Son muy duras las calificaciones, pero es lo que puede desprenderse de las investigaciones que está llevando a cabo el diario electrónico infoLibre y de las que se están haciendo eco otros medios. El Fiscal Anticorrupción, Manuel Moix, inmerso ya en el escándalo derivado de su nombramiento, dadas las más que dudas que han suscitado sus actuaciones como fiscal en Madrid y desde su actual cargo, sigue en la picota. Ya me he referido a su relación con el caso Lezo y la actitud que ha mantenido profesionalmente cuando se ha tratado de procesos donde existen miembros del PP.
Ahora el diario antes aludido ha descubierto la relación que mantiene, a través de su familia, con una sociedad radicada en Panamá, de esas llamadas offshore, que, como ya se sabe, se dedican a manejar dinero y propiedades como le corresponde a su carácter de paraíso fiscal. Y el fiscal que debería velar para perseguir la corrupción, por lo que nos cuentan está instalado en ella. Un fiscal que, además, está mintiendo descaradamente en sus declaraciones, porque niega lo evidente y dice cosas que no son verdad.
El PP y el gobierno siguen callados y a lo sumo han dicho en boca del ministro de Justicia que la responsabilidad le corresponde a quien le nombró, el Fiscal General del Estado. Precisamente nombrado por él mismo. Sospecho que Moix caerá más pronto que temprano. Digo yo, claro.
Historia, política, sociología, arte, música, geografía, literatura, pensamiento...
miércoles, 31 de mayo de 2017
domingo, 28 de mayo de 2017
Madrid acoge una nueva convocatoria de las Marchas de la Dignidad
Varias decenas de miles de personas se manifestaron ayer a lo largo de todo el día en Madrid, convocadas por las Marchas de la Dignidad. Un número bastante mayor que el facilitado por la Delegación del Gobierno en la capital española, que lo ha cuantificado en 6.000, pero inferior también a algunas estimaciones de quienes asistieron a las marchas, que exageradamente elevaron la cantidad a 20.000.
La noticia apenas ha sido recogida por los medios de comunicación del sistema, que, además, cuando lo han hecho, han minimizado la cuantía de las personas asistentes, dando por bueno el número de la Delegación del Gobierno.
Bajo el lema "Pan, trabajo, techo e igualdad" fueron desfilando por las calles del centro las personas asistentes, en muchos casos procedentes de las seis columnas que salieron desde distintos puntos de la capital. Acudieron, así, al llamamiento hecho por diversos grupos sociales y políticos: colectivos de todo tipo, incluidos los estibadores de los puertos; sindicatos, como CGT, SAT, CNT o Solidaridad Obreros; grupos políticos, como IU, PCE, Izquierda Castellana o Corriente Roja. Ha destacado la presencia de Alberto Garzón, pero no así la de Pablo Iglesias. Precisamente Podemos no participó en la convocatoria de las marchas, aunque sí se pudieron ver algunas de sus caras más conocidas.
Hacía tiempo que no se celebraba una manifestación de esta naturaleza. Las secuelas de la "ley mordaza" y la mayor apuesta de algunos grupos por la actividad institucional han contribuido a la desmovilización que se viene dando desde hace dos o tres años. Bastante lejos de lo ocurrido en los momentos finales del gobierno del PSOE, con Zapatero al frente, y en los primeros años del gobierno del PP, ya con Rajoy.
Y motivos no faltan para que el malestar aflore en las calles con mucha más gente y más frecuencia.
La noticia apenas ha sido recogida por los medios de comunicación del sistema, que, además, cuando lo han hecho, han minimizado la cuantía de las personas asistentes, dando por bueno el número de la Delegación del Gobierno.
Bajo el lema "Pan, trabajo, techo e igualdad" fueron desfilando por las calles del centro las personas asistentes, en muchos casos procedentes de las seis columnas que salieron desde distintos puntos de la capital. Acudieron, así, al llamamiento hecho por diversos grupos sociales y políticos: colectivos de todo tipo, incluidos los estibadores de los puertos; sindicatos, como CGT, SAT, CNT o Solidaridad Obreros; grupos políticos, como IU, PCE, Izquierda Castellana o Corriente Roja. Ha destacado la presencia de Alberto Garzón, pero no así la de Pablo Iglesias. Precisamente Podemos no participó en la convocatoria de las marchas, aunque sí se pudieron ver algunas de sus caras más conocidas.
Hacía tiempo que no se celebraba una manifestación de esta naturaleza. Las secuelas de la "ley mordaza" y la mayor apuesta de algunos grupos por la actividad institucional han contribuido a la desmovilización que se viene dando desde hace dos o tres años. Bastante lejos de lo ocurrido en los momentos finales del gobierno del PSOE, con Zapatero al frente, y en los primeros años del gobierno del PP, ya con Rajoy.
Y motivos no faltan para que el malestar aflore en las calles con mucha más gente y más frecuencia.
El joven psocialista que soñó con volar alto
Había sido, desde muy joven, el típico aspirante a ir ascendiendo en el partido con vistas a situarse en lo más alto posible. Por ello se decidió por unos estudios universitarios que le venía como anillo al dedo. Una vez finalizados, consiguió pronto dirigir la organización local de su lugar de origen, adquiriendo un gran protagonismo que le llevó en 2003 a ser nombrado candidato a la alcaldía. Para ello hizo gala de unos recursos teóricos que estaban muy por encima de la media de la militancia y, sobre todo, de un atrevimiento teñido de egocentrismo. Formado en la escuela felipista, que se mantenía en Andalucía a través del chavismo de Manolo, cultivó la moderación en el discurso de izquierda, un fuerte anticomunismo hacia lo que representaba IU y, claro está, la confrontación con el principal rival político que representaba el PP.
Durante un tiempo se rodeó de un grupo de incondicionales, especialmente jóvenes, a los que fue gratificando con algún que otro trabajo en la red clientelar del partido o encantando con futuras promesas en esa dirección. Poseedor de un verbo lenguaraz, en su aspiración a la alcaldía no pudo superar dos dificultades: la de IU, por su izquierda; y la de los sectores políticos moderados, que desde 1999 tenían al PP como referente. Esa fue la razón de su defenestración y la designación a dedo de quien podía recoger los votos moderados, como finalmente ocurrió. Atrás quedaron algunas que otras traiciones, y por delante, un camino que descubrir.
En la noche del domingo pasado me llamó la atención entre el grupo de personas que rodeaban al candidato ganador de las primarias psocialistas una cara que me resultaba conocida, pero que no sabía identificar. Hace un par de días me llegó la solución: era él, cambiado en algún detalle externo, producto del paso de los años. E indagando por la red, su nombre aparece en varias situaciones. Unas, de gestiones empresariales dudosas. Y otras, como un personaje activo en el entorno sanchista, radicado ya, eso sí, en la capital del reino. ¿Habrá encontrado por fin el camino que le permita llegar tan alto como soñó cuando era joven?
(Imagen: fotomontaje de Luis Valverde Luna, publicado en Debate Ciudadano de Barbate, octubre de 2006)
viernes, 26 de mayo de 2017
La posibilidad de que todo siga igual con Pedro Sánchez
Ganó Pedro Sánchez. Perdió Susana Díaz. Lo que ha supuesto una clara impugnación al golpe de mano de octubre. La gestora, los barones y las viejas glorias han sufrido una derrota clamorosa. Pese al alarde de fuerza del aparato y la chulería de la candidata. Díaz entendió poco o nada cómo era el norte, creyendo que era como el sur. Sánchez, por su parte, ha sabido sacar partido a su papel de víctima, aprovechando el cabreo de buena parte de la militancia. La de a pie, no la que vive de la política y ocupa cargos remunerados.
Pero, ojo, habiendo recuperado la secretaría general, estando, pues, más legitimado para actuar, Sánchez corre un peligro: que acabe haciendo, en lo fundamental, lo que desean quienes han sido derrotados. Hacer algunos cambios para que todo siga igual. Seguir con eso del "no es no", pero llegado el momento, como está ocurriendo con la moción de censura presentada por Unidos Podemos, permitir que siga gobernando el PP. Como Sánchez, con su gente, se olvide de lo que declaró al final de año pasado en un conocido programa de televisión, donde reconoció que fue débil en su apuesta por un gobierno de izquierdas, malo. Porque al final todo acabaría siendo como antes. Al tiempo.
