viernes, 8 de febrero de 2019

El (algo más que) ridículo de Pedro Sánchez

Sí. Ridículo, porque ha hecho valer eso de "donde dije digo...". Ya no hay diálogo. Así lo ha anunciado la vicepresidenta del gobierno, Carmen Calvo. Y por ello no habrá ni relator ni nada de eso. Lo que se diga, no dejarán de ser excusas. La postura del PDeCat ante los presupuestos ha ayudado. Pero no debemos olvidar el trasfondo. La reacción furibunda de las derechas españolas, convocando una macroconcentración para el domingo, que ha puesto a Sánchez y su gobierno sobre aviso. La falta de apoyo en su partido, con los barones asustados ante lo que pueda ocurrir en unas cercanas elecciones y las viejas glorias haciendo uso del discurso de las derechas, que los ha alertado. ¿Y qué hay de más? ¿Alguna llamada? ¿De quién? ¿De quiénes? Aquí manda(n) quien(enes) manda(n). Otra cosa es cómo va a quedar ahora Sánchez tras el ridículo protagonizado. Debilitado y mucho. ¿Y el futuro? ¡Ay!