplir,
una historia que nacer
una meta que alcanzar.
No escogimos el momento para venir al mundo:
Ahora podemos hacer el mundo
en que nacerá y crecerá
la semilla que trajimos con nosotros.
(Gioconda Belli).
Somos
lo que soñamos ser
Somos lo que soñamos ser
Y ese sueño, no es tanto una meta
Como una energía
Cada día es una crisálida
Cada día alumbra una metamorfosis
Caemos, nos levantamos
Cada día la vida empieza de nuevo
La vida es un acto de resistencia y de reexistencia
Vivimos, revivimos
Pero todos esos tienen la memoria
Somos lo que recordamos
La memoria es nuestro hogar nómada
Como las plantas o las aves emigrantes
Los recuerdos tienen la estrategia de la luz
Van hacia delante
A la manera del remero que se desplaza de espaldas para ver mejor
Hay un dolor parecido al dolor de muelas
A la pérdida física
Y es perder algún recuerdo que queremos
Esas fotos imprescindibles en el álbum de la vida
Por eso hay una clase de melancolía que no atrapa
Sino que nutre la libertad
En esa melancolía como espuma en las olas
Se alzan los sueños.
(Manuel Rivas).
De
valor y libertad
El hombre es un pez
que sueña con ser
león o pájaro.
Nada piensa
nada olvida
y sigue nadando.
La ciudad es una pecera
que necesita una limpieza
de alquitrán y tiburones.
Pobre sardina
que nada enlatada
en la nada
conservada.
Mira las nubes
y ruge
callando.
(Ginimar de Letras).
¿Cuántos
versos hacen falta?
Cuántos versos hacen falta por escribir
para que tiemblen los cimientos
de la injusticia.
Cuántos versos hacen falta por escribir
para convertir en cenizas los fantasmas
de la injusticia.
Cuántos versos hacen falta por escribir
para que reina la justicia en su palacio
sin injerencia.
Cuántos versos hacen falta por escribir
para que coronen la verdad
en nombre
de la justicia.
Cuántos versos hacen falta por escribir
para que las túnicas negras, abriguen antes
la razón que el corazón
sin preferencia.
Cuántos versos hacen falta por escribir
para que la dignidad sea
una esencia
de nuestra existencia.
Cuántos versos hacen falta por escribir
para que la independencia, no sea un rehén
de nuestra ignorancia.
Cuántos versos hacen falta por escribir
para que las palomas de la paz
posen
en los tejados de la inocencia.
Cuántos versos hacen falta por escribir
Para que la bandera de la
libertad ondee
con honra y elegancia.
Cuántos versos hacen falta por escribir
para que las sentencia de
la justicia sean
el elixir de la conciencia.
Cuántos versos hacen falta por escribir
para que los indignados luchen a diario
con vehemencia.
Cuántos versos hacen falta por escribir
para que suenen las campanas de la tolerancia
desde nuestra infancia.
Cuántos versos hacen falta por escribir
para que el amor sea el
aroma
de nuestra fragancia.
Cuántos versos hacen falta por escribir
para que la felicidad sea
la gran
exigencia.
Cuántos versos hacen falta por escribir
para que la buena convivencia
no sea una apariencia.
Cuántos versos hacen falta por escribir
para que la violencia en nuestro universo
no tenga presencia.
Cuántos versos hacen falta por escribir
para que la pobreza no sea
una herencia.
Cuántos versos hacen falta por escribir
para que la riqueza no caiga en manos
de la codicia.
Cuántos versos hacen falta por escribir
para que la generosidad no sea víctima
de la avaricia.
Cuántos versos hacen falta por escribir
para que la solidaridad no esté retenida
por la intransigencia.
(Fatma Galia).
Trenzo
mi pelo, cae un rayo
En este pueblo no había espejo
ni ventanas
nos mirábamos en las paredes
sucias de los desastres sin origen
con raíces enredadas en látigos
aprendimos:
cada movimiento puede ser el último
respirar, tajearnos la espalda
vimos nuestra cara en las telarañas
nos balanceamos con cuidado
entre los nudos
apretamos la boca
el aire justo que deja entrar
insectos raquíticos
una mínima luz de proteína,
crecimos como espigas encorvadas
por el verano de los ojos dentados
sanguijuelas succionando
nuestra marcha arrancadas en lo más tierno
por manos limpias
de sangre hasta las muñecas, así
nos enseñaron el gesto de la margarita
lánguida, blanca, se abre, da
se abre, se desnuca: se queda calva
el cuello disecado en las yemas
de los predadores.
Fuimos enviadas al desierto
a amamantar a las hienas
a pescar anguilas con hachas
ahí nos vimos, en el filo
los ojos brillantes
nuestras lenguas rojas
uñas perforando el eco del estanque
nos reconocimos,
ya habíamos besado tantas veces
con los labios curtidos
de otras, que éramos nosotras
observándonos a ciegas
en las fallas del muro
-Todas fuimos nuestro espejo-
Una mujer grita en una fiesta
una mujer cosecha en la montaña
una mujer canta al pie de un abismo
una mujer se cubre la boca y la nariz
con un pañuelo
una mujer acaricia un colibrí
una mujer prende fuego las cruces
que le colgaron
una mujer cabalga de espaldas
saluda a un puma detrás del monte
una mujer hace un círculo de sal
y mira las estrellas
una mujer arroja al agua un manojo de células
que no tienen el nombre de su deseo
una mujer astilla mil pantallas
una mujer abre una ventana
una mujer cierra una puerta
una mujer baila desnuda
una mujer entra en el río
una mujer conjura las mareas
una mujer abraza el peso de su cuerpo
una mujer trenza su pelo, cae un rayo
Hermana,
la tormenta que se aproxima
somos nosotras centelleantes,
estamos en camino.
(Gabriela Clara Pignataro).