Pero, ojo, habiendo recuperado la secretaría general, estando, pues, más legitimado para actuar, Sánchez corre un peligro: que acabe haciendo, en lo fundamental, lo que desean quienes han sido derrotados. Hacer algunos cambios para que todo siga igual. Seguir con eso del "no es no", pero llegado el momento, como está ocurriendo con la moción de censura presentada por Unidos Podemos, permitir que siga gobernando el PP. Como Sánchez, con su gente, se olvide de lo que declaró al final de año pasado en un conocido programa de televisión, donde reconoció que fue débil en su apuesta por un gobierno de izquierdas, malo. Porque al final todo acabaría siendo como antes. Al tiempo.
Fútbol podrido, deporte podrido
Las noticias de la corrupción en el fútbol se suceden cada día. Paraísos fiscales, evasión de impuestos, apuestas deportivas, patrocinios sospechosos, tráfico de influencias, cobro de comisiones, amaño de partidos... Eso es lo que tenemos.
Estos días están de actualidad Sandro Rosell, en la cárcel por cobro de comisiones ilegales en actividades empresariales ligadas al fútbol; Leo Messi, condenado a prisión por delitos fiscales; Cristiano Ronaldo, acusado de delitos fiscales; el presidente del Elda y varios jugadores de la plantilla, pillados in fraganti por las apuestas deportivas. Mascherano, Xabi Alonso, Neymar..., tiempo atrás, involucrados en casos millonarios donde se esconde, se evade o se engaña.
Son unos ejemplos, los más conocidos. Y sólo de este país. El fútbol, un deporte que "nos han robado", como decían en su libro reciente Ángel Cappa y su hija María. Porque se ha mercantilizado a tal extremo, que son grandes corporaciones las que están detrás. Un negocio altamente lucrativo para todo tipo de empresas transnacionales, dirigentes deportivos, sociedades mercantiles intermediarias, asesorías jurídicas y fiscales, sociedades para blanqueo de capitales y hasta gobiernos dictatoriales que buscan blanquear su imagen.
Un deporte, el fútbol, que en este país está vaciando los campos de buena parte de los clubes. Que está alejando a quienes tradicionalmente se han dedicado a animar a sus equipos respectivos. Porque eso interesa poco, salvo el dinero. Los contratos de televisión, las ventas de camisetas o las promociones de cualquier producto son ahora el alimento principal. La parte que se vincula al mundo de las finanzas, la especulación, el blanqueo... Y aquí caben principalmente unos pocos clubes, que optimizan al máximo sus actividades económicas a costa del resto. Pero también caben clubes modestos, utilizados para actividades turbias, en algunos casos, que se sepa, vinculados a las mafias.
Mientras tanto, una masa anónima de cientos y cientos de millones de personas a nivel planetario consumiendo lo que echen. Pagando por ver la televisión, comprando camisetas, con diseños y colores cambiantes, con el hombre de sus jugadores favoritos, haciéndose con el producto más insospechado en forma de monederos, ropa interior, relojes, joyas, toallas... El fútbol-consumo, donde lo que prima es el triunfo por encima de todo, aunque sea a costa de la degradación del propio juego. El fútbol de mercenarios, que van de un club a otro, cobrando su parte correspondiente según su categoría y para beneficio de quienes controlan los hilos.
Y todo esto, sólo en el fútbol.
Estos días están de actualidad Sandro Rosell, en la cárcel por cobro de comisiones ilegales en actividades empresariales ligadas al fútbol; Leo Messi, condenado a prisión por delitos fiscales; Cristiano Ronaldo, acusado de delitos fiscales; el presidente del Elda y varios jugadores de la plantilla, pillados in fraganti por las apuestas deportivas. Mascherano, Xabi Alonso, Neymar..., tiempo atrás, involucrados en casos millonarios donde se esconde, se evade o se engaña.
Son unos ejemplos, los más conocidos. Y sólo de este país. El fútbol, un deporte que "nos han robado", como decían en su libro reciente Ángel Cappa y su hija María. Porque se ha mercantilizado a tal extremo, que son grandes corporaciones las que están detrás. Un negocio altamente lucrativo para todo tipo de empresas transnacionales, dirigentes deportivos, sociedades mercantiles intermediarias, asesorías jurídicas y fiscales, sociedades para blanqueo de capitales y hasta gobiernos dictatoriales que buscan blanquear su imagen.
Un deporte, el fútbol, que en este país está vaciando los campos de buena parte de los clubes. Que está alejando a quienes tradicionalmente se han dedicado a animar a sus equipos respectivos. Porque eso interesa poco, salvo el dinero. Los contratos de televisión, las ventas de camisetas o las promociones de cualquier producto son ahora el alimento principal. La parte que se vincula al mundo de las finanzas, la especulación, el blanqueo... Y aquí caben principalmente unos pocos clubes, que optimizan al máximo sus actividades económicas a costa del resto. Pero también caben clubes modestos, utilizados para actividades turbias, en algunos casos, que se sepa, vinculados a las mafias.
Mientras tanto, una masa anónima de cientos y cientos de millones de personas a nivel planetario consumiendo lo que echen. Pagando por ver la televisión, comprando camisetas, con diseños y colores cambiantes, con el hombre de sus jugadores favoritos, haciéndose con el producto más insospechado en forma de monederos, ropa interior, relojes, joyas, toallas... El fútbol-consumo, donde lo que prima es el triunfo por encima de todo, aunque sea a costa de la degradación del propio juego. El fútbol de mercenarios, que van de un club a otro, cobrando su parte correspondiente según su categoría y para beneficio de quienes controlan los hilos.
Y todo esto, sólo en el fútbol.
jueves, 25 de mayo de 2017
¿Es la magistrada Espejel un espejo de la justicia española?
Sí, esa es la pregunta que me hago, bromas aparte, para evitar una afirmación. Por si las moscas. La magistrada Concepción Espejel ha sido elegida por el Consejo General del Poder judicial presidenta de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional. Sus simpatías hacia el PP fueron hace unos años motivo de sendas recusaciones en la sala de la misma instancia judicial que juzgaba el caso Gürtel y los papeles de Bárcenas. El motivo para ser apartada fue no tanto por su carácter conservador, que lo tiene, como por su más que cercanía al PP. Costó que se hiciera firme la recusación, pues la presiones no faltaron, pero así fue.
Ahora, sin embargo, el CGPJ ha resuelto, por el apoyo de la mayoría conservadora, que la susodicha haya obtenido el cargo. Se habla de la amistad que tiene con la ministra de Defensa, la señora De Cospedal, y de las maniobras que ha hecho para conseguir su propósito de incrustarla en un puesto relevante de la jerarquía judicial. Como puede verse, siempre con el PP de por medio. Un partido lo suficientemente influyente para decidir sobre la composición de tribunales de justicia. Y con ello, para resolver situaciones que no dejan de ser más que dudosas. Un partido corrupto en todos los niveles, con casos gravísimos, pero que tiende a salir airoso, verse beneficiado, conocer sentencia más que benevolentes... Un partido con muchos casos pendientes, algunos, como el caso de Ignacio González y todo lo que rodea, en plena vorágine judicial. Salida incluida del juez que lo instruía.
Desde Jueces para la Democracia se ha dicho que "el mensaje que se manda a la carrera judicial es demoledor cuando se prefiere a personas para puestos de responsabilidad por su afinidad política que por su dedicación en exclusiva al ejercicio de la función jurisdiccional para la democracia se ha manifestado una gran decepción". Por eso en esa asociación han calificado lo ocurrido como de "una gran decepción".
¿Es Espejel, pues, un espejo de la justicia que tenemos en este país?
Ahora, sin embargo, el CGPJ ha resuelto, por el apoyo de la mayoría conservadora, que la susodicha haya obtenido el cargo. Se habla de la amistad que tiene con la ministra de Defensa, la señora De Cospedal, y de las maniobras que ha hecho para conseguir su propósito de incrustarla en un puesto relevante de la jerarquía judicial. Como puede verse, siempre con el PP de por medio. Un partido lo suficientemente influyente para decidir sobre la composición de tribunales de justicia. Y con ello, para resolver situaciones que no dejan de ser más que dudosas. Un partido corrupto en todos los niveles, con casos gravísimos, pero que tiende a salir airoso, verse beneficiado, conocer sentencia más que benevolentes... Un partido con muchos casos pendientes, algunos, como el caso de Ignacio González y todo lo que rodea, en plena vorágine judicial. Salida incluida del juez que lo instruía.
Desde Jueces para la Democracia se ha dicho que "el mensaje que se manda a la carrera judicial es demoledor cuando se prefiere a personas para puestos de responsabilidad por su afinidad política que por su dedicación en exclusiva al ejercicio de la función jurisdiccional para la democracia se ha manifestado una gran decepción". Por eso en esa asociación han calificado lo ocurrido como de "una gran decepción".
¿Es Espejel, pues, un espejo de la justicia que tenemos en este país?
domingo, 21 de mayo de 2017
Gestación subrogada, eufemismo de una forma de esclavitud
Desde hace tiempo se lleva hablando de los vientres de alquiler. Lo que más técnicamente se conoce como gestación o maternidad subrogada. Un debate que está presente en determinados sectores de la sociedad. Que lo han asumido en parte los partidos políticos. Y sobre lo que se han posicionado mayoritariamente, con algunas diferencias internas, a favor. Salvo IU, que se ha posicionado en contra, asumiendo los planteamientos del Partido Feminista, uno de los grupos que la conforman.
El debate está presente incluso desde el punto de vista normativo. No siendo actualmente ilegal, sí existe la preocupación por una regulación más concreta. La iniciativa de Ciudadanos para ser tratado en el Congreso apunta en esa dirección. No ha faltado la organización reciente en Madrid de un evento, en forma de feria, con el nombre de Surrofair, que pretende promocionar la vía de la gestación subrogada.
Para Lidia Falcón, dirigente de dicho partido y miembro de la dirección federal de IU, "las mujeres no somos vasijas ni probetas ni conejillos de Indias para ensayar experimentos científicos", como "tampoco los hombres son sementales". No debe defenderse una ley, pues "de la misma manera que en la esclavitud no solamente se utiliza la capacidad laboral del trabajador sino a persona misma, y por eso es infame, manipular el cuerpo femenino para fertilizarlo, embarazarlo y después sustraerle el 'producto', como si se tratara de que hubiera fabricado unos zapatos, es también infame".
La red feminista No Somos Vasijas también ha mostrado su oposición. Por esa razón ha nacido. No tiene duda en poner el acento en evitar eufemismo que dulcifiquen lo que en realidad no es otra cosa que "un negocio de compra-venta de bebés mediante alquiler temporal del vientre de una mujer".
Estamos ante un reto de magnitud, que pone a prueba, una vez más, los valores que han defenderse. Hay quienes, como la Iglesia Católica, lo equiparan en carácter a la fecundación in vitro. Cosa que no es correcta, pues ésta supone buscar una forma alternativa a la fecundación cuando no puede hacerse por la vía natural. La subrogación de la gestación no es otra cosa que el empleo de un cuerpo ajeno para obtener un producto en forma de cuerpo humano. El empleo de los vientres de las mujeres no deja de ser una forma más de explotación. Vientres de mujeres pobres, humildes, que son utilizados como si fueran máquinas incubadoras dispuestas para dar satisfacción a los deseos de consumo de algunas personas.
Yendo más allá, de lo que se trata es de mantener el dominio del varón, que emplea su semen para fecundar en cuerpo ajeno. Una expresión más del sistema patriarcal dominante, en suma.
El debate está presente incluso desde el punto de vista normativo. No siendo actualmente ilegal, sí existe la preocupación por una regulación más concreta. La iniciativa de Ciudadanos para ser tratado en el Congreso apunta en esa dirección. No ha faltado la organización reciente en Madrid de un evento, en forma de feria, con el nombre de Surrofair, que pretende promocionar la vía de la gestación subrogada.
Para Lidia Falcón, dirigente de dicho partido y miembro de la dirección federal de IU, "las mujeres no somos vasijas ni probetas ni conejillos de Indias para ensayar experimentos científicos", como "tampoco los hombres son sementales". No debe defenderse una ley, pues "de la misma manera que en la esclavitud no solamente se utiliza la capacidad laboral del trabajador sino a persona misma, y por eso es infame, manipular el cuerpo femenino para fertilizarlo, embarazarlo y después sustraerle el 'producto', como si se tratara de que hubiera fabricado unos zapatos, es también infame".
La red feminista No Somos Vasijas también ha mostrado su oposición. Por esa razón ha nacido. No tiene duda en poner el acento en evitar eufemismo que dulcifiquen lo que en realidad no es otra cosa que "un negocio de compra-venta de bebés mediante alquiler temporal del vientre de una mujer".
Estamos ante un reto de magnitud, que pone a prueba, una vez más, los valores que han defenderse. Hay quienes, como la Iglesia Católica, lo equiparan en carácter a la fecundación in vitro. Cosa que no es correcta, pues ésta supone buscar una forma alternativa a la fecundación cuando no puede hacerse por la vía natural. La subrogación de la gestación no es otra cosa que el empleo de un cuerpo ajeno para obtener un producto en forma de cuerpo humano. El empleo de los vientres de las mujeres no deja de ser una forma más de explotación. Vientres de mujeres pobres, humildes, que son utilizados como si fueran máquinas incubadoras dispuestas para dar satisfacción a los deseos de consumo de algunas personas.
Yendo más allá, de lo que se trata es de mantener el dominio del varón, que emplea su semen para fecundar en cuerpo ajeno. Una expresión más del sistema patriarcal dominante, en suma.
sábado, 20 de mayo de 2017
Futuro negro para el PSOE, ocurra lo que ocurra en las primarias del domingo
Mañana, primarias en el PSOE. El resultado, incierto. Si gana Susana Díaz, seguro que una parte de la militancia se dará de baja en el partido. Si lo hace Pedro Sánchez, las viejas glorias y la mayor parte del aparato lo dejarán de lado, forzando su dimisión, una escisión o simplemente abandonándolo a su suerte, como hicieron en Francia con el candidato Benoit Hamon. Y Patxi López, en fin, poco o nada puede hacer, excepto lo que decidan finalmente quienes lo apoyaron al principio, donde caben la fidelidad, que sospecho a la baja, o el decantamiento hacia Díaz o Sánchez. Atrás ha quedado una campaña muy bronca, con muchos excesos, como el triunfalismo de Díaz, el victimismo de Sánchez o el pesimismo de López. Bueno, éste, quizás, el más realista. Una campaña en gran medida surrealista, con cruces de apoyos o de desafecciones en relación a las primarias anteriores e incluso a los apoyos hasta el Consejo Federal de octubre pasado. Unas primarias donde el baremo va a basarse en gran medida en rechazar lo que no se quiere frente a lo que se desea. Campo abonado para el voto estratégico. Lo que venga después, en todo caso, va a resultar un escenario fraccionado y, por tanto, de declive del PSOE, en la línea de lo que está ocurriendo en otros países europeos, léase Francia, Reino Unido, Alemania, Grecia... El social-liberalismo ha sido al final una mala opción para esos partidos. Un futuro negro le espera, pues, al PSOE.
Lo que nos dejó Franco en Cuelgamuros
Franco quiso pasar a la posteridad. Para ello moldeó una sociedad lo largo de cuatro décadas. Primero, durante la guerra y la postguerra, a sangre y fuego. Sin piedad, costase lo que costase. Mientras tanto, la vieja oligarquía, recobrando el poder social y económico puesto en entredicho en los años 30. Los diferentes grupos de pequeña propiedad y clases medias, aportando número a sus apoyos. Y la Iglesia y su religión, como argamasa. Luego, atenuada la represión, pero bajo la amenaza permanente de la tortura, la cárcel o el paredón, fue añadiendo a sus bases sociales originales, a modo de capas, nuevos elementos. Los años 60 ensancharon la sociedad, desplazaron el centro de gravedad del campo a las ciudades, aumentaron en número a los sectores sociales intermedios, propiciaron un mayor nivel de consumo, abrieron las fronteras a huéspedes que hacían saltar las costuras de lo rancio...
El progresivo envejecimiento de los hombres del régimen obligó a buscar fórmulas para mantener en lo fundamental los pilares del régimen. Cortado el primer intento a través de Carrero Blanco y el príncipe heredero, las cosas se fueron precipitando. El protagonismo creciente de la gente, deseosa de mejorar las condiciones de vida y conquistar derechos perdidos, y de los grupos oposición, que querían acabar con la dictadura, supuso un reto al régimen que le llevó, por un lado, a recuperar parte de su fervor represivo y, por otro, a tener que buscar nuevas soluciones.
Lo que vino después, derrotado el inmovilismo franquista y neutralizada la opción rupturista de la oposición, fue un acuerdo entre las élites políticas, con la conformidad de las económicas, para construir un nuevo edificio político. En él acabaron amoldándose los sectores provenientes del franquismo sociológico, y buena parte los que se habían resistido a la dictadura o había ido pasando a la oposición en los últimos momentos. Eso fue, en realidad, lo que se denominó como Transición, sacralizada hasta la extenuación y limpiada de cualquier atisbo que permitiera entrever que la rebeldía fue lo que aceleró el derrumbe de la dictadura.
Pero Franco tenía preparado desde hacía tiempo otra sorpresa. Por eso sigue enterrado en el valle de Cuelgamuros. ¡Qué cruz y qué losa más pesada, ay!
El progresivo envejecimiento de los hombres del régimen obligó a buscar fórmulas para mantener en lo fundamental los pilares del régimen. Cortado el primer intento a través de Carrero Blanco y el príncipe heredero, las cosas se fueron precipitando. El protagonismo creciente de la gente, deseosa de mejorar las condiciones de vida y conquistar derechos perdidos, y de los grupos oposición, que querían acabar con la dictadura, supuso un reto al régimen que le llevó, por un lado, a recuperar parte de su fervor represivo y, por otro, a tener que buscar nuevas soluciones.
Lo que vino después, derrotado el inmovilismo franquista y neutralizada la opción rupturista de la oposición, fue un acuerdo entre las élites políticas, con la conformidad de las económicas, para construir un nuevo edificio político. En él acabaron amoldándose los sectores provenientes del franquismo sociológico, y buena parte los que se habían resistido a la dictadura o había ido pasando a la oposición en los últimos momentos. Eso fue, en realidad, lo que se denominó como Transición, sacralizada hasta la extenuación y limpiada de cualquier atisbo que permitiera entrever que la rebeldía fue lo que aceleró el derrumbe de la dictadura.
Pero Franco tenía preparado desde hacía tiempo otra sorpresa. Por eso sigue enterrado en el valle de Cuelgamuros. ¡Qué cruz y qué losa más pesada, ay!
jueves, 18 de mayo de 2017
Opción electoral y composición por edades
Observando la encuesta elaborada por JM&A y ofrecida por el diario Público, se pueden sacar, de entrada, dos conclusiones: la primera, que lo que pierde el PP en número de votos, lo gana, en gran medida, Ciudadanos; y segundo, que PSOE y Unidos Podemos en líneas generales se mantienen.
Lo que pierde el PP no es poco: nada menos que 1,6 millones de votos. Y lo que gana Ciudadanos no resulta despreciable: 0,8 millones. Teniendo en cuenta lo dicho antes de PSOE y Unidos Podemos, los restantes 0,8 millones irían a parar, en un principio, a la abstención. Cosa rara en la derecha a priori, que ha sido tradicionalmente muy disciplinada en el voto. Pero no tan rara, si lo interpretamos como un comportamiento de castigo a su partido por parte de esa parte del electorado conservador enfadado por lo de la corrupción, pero que no se atreve a votar a algo demasiado nuevo, como lo que representa Ciudadanos.
¿Tendrán que ver esas cosas con la edad? Veamos. En la información de Público se alude al electorado que puede votar por primera vez, una vez cumplidos los 18 años, y que se ha cuantificados en 386.000 jóvenes. Un tercio se abstendría (algo frecuente en ese tramo de edad), pero lo que haría el resto resulta llamativo: un 20%% votaría por Unidos Podemos; 16%, por Ciudadanos; 12%, por PP; y 8%, por PSOE. Esto es, los dos primeros grupos sumarían el 32%, mientras que los grupos del bipartidismo se quedarían en el 20%.
Nada nuevo en relación a otras encuestas de otros momentos. Como también nada nuevo en cuanto a una mayor preferencia por Unidos Podemos y Ciudadanos entre las generaciones más jóvenes, y por PP y PSOE, a partir de los 60 años. El reparto de voto por edades en los dos primeros se refleja como una pirámide al uso, mientras que el de los otros dos grupos da lugar a una pirámide invertida.
La lucha política electoral tiene en estos momentos un claro componente generacional. No exclusivo, pero sí, muy relevante. Es lo que explica el progresivo desgaste del PP desde su enorme capital de votos obtenido en 2011. De los casi 11 millones ahora habría perdido... ¡más de 5,5! En el caso del PSOE, que ya sufrió entonces el varapalo al perder 4,3 millones, la caída se ha atenuado en los últimos momentos, pero, por lo que estamos viendo, a costa de perder potencial de futuro.
(Imagen: La vejez y y la juventud, Wlastimil Hoffman)
Lo que pierde el PP no es poco: nada menos que 1,6 millones de votos. Y lo que gana Ciudadanos no resulta despreciable: 0,8 millones. Teniendo en cuenta lo dicho antes de PSOE y Unidos Podemos, los restantes 0,8 millones irían a parar, en un principio, a la abstención. Cosa rara en la derecha a priori, que ha sido tradicionalmente muy disciplinada en el voto. Pero no tan rara, si lo interpretamos como un comportamiento de castigo a su partido por parte de esa parte del electorado conservador enfadado por lo de la corrupción, pero que no se atreve a votar a algo demasiado nuevo, como lo que representa Ciudadanos.
¿Tendrán que ver esas cosas con la edad? Veamos. En la información de Público se alude al electorado que puede votar por primera vez, una vez cumplidos los 18 años, y que se ha cuantificados en 386.000 jóvenes. Un tercio se abstendría (algo frecuente en ese tramo de edad), pero lo que haría el resto resulta llamativo: un 20%% votaría por Unidos Podemos; 16%, por Ciudadanos; 12%, por PP; y 8%, por PSOE. Esto es, los dos primeros grupos sumarían el 32%, mientras que los grupos del bipartidismo se quedarían en el 20%.
Nada nuevo en relación a otras encuestas de otros momentos. Como también nada nuevo en cuanto a una mayor preferencia por Unidos Podemos y Ciudadanos entre las generaciones más jóvenes, y por PP y PSOE, a partir de los 60 años. El reparto de voto por edades en los dos primeros se refleja como una pirámide al uso, mientras que el de los otros dos grupos da lugar a una pirámide invertida.
La lucha política electoral tiene en estos momentos un claro componente generacional. No exclusivo, pero sí, muy relevante. Es lo que explica el progresivo desgaste del PP desde su enorme capital de votos obtenido en 2011. De los casi 11 millones ahora habría perdido... ¡más de 5,5! En el caso del PSOE, que ya sufrió entonces el varapalo al perder 4,3 millones, la caída se ha atenuado en los últimos momentos, pero, por lo que estamos viendo, a costa de perder potencial de futuro.
El bipartidismo se está rompiendo, pero la fractura generacional
tiene mucho que ver.
domingo, 14 de mayo de 2017
Un vídeo didáctico para conocer qué está pasando en Venezuela
He accedido a un vídeo muy interesante: ¿Qué está pasando en Venezuela? El autor del guión es Eduardo Meneses, ayudado por Marie Gaudfernau, y el de los dibujos, André Ester. He dicho interesante, porque resulta muy clarificador acerca de la situación que está sufriendo el país latinoamericano. También es muy didáctico, tanto en la síntesis explicativa como en el papel que juegan los dibujos, ilustrando en imágenes sencillas, pero muy bien concebidas, el relato.
Partiendo de la manipulación mediática llevada a cabo y que responde a los intereses del imperio, las grandes corporaciones internacionales y las oligarquías de los distintos países, va desentrañando a lo largo de casi diez minutos las claves de la situación de Venezuela; el contexto geopolítico internacional, con EEUU como imperio; el pacto auspiciado por la oligarquía venezolana en 1958, firmado por Acción Democrática y el COPEI; la rebelión popular de 1989, conocida como Caracazo, contra las secuelas de las políticas impuestas por el FMI; el papel jugado por el comandante Chávez, propiciando, tras el triunfo electoral de 1998, cambios políticos de gran calado y profundas medidas redistributivas de la riqueza; el permanente acoso del imperio y la oligarquía, desde el golpe de estado de 2002 hasta la actualidad; las actuaciones criminales de los distintos sectores oligárquicos, tendentes a quebrar la economía del país mediante la escasez de productos y la especulación de divisas; la manipulación mediática sobre la conflictividad política, bajo la consigna de crear la imagen de un gobierno represor de manifestantes pacíficos; el recordatorio, en fin, de los últimos golpes o intentos habidos en países como Honduras, Paraguay, Ecuador o Bolivia para derrocar gobiernos progresistas.
Partiendo de la manipulación mediática llevada a cabo y que responde a los intereses del imperio, las grandes corporaciones internacionales y las oligarquías de los distintos países, va desentrañando a lo largo de casi diez minutos las claves de la situación de Venezuela; el contexto geopolítico internacional, con EEUU como imperio; el pacto auspiciado por la oligarquía venezolana en 1958, firmado por Acción Democrática y el COPEI; la rebelión popular de 1989, conocida como Caracazo, contra las secuelas de las políticas impuestas por el FMI; el papel jugado por el comandante Chávez, propiciando, tras el triunfo electoral de 1998, cambios políticos de gran calado y profundas medidas redistributivas de la riqueza; el permanente acoso del imperio y la oligarquía, desde el golpe de estado de 2002 hasta la actualidad; las actuaciones criminales de los distintos sectores oligárquicos, tendentes a quebrar la economía del país mediante la escasez de productos y la especulación de divisas; la manipulación mediática sobre la conflictividad política, bajo la consigna de crear la imagen de un gobierno represor de manifestantes pacíficos; el recordatorio, en fin, de los últimos golpes o intentos habidos en países como Honduras, Paraguay, Ecuador o Bolivia para derrocar gobiernos progresistas.
sábado, 13 de mayo de 2017
Jordi Pujol, con su familia, ha condenado el procés catalán
Que la familia Pujol Ferrusola ha actuado como un clan corrupto, no cabe duda. Que su vinculación con el poder lo ha favorecido, dado el papel más que relevante jugado por el patriarca, Jordi Pujol i Soley, tampoco cabe duda. Que lo que nos contó el patriarca acerca de la herencia recibida de su propio padre suena a cuento infantil y resulta más que plausible. Es más, la figura del padre del padre, esto es, el abuelo Florenci, nos lleva a unas prácticas económicas que son propias de buena parte de quienes empiezan en el mundo de los negocios, lo que corrobora que nos encontramos ante una herencia, no sólo económica, sino de forma de entender la vida.
Jordi Pujol i Soley ha personificado para mucha gente durante mucho tiempo a Catalunya. Algo que, en realidad, no es cierto, porque sólo ha personificado a una parte de Catalunya: la burguesa y, en sentido amplio, la pequeño-burguesa. Ha aunado, así, dos tradiciones, que hasta 1936 se expresaron políticamente de forma diferenciada. La propiamente burguesa, de larga trayectoria desde el siglo XIX y ya en el XX con la Lliga Regionalista de Catalunya, tuvo siempre un componente pragmático, consciente que el bolsillo y el corazón no debían distanciarse en demasía, lo que la llevó al pactismo permanente con el estado. Derrotada políticamente al comienzo de la II República, después de su apoyo inicial al golpe de Primo de Rivera en 1923, acabó sucumbiendo al franquismo, al que se abrazó porque le pudo más el bolsillo que el corazón.
La Catalunya pequeño-burguesa tuvo la hegemonía política durante la II República a través de Esquerra Republicana de Catalunya, pero acabó siendo doblemente derrotada: durante la guerra y en lo que vino después. En la primera, aun con Lluis Companys como presidente de la Generalitat, no pudo ante el empuje popular en unas circunstancias excepcionales. Y frente a lo que vino después, poco o nada pudo hacer.
Y es aquí donde entra en juego el abuelo Florenci, que había sido militante de ERC. Derrotado políticamente, se centró en la prosperidad económica personal para sobrevivir material y anímicamente. Una forma de sublimar las aspiraciones de clase, haciendo del bolsillo la expresión del corazón o, si se prefiere, lo económico como expresión de lo político.
Y en esto su hijo Jordi Pujol i Soley acabaría siendo el culmen. Médico de formación, acabó subsumido en lo político. Demasiado estrecho lo primero, se centró en lo segundo, que le permitía abrir horizontes más amplios. Para ello nunca le faltó el apoyo de su padre, con Banca Catalana como su pilar material. Una entidad que pretendió ser el germen de algo más, pero que acabó presa de la lucha feroz existente entre quienes manejan las finanzas bancarias.
Jordi Pujol i Soley, empero, consiguió siendo la personificación de Catalunya. Bueno, de una parte, pero creyéndose él que lo era todo. Ganador sorpresa en las primeras elecciones autonómicas de 1980, se le permitió gobernar en minoría. Con su marca CiU, las célebres siglas que agrupaban los partidos que representaban los dos sectores sociales que representaban: Convergencia Democrática de Catalunya, más ligada a la pequeña burguesía y las clases medias de las provincias, y Unió Democrática de Catalunya, más entroncada con la burguesía catalana.
En ese momento, en 1980, ni el PSC ni ERC se opusieron al gobierno en minoría de CiU, evitando así un pacto de izquierdas con el PSUC. Desde entonces Pujol i Soley y CiU fueron ganando sucesivamente todas las elecciones autonómicas hasta 2003 (en 1999, sólo en escaños). Y paralelamente, pese a no ser en su territorio el partido más votado en las elecciones generales, fueron sosteniendo a todos los gobiernos centrales que lo necesitaron: el de UCD de 1979, el del PSOE de 1993 y el del PP de 1996. Eso fue lo que, entre otras cosas, permitió que Jordi Pujol i Soley saliera indemne en los años ochenta del escándalo de la Banca Catalana.
Todo un éxito político completo: el pactismo, propio de la burguesía catalana desde el siglo XIX y expresado políticamente hasta 1923 por la Lliga, estaba instalado en el poder con eficacia; y el nacionalismo, herencia de la radicalidad expresada en otro tiempo por ERC, se manifestaba a través de lo que nuestro protagonista ha denominado tantas veces como "hacer país". Y todo un éxito personal, con el propio Jordi Pujol i Soley convertido en Honorable. Atrás dejaba el título más entrañable de l'avi que se le había dado a Francesc Maciá o el recuerdo como mártir de Lluis Companys.
Pero la derrota electoral de 2003 tuvo consecuencias. Primero alejó a Jordi Pujol i Soley de la primera fila de la política, dejando como fiel escudero a Artur Mas. Pero, sobre todo, abrió la primera fisura en lo que se había montado. Cuando Pasqual Maragall pronunció en 2005 aquello del 3%, abrió la caja de los truenos. Es cierto que de inmediato el PP se encargó de romper la caja del todo, dando lugar a lo que estamos viendo desde hace unos años. Pero desde entonces todo se ha ido precipitando.
Ya nada es como era. Ni en la familia Pujol Ferrusola. Todo lo que vamos conociendo, pone al descubierto que en su seno se ha seguido la tradición inaugurada con el abuelo Florenci. Que su hijo Jordi nunca se separó de ella, aun cuando la política le obligara a descuidarla. Fueron sus hijos, los Pujol Ferrusola, quienes la recuperaron. ¡Y de qué forma! A lo mejor, también, con la ayuda de la madre, que según algunas fuentes la denominan como la "madre superiora".
Lo que sí parece seguro es que Jordi Pujol i Soley ha arruinado todo su capital político. El suyo y el de su partido, Convergencia Democrática de Catalunya. Y me atrevo a decir que algo más importante: el de quienes aspiraban a hacer de Catalunya un estado independiente. En aumento durante el primer gobierno de Mariano Rajoy, el procés se ha estancado. Porque uno de sus componentes, lo que ahora llaman Partit Democrático de Catalunya, con Mas al frente, no deja de ser la herencia del pujolismo. Es decir, expresión de la corrupción habida en ese territorio. La misma que ha roto una de las patas de la legitimidad en que se sustentaba el procés.
Jordi Pujol i Soley, el Honorable, ha dejado de serlo y con ello ha condenado las aspiraciones que tenía buena parte de la sociedad catalana: la burguesa, no tanto; la pequeño-burguesa, en mucha mayor medida; y la popular, en diversos sectores y estratos, aunque minoritarios. Es cierto que ERC se está convirtiendo en la fuerza hegemónica del nacionalismo, pero la losa de la corrupción de quien no deja de ser su aliado en el gobierno está pesando demasiado.
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Este artículo ha sido publicado en Rebelión, con fecha 16-05-2017 (https://www.rebelion.org/noticia.php?id=226609).
Jordi Pujol i Soley ha personificado para mucha gente durante mucho tiempo a Catalunya. Algo que, en realidad, no es cierto, porque sólo ha personificado a una parte de Catalunya: la burguesa y, en sentido amplio, la pequeño-burguesa. Ha aunado, así, dos tradiciones, que hasta 1936 se expresaron políticamente de forma diferenciada. La propiamente burguesa, de larga trayectoria desde el siglo XIX y ya en el XX con la Lliga Regionalista de Catalunya, tuvo siempre un componente pragmático, consciente que el bolsillo y el corazón no debían distanciarse en demasía, lo que la llevó al pactismo permanente con el estado. Derrotada políticamente al comienzo de la II República, después de su apoyo inicial al golpe de Primo de Rivera en 1923, acabó sucumbiendo al franquismo, al que se abrazó porque le pudo más el bolsillo que el corazón.
La Catalunya pequeño-burguesa tuvo la hegemonía política durante la II República a través de Esquerra Republicana de Catalunya, pero acabó siendo doblemente derrotada: durante la guerra y en lo que vino después. En la primera, aun con Lluis Companys como presidente de la Generalitat, no pudo ante el empuje popular en unas circunstancias excepcionales. Y frente a lo que vino después, poco o nada pudo hacer.
Y es aquí donde entra en juego el abuelo Florenci, que había sido militante de ERC. Derrotado políticamente, se centró en la prosperidad económica personal para sobrevivir material y anímicamente. Una forma de sublimar las aspiraciones de clase, haciendo del bolsillo la expresión del corazón o, si se prefiere, lo económico como expresión de lo político.
Y en esto su hijo Jordi Pujol i Soley acabaría siendo el culmen. Médico de formación, acabó subsumido en lo político. Demasiado estrecho lo primero, se centró en lo segundo, que le permitía abrir horizontes más amplios. Para ello nunca le faltó el apoyo de su padre, con Banca Catalana como su pilar material. Una entidad que pretendió ser el germen de algo más, pero que acabó presa de la lucha feroz existente entre quienes manejan las finanzas bancarias.
Jordi Pujol i Soley, empero, consiguió siendo la personificación de Catalunya. Bueno, de una parte, pero creyéndose él que lo era todo. Ganador sorpresa en las primeras elecciones autonómicas de 1980, se le permitió gobernar en minoría. Con su marca CiU, las célebres siglas que agrupaban los partidos que representaban los dos sectores sociales que representaban: Convergencia Democrática de Catalunya, más ligada a la pequeña burguesía y las clases medias de las provincias, y Unió Democrática de Catalunya, más entroncada con la burguesía catalana.
En ese momento, en 1980, ni el PSC ni ERC se opusieron al gobierno en minoría de CiU, evitando así un pacto de izquierdas con el PSUC. Desde entonces Pujol i Soley y CiU fueron ganando sucesivamente todas las elecciones autonómicas hasta 2003 (en 1999, sólo en escaños). Y paralelamente, pese a no ser en su territorio el partido más votado en las elecciones generales, fueron sosteniendo a todos los gobiernos centrales que lo necesitaron: el de UCD de 1979, el del PSOE de 1993 y el del PP de 1996. Eso fue lo que, entre otras cosas, permitió que Jordi Pujol i Soley saliera indemne en los años ochenta del escándalo de la Banca Catalana.
Todo un éxito político completo: el pactismo, propio de la burguesía catalana desde el siglo XIX y expresado políticamente hasta 1923 por la Lliga, estaba instalado en el poder con eficacia; y el nacionalismo, herencia de la radicalidad expresada en otro tiempo por ERC, se manifestaba a través de lo que nuestro protagonista ha denominado tantas veces como "hacer país". Y todo un éxito personal, con el propio Jordi Pujol i Soley convertido en Honorable. Atrás dejaba el título más entrañable de l'avi que se le había dado a Francesc Maciá o el recuerdo como mártir de Lluis Companys.
Pero la derrota electoral de 2003 tuvo consecuencias. Primero alejó a Jordi Pujol i Soley de la primera fila de la política, dejando como fiel escudero a Artur Mas. Pero, sobre todo, abrió la primera fisura en lo que se había montado. Cuando Pasqual Maragall pronunció en 2005 aquello del 3%, abrió la caja de los truenos. Es cierto que de inmediato el PP se encargó de romper la caja del todo, dando lugar a lo que estamos viendo desde hace unos años. Pero desde entonces todo se ha ido precipitando.
Ya nada es como era. Ni en la familia Pujol Ferrusola. Todo lo que vamos conociendo, pone al descubierto que en su seno se ha seguido la tradición inaugurada con el abuelo Florenci. Que su hijo Jordi nunca se separó de ella, aun cuando la política le obligara a descuidarla. Fueron sus hijos, los Pujol Ferrusola, quienes la recuperaron. ¡Y de qué forma! A lo mejor, también, con la ayuda de la madre, que según algunas fuentes la denominan como la "madre superiora".
Lo que sí parece seguro es que Jordi Pujol i Soley ha arruinado todo su capital político. El suyo y el de su partido, Convergencia Democrática de Catalunya. Y me atrevo a decir que algo más importante: el de quienes aspiraban a hacer de Catalunya un estado independiente. En aumento durante el primer gobierno de Mariano Rajoy, el procés se ha estancado. Porque uno de sus componentes, lo que ahora llaman Partit Democrático de Catalunya, con Mas al frente, no deja de ser la herencia del pujolismo. Es decir, expresión de la corrupción habida en ese territorio. La misma que ha roto una de las patas de la legitimidad en que se sustentaba el procés.
Jordi Pujol i Soley, el Honorable, ha dejado de serlo y con ello ha condenado las aspiraciones que tenía buena parte de la sociedad catalana: la burguesa, no tanto; la pequeño-burguesa, en mucha mayor medida; y la popular, en diversos sectores y estratos, aunque minoritarios. Es cierto que ERC se está convirtiendo en la fuerza hegemónica del nacionalismo, pero la losa de la corrupción de quien no deja de ser su aliado en el gobierno está pesando demasiado.
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Este artículo ha sido publicado en Rebelión, con fecha 16-05-2017 (https://www.rebelion.org/noticia.php?id=226609).
viernes, 12 de mayo de 2017
Corrupción y administración de justicia en el caso Lezo
Después de que estallara el caso Lezo, con Ignacio González como figura más relevante, empezaron a sucederse episodios sorprendentes, entre ellos la presencia de miembros de la administración de justicia. Eso, a la vez, iba dando sentido a determinados movimientos que con anterioridad se habían dado, relacionados con las altas esferas de la fiscalía, con José Manuel Maza, Fiscal General, y Manuel Moix, Fiscal Anticorrupción, como protagonistas.
La trama de González y compañía, como ya señalé en otras entradas, es mucho más compleja que, por ejemplo, la conocida como Púnica, con Francisco Granados como centro. Son numerosas las empresas involucradas (públicas y privadas) e importantes los políticos del PP o sus entornos los señalados (Eduardo Zaplana, José Mª Ruiz Gallardón...), y como novedad, el hecho de que miembros destacados de la fiscalía hayan entrado en las sospechas de actuaciones, cuando menos, dudosas.
Que Moix era el preferido de González y Zaplana para que Maza lo nombrara como Fiscal Anticorrupción, no cabe duda. Que lo era porque ya como fiscal jefe de Madrid tenía una larga trayectoria de trato de favor a dirigentes y cargos públicos del PP en situaciones difíciles (espionaje en la Comunidad de Madrid, multa de tráfico al Esperanza Aguirre, detención de Rodrigo Rato, Miguel Blesa...), tiene poca duda. Que Maza fuera muy criticado en amplios sectores del mundo fiscal por nombrar a Moix, es una realidad. Que éste intentó separar a los fiscales que están investigando la trama, es otra. Y que, pese a todo, Maza lo sigue defendiendo a capa y espada, lo es también. Todo, muy absurdo.
Los últimos días está redoblándose el cerco sobre el secretario de Estado de Interior, José Antonio Nieto, que el día anterior a la detención de González y su hermano, recibió a este último en su despacho oficial. Pese a que tuvo lugar en pleno desenlace de la operación Lezo, Nieto no ha parado de repetir que no hablaron de nada importante y menos del estado de las investigaciones. Todo, más absurdo aún.
Ayer mismo saltó otro episodio, con el mismo Maza en el centro, después de que una nota de prensa salida de su propio despacho mencionase que desde la secretaria de estado de Interior se había "chivado" la información. No tardó en rectificar el propio Maza, pidiendo disculpas por lo que consideró un error en la redacción de la nota, para luego empezar a divagar acerca del contenido de la frase. Absurdo por demás.
Sospecho, y no lo digo ahora, sino que lo he sentido casi desde el principio, que, dado la dimensión que está adquiriendo el conocimiento de la trama, con un PP enfangado hasta la médula y la participación de importantes empresas, se está buscando cortocircuitar la investigación judicial. Haciéndolo mediante la excusa de defectos de forma, supuestos o reales. Para lo que están las filtraciones, las imputaciones que luego se señalan como no probadas, la indefensión... Nada nuevo, como ya ocurrió en los noventa con la financiación de AP y el PP, cuyos responsables quedaron exonerados por errores en la obtención de pruebas, pese a la evidencia de delitos. Nada nuevo tampoco en la salida de rositas, temporal o definitiva, de personajes corruptos. O en el castigo de quienes los investigaban. Como ocurrió cuando se buscaron tres excusas para retirar a Baltasar Garzón de la investigación de la trama Gürtel, llegándose incluso a su condena por prevaricación. O la sanción más reciente contra el juez Elpidio Silva, que tramitaba el caso Bankia y en el que el mismo fiscal Moix actuó protegiendo a Blesa. O el caso de la real esposa de Urdangarín, con un fiscal que jugó el papel de abogado defensor de hecho.
Cómo acabará la cosa, está por ver, pero a mí no me extraña nada sobre lo que pueda pasar. Porque estamos en un estado de corrupción permanente.
La trama de González y compañía, como ya señalé en otras entradas, es mucho más compleja que, por ejemplo, la conocida como Púnica, con Francisco Granados como centro. Son numerosas las empresas involucradas (públicas y privadas) e importantes los políticos del PP o sus entornos los señalados (Eduardo Zaplana, José Mª Ruiz Gallardón...), y como novedad, el hecho de que miembros destacados de la fiscalía hayan entrado en las sospechas de actuaciones, cuando menos, dudosas.
Que Moix era el preferido de González y Zaplana para que Maza lo nombrara como Fiscal Anticorrupción, no cabe duda. Que lo era porque ya como fiscal jefe de Madrid tenía una larga trayectoria de trato de favor a dirigentes y cargos públicos del PP en situaciones difíciles (espionaje en la Comunidad de Madrid, multa de tráfico al Esperanza Aguirre, detención de Rodrigo Rato, Miguel Blesa...), tiene poca duda. Que Maza fuera muy criticado en amplios sectores del mundo fiscal por nombrar a Moix, es una realidad. Que éste intentó separar a los fiscales que están investigando la trama, es otra. Y que, pese a todo, Maza lo sigue defendiendo a capa y espada, lo es también. Todo, muy absurdo.
Los últimos días está redoblándose el cerco sobre el secretario de Estado de Interior, José Antonio Nieto, que el día anterior a la detención de González y su hermano, recibió a este último en su despacho oficial. Pese a que tuvo lugar en pleno desenlace de la operación Lezo, Nieto no ha parado de repetir que no hablaron de nada importante y menos del estado de las investigaciones. Todo, más absurdo aún.
Ayer mismo saltó otro episodio, con el mismo Maza en el centro, después de que una nota de prensa salida de su propio despacho mencionase que desde la secretaria de estado de Interior se había "chivado" la información. No tardó en rectificar el propio Maza, pidiendo disculpas por lo que consideró un error en la redacción de la nota, para luego empezar a divagar acerca del contenido de la frase. Absurdo por demás.
Sospecho, y no lo digo ahora, sino que lo he sentido casi desde el principio, que, dado la dimensión que está adquiriendo el conocimiento de la trama, con un PP enfangado hasta la médula y la participación de importantes empresas, se está buscando cortocircuitar la investigación judicial. Haciéndolo mediante la excusa de defectos de forma, supuestos o reales. Para lo que están las filtraciones, las imputaciones que luego se señalan como no probadas, la indefensión... Nada nuevo, como ya ocurrió en los noventa con la financiación de AP y el PP, cuyos responsables quedaron exonerados por errores en la obtención de pruebas, pese a la evidencia de delitos. Nada nuevo tampoco en la salida de rositas, temporal o definitiva, de personajes corruptos. O en el castigo de quienes los investigaban. Como ocurrió cuando se buscaron tres excusas para retirar a Baltasar Garzón de la investigación de la trama Gürtel, llegándose incluso a su condena por prevaricación. O la sanción más reciente contra el juez Elpidio Silva, que tramitaba el caso Bankia y en el que el mismo fiscal Moix actuó protegiendo a Blesa. O el caso de la real esposa de Urdangarín, con un fiscal que jugó el papel de abogado defensor de hecho.
Cómo acabará la cosa, está por ver, pero a mí no me extraña nada sobre lo que pueda pasar. Porque estamos en un estado de corrupción permanente.
martes, 9 de mayo de 2017
El atropello periodístico a Javier Couso con Venezuela de fondo
"No he podido tener las respuestas que he querido", fueron las últimas palabras de la periodista. El entrevistado, tajante, no se cortó: "Efectivamente, porque las respuestas las pongo yo, no usted". Ese fue el final de una entrevista realizada en la televisión pública alemana Deutsche Welle a Javier Couso, eurodiputado de IU. Bueno, más que entrevista, un sucedáneo, porque la periodista no paró de interrumpir a Couso cada vez que sus respuestas no iban por el camino que quería. Una periodista que dio muestras de ignorancia, pues no sabía de qué iba la cosa, salvo el tópico de lo malo que son el presidente y el gobierno venezolanos, y de intransigencia, al no dejar que el eurodiputado pudiera expresarse libremente. Y hacer esto era clave, pues, además de saber de qué iba la cosa, intentaba desmontar como podía las preguntas capciosas. Todo un atropello a la libertad de expresión. Ocurrió hace cuatro días, que fue cuando vi la entrevista en LaRepública.es, y desde ayer la ofrecen otros medios, como Público o Huffington Post. Pero lo mejor es verla, porque las imágenes y las palabras son muy claras.
domingo, 7 de mayo de 2017
Homenaje en Estocolmo a las Brigadas Internacionales
El pasado 1 de mayo se celebró en Estocolmo, Suecia, el homenaje que cada año se tributa en honor de los brigadistas internacionales de ese país que lucharon en defensa de la república española y frente al fascismo.
Este año ha contado con la presencia de Severiano Montero, miembro de la Asociación de Amigos de las Brigadas Internacionales (AABI), quien en su intervención, realizada en inglés, recordó la entrega solidaria de esas personas y algunos de los lugares donde estuvieron presentes.
El acto tuvo lugar en un parque de la isla de Södermalm, junto a la conocida escultura de La mano, obra de los artistas Liss Eriksson y George Lange, y tallada sobre granito rojo. Erigida en 1977, se hizo en honor del medio millar de antifascistas suecos que se desplazaron a España entre 1936 y 1938, pereciendo o habiendo desaparecido alrededor de 170.
Este año ha contado con la presencia de Severiano Montero, miembro de la Asociación de Amigos de las Brigadas Internacionales (AABI), quien en su intervención, realizada en inglés, recordó la entrega solidaria de esas personas y algunos de los lugares donde estuvieron presentes.
El acto tuvo lugar en un parque de la isla de Södermalm, junto a la conocida escultura de La mano, obra de los artistas Liss Eriksson y George Lange, y tallada sobre granito rojo. Erigida en 1977, se hizo en honor del medio millar de antifascistas suecos que se desplazaron a España entre 1936 y 1938, pereciendo o habiendo desaparecido alrededor de 170.
En un mundo libre, una disección del neoliberalismo por Ken Loach
Fue la película que vi anoche por La 2. Nada nuevo que no sepamos, pero que lleva tiempo siendo el pan nuestro de cada día. El del capitalismo neoliberal. El mismo que inventaron en la década de los ochenta y que tuvo al Reino Unido, gobernado por Margaret Thatcher y su gente, como uno de los escenarios principales.
La película es un una inmersión en el mundo de la precarización del trabajo llevada a extremos inverosímiles. Tratada no sólo desde el último eslabón de la cadena, sino desde los inmediatos superiores. Donde se manifiestan los valores de la explotación en sí misma y la cosificación de sus víctimas, en buena parte inmigrantes. Pero no sólo, pues se asume que hacerlo es ofrecerles una tabla de salvación, un puesto de trabajo, la prosperidad que en sus países de origen no tienen... Aunque ello suponga salarios más bajos, contratos por horas o días, no pagar la seguridad social, largas jornadas laborales... Un mundo de permanente vulneración de la legalidad, donde incumplirla sólo implica una advertencia para quienes la llevan a cabo. Un mundo de mafias, organizada en sustratos, cada uno de los cuales se abre camino en el negocio no ya sólo a base de codazos, sino de otras formas de violencia cuando sea necesario.
Su protagonista principal es una mujer joven que trabaja en una empresa de trabajo temporal, pero que está cansada de estar sometida a la explotación y al acoso sexual de sus jefes. Decide por ello emprender con una compañera de piso su propia aventura empresarial en el mismo campo, lo que la lleva a reproducir lo que ya conocía, pero en unas circunstancias de mayor degradación, propia y ajena, porque ha de partir desde la misma ilegalidad y enfrentarse a engaños permanentes. Una nueva vida que la enfrenta a situaciones personales y profesionales desconocidas. A la aparición de problemas derivados de la falta de atención de su hijo se le une el alejamiento vital con respecto a su padre, un trabajador jubilado que defiende valores como la solidaridad de clase, los derechos laborales... Y todo, en un mundo que presume de ser libre. De ahí su título, En un mundo libre.
Ken Loach es un director prolífico. Atrevido, porque escoge temas que con el tempo han ido dejando de ser importantes para mucha gente. Radical, porque evita edulcorar la realidad y la muestra en su forma más cruda. Y ejemplar en su compromiso, por su denuncia permanente del sistema capitalista.
La película es un una inmersión en el mundo de la precarización del trabajo llevada a extremos inverosímiles. Tratada no sólo desde el último eslabón de la cadena, sino desde los inmediatos superiores. Donde se manifiestan los valores de la explotación en sí misma y la cosificación de sus víctimas, en buena parte inmigrantes. Pero no sólo, pues se asume que hacerlo es ofrecerles una tabla de salvación, un puesto de trabajo, la prosperidad que en sus países de origen no tienen... Aunque ello suponga salarios más bajos, contratos por horas o días, no pagar la seguridad social, largas jornadas laborales... Un mundo de permanente vulneración de la legalidad, donde incumplirla sólo implica una advertencia para quienes la llevan a cabo. Un mundo de mafias, organizada en sustratos, cada uno de los cuales se abre camino en el negocio no ya sólo a base de codazos, sino de otras formas de violencia cuando sea necesario.
Su protagonista principal es una mujer joven que trabaja en una empresa de trabajo temporal, pero que está cansada de estar sometida a la explotación y al acoso sexual de sus jefes. Decide por ello emprender con una compañera de piso su propia aventura empresarial en el mismo campo, lo que la lleva a reproducir lo que ya conocía, pero en unas circunstancias de mayor degradación, propia y ajena, porque ha de partir desde la misma ilegalidad y enfrentarse a engaños permanentes. Una nueva vida que la enfrenta a situaciones personales y profesionales desconocidas. A la aparición de problemas derivados de la falta de atención de su hijo se le une el alejamiento vital con respecto a su padre, un trabajador jubilado que defiende valores como la solidaridad de clase, los derechos laborales... Y todo, en un mundo que presume de ser libre. De ahí su título, En un mundo libre.
Ken Loach es un director prolífico. Atrevido, porque escoge temas que con el tempo han ido dejando de ser importantes para mucha gente. Radical, porque evita edulcorar la realidad y la muestra en su forma más cruda. Y ejemplar en su compromiso, por su denuncia permanente del sistema capitalista.
jueves, 4 de mayo de 2017
¿Los avales acabarán siendo votos en las primarias del PSOE?
Hoy se han hecho públicos los avales recibidos por las tres candidaturas del PSOE. Los más de 63.000 de Susana Díaz sólo superan en 5.000 a los de Pedro Sánchez, quedando bastante lejos Patxi López, con tan sólo 12.000. Apenas ha habido sorpresas en el orden, pero no así en la cuantía obtenida por Díaz y Sánchez, y, sobre todo, en la escasa diferencia, teniendo en cuenta el enorme apoyo del aparato con que contaba la dirigente andaluza. Las espadas, pues, están en lo alto. Está por ver qué hará López: si mantiene su candidatura o la retira; y qué harán sus potenciales apoyos, bien mostrando fidelidad o bien optando por cualquiera de las otras dos candidaturas.
Sospecho que la fisura en el PSOE es grande y que, pase lo que pase, se producirá un distanciamiento de la parte perdedora. Salvando las distancias, lo ocurrido en Francia acerca del comportamiento de buena parte de la dirigencia de PSF, nos da algunas pistas: ¿ha apoyado a Benoit Hamon, el candidato oficial, vencedor de las primarias?, ¿o ha preferido a Emmanuel Macron, el tapado de François Hollande, Manuel Valls y demás?
El sino de la antigua socialdemocracia, devenida desde hace tiempo en social-liberalismo y finalmente en neoliberalismo puro y duro, está decantándose por un camino más que tortuoso. Dentro de un par de semanas sabremos si la militancia respetará lo reflejado en los avales o si éstos no han dejado de ser más que un mero compromiso. Dos semanas para salir de dudas, que no son pocas.
Sospecho que la fisura en el PSOE es grande y que, pase lo que pase, se producirá un distanciamiento de la parte perdedora. Salvando las distancias, lo ocurrido en Francia acerca del comportamiento de buena parte de la dirigencia de PSF, nos da algunas pistas: ¿ha apoyado a Benoit Hamon, el candidato oficial, vencedor de las primarias?, ¿o ha preferido a Emmanuel Macron, el tapado de François Hollande, Manuel Valls y demás?
El sino de la antigua socialdemocracia, devenida desde hace tiempo en social-liberalismo y finalmente en neoliberalismo puro y duro, está decantándose por un camino más que tortuoso. Dentro de un par de semanas sabremos si la militancia respetará lo reflejado en los avales o si éstos no han dejado de ser más que un mero compromiso. Dos semanas para salir de dudas, que no son pocas.
Pacto PP-PNV: el dinero lo puede todo
Hace dos décadas, en apenas cuatro años, el PP dio la vuelta la tortilla sobre su política de alianzas. Necesitado de ellas para poder mantener el gobierno con José Mª Aznar al frente, pasó de ser sostenido por CiU y PNV a romper con ellos. Al principio era cuando, por ejemplo, Aznar hablaba en privado en catalán o cuando se refería a ETA como movimiento de liberación nacional. Después vino la ruptura de cuajo con el PNV y el distanciamiento progresivo con CiU. La mayoría absoluta en las elecciones de 2000 fue la clave. Con los años la ruptura fue tan grande, que de la actitud del PP ante Cataluña ha derivado el aumento del sentimiento independentista. Pasadas esas dos décadas, ha vuelto el acuerdo con el PNV. En un momento de debilidad del gobierno del PP, que necesita como agua en mayo apoyos para sacar los presupuestos del estado, el PNV ha sido su principal salvavidas. En manos de la facción pactista, que controla el partido y el gobierno vasco, sus dirigentes lo han tenido claro: han arrancado al PP ventajas económicas en torno al Cupo. Como si nada hubiese ocurrido, el dinero lo puede todo. Y si te he visto, no me acuerdo.
lunes, 1 de mayo de 2017
Otro 1 de mayo, buscando nuevas formas
La clase obrera es una clase derrotada. En gran parte transformada y en parte casi desaparecida. Atrás ha quedado una cultura conformada a lo largo del siglo XIX y buena parte del siglo XX. Una cultura diversa, creadora de un estilo de vida propio, definido. Expresada políticamente en distintas corrientes, muchas veces en competencia, pero también en colaboración. Fue base de sindicatos y partidos, alimento de derechos, motor de revoluciones... Sufrió vaivenes, a la par que en ocasiones se dejó llevar por encantadores de serpientes que la llevaron a guerras, contrarrevoluciones y la alienación del consumismo. Siguen los vaivenes y esos encantadores, que se llevan muchos de sus votos. Aunque sea motivo de críticas por lo que estoy escribiendo, lo que hoy está creciendo es otra clase, de momento pasiva y sin conciencia. Hay quienes la llaman precariado, porque se mueve entre la regresión o la ausencia de derechos, camino de otra forma de esclavitud. Sigue habiendo motivo para la lucha, por tanto, pero está cómo debe transitarse en el camino de la utopía, el faro que ayuda a ahuyentar tantos demonios